
Una borrasca deja 17 litros de lluvia por metro cuadrado en una hora y a 2.500 vecinos sin luz
09 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Vigo es una ciudad en cuesta por lo que, cuando hay fuertes lluvias, el agua baja en riada hasta el puerto e inunda calles como Areal o Julián Estévez (que tiene un badén). Eso fue lo que pasó ayer, cuando a las ocho de la mañana, una borrasca sin nombre, con rachas de viento de hasta 55 km/h procedentes del sudoeste, pasó de refilón por la costa gallega y dejó en Vigo hasta 17 milímetros de agua (alrededor de 17 litros por metro cuadrado) en apenas una hora. Es lo que los expertos consideran como una lluvia fuerte que entraña riesgos.
Fue un paso breve pero con gran impacto. Diez minutos antes de las nueve, un vecino de la calle Areal pedía socorro al 112 porque se había quedado atrapado por el agua en el portal de su edificio. Era incapaz de salir al exterior por la fuerza de la corriente, que había anegado parte del interior del inmueble. Los bomberos fueron a sacarlo de allí. Algunos vecinos se quejaron más tarde de la existencia de malos olores en la zona, una vez pasadas las inundaciones.
Más de 2.500 familias de la calle Areal y García Barbón sufrieron un apagón a esa misma hora en sus domicilios. Quedó cortado el suministro eléctrico de los semáforos y de los comercios hasta el cruce con Isaac Peral. Naturgy envió técnicos y, dos horas después, había repuesto el servicio al 75 % de los afectados y a las tres de la tarde dio por solucionada la avería.

A menos de un kilómetro de distancia, en la calle Julián Estévez, se registró otra inundación. Se trata de un foco habitual porque hay un badén donde se generan charcas. Algunos conductores llegaron a quedar atrapados en una retención durante veinte minutos. Varios coches aparcados resultaron dañados por el agua, alguno quedó encima de la acera, así como contenedores volcados. La Policía Local de Vigo ayudó a los conductores a reponer sus vehículos a la posición original o a trasladarlos en una grúa al taller para su reparación.
La previsión del 112 era que, debido a las fuertes lluvias, podría desbordarse el río Lagares. Los bomberos no llegaron a intervenir en ninguna crecida pero sí hubo inundaciones en Balaídos y en un lugar cercano, en la laguna de A Bouza, en Coia, donde el agua cubrió una calle cercana con coches aparcados. Los bomberos del parque de Coruxo intervinieron en una crecida de un riachuelo que pasa por la avenida de Florida, pasa por la VG-20 y desemboca en Bouzas.

El alcalde, Abel Caballero, apuntó que los parques de A Riouxa, Samil, Castrelos y O Castro permanecerán cerrados hasta la tarde de este jueves, mientras permanezca activa la alerta naranja por vientos y temporal. Explicó que las inundaciones afectaron a la zona de la avenida de Florida y Olímpicos, en el entorno del río Lagares, además de las del centro. El regidor citó fallos en la red semafórica o las rampas mecánicas, entre ellas las de Gran Vía en el tramo de los Rederos hasta unos grandes almacenes, por los cortes de luz. Refirió casos de contenedores desplazados, pero, según aclaró, nada de gravedad.

Las fuertes lluvias registradas ayer incluyeron tormenta eléctrica y rachas de viento de gran intensidad. Los servicios meteorológicos esperaban que el día de ayer terminase en la ciudad con más de 40 litros por metro cuadrado para toda la jornada, que se concentraron a primera hora. A partir de las siete de la tarde, hubo nuevas precipitaciones, con velocidades de viento de 35 km/h, y que coincidió con marea alta, lo que volvió a inundar las calles próximas al puerto.
Túnel de Beiramar cortado
La Policía Local de Vigo cortó al tráfico el túnel de Beiramar durante una hora, entre las siete y media y las ocho y media de la tarde, debido a que entró agua. Además, saltaron las tapas de alcantarillado de la calle Areal. Las llamadas de alerta mantuvieron ocupados a los agentes.
Por su parte, los bomberos recibieron decenas de llamadas por la tarde debido al segundo chaparrón de la jornada.