Paquita, la niña de 82 años que viste a 240 muñecas en un belén sobre Vigo

Monica Torres
mónica torres VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Xoán Carlos Gil

Tras una infancia sin juguetes en una humilde familia de doce hermanos, conserva intacta su ilusión y aspira a que el alcalde conozca su obra

01 ene 2025 . Actualizado a las 20:03 h.

En Vigo, la ciudad más iluminada del mundo por Navidad, hay rincones donde la magia no proviene de luces brillantes ni espectáculos deslumbrantes, sino de la ternura y la dedicación de personas como Paquita Carrera Rodeiro. A sus 82 años, esta viguesa ha transformado su hogar en un belén único, tejido con recuerdos, costura y muñecas. Con 240 figuras vestidas a mano, Paquita recrea no solo el nacimiento, sino también los lugares y momentos que marcaron su infancia y la historia de la ciudad olívica. «Vivo mi niñez en este belén», confiesa Paquita, con esa luz en la mirada que solo tienen quienes viven la Navidad con la intensidad de un niño.

Su infancia, marcada por la austeridad en una familia de doce hermanos, no le permitió disfrutar de juguetes ni regalos de Reyes. «Nunca estrené una muñeca. Mi hermana pequeña, que nació enferma y fue criada por una tía, sí tenía, pero solo me las dejaban un ratito», recuerda. Sin embargo, aquella carencia se convirtió en el motor de una creatividad que hoy emociona a todos los que visitan su obra. «No cambio mi niñez por ninguna, porque realmente fue dura y no teníamos regalos, pero se cultivaba siempre el respeto y el cariño a los padres y a la familia», añade con convicción. Hace doce años se enamoró de una pequeña muñeca de porcelana que vio en un comercio. La vistió de gallega y, sin saberlo, comenzó un proyecto que hoy es todo un símbolo de ilusión y perseverancia. Poco después, su hija le regaló una caja de muñecas guardadas en un desván. Desde entonces, amigos, vecinos y turistas, fascinados por su dedicación, han contribuido con nuevas figuras, que Paquita incorpora con cuidado y detalle. El belén de Paquita no se limita a la escena del pesebre. Con una dedicación que ha requerido desmontar el salón de su casa, ha recreado lugares emblemáticos de Vigo, como el callejón del chinito del Arenal, donde nació, o el colegio Niño de Praga, donde aprendió las vainicas con las que ahora confecciona los trajes de sus muñecas. También aparecen otros rincones de la ciudad, como la alameda, las playas de Samil y la Sirena, los mercadillos de Bouzas y Coia, e incluso escenas de Sanxenxo, donde vivió durante años.

«Los niños de hoy tienen que saber que la Navidad no son solo luces. Es compartir, crear, mantener la ilusión», afirma.

Cada figura de su belén es única: pescantinas con cestos llenos de marisco, damas de mantilla para la procesión del Cristo de la Victoria, peregrinos y niños con uniformes escolares. «Hago todos los trajes a mano. Cada detalle tiene que estar perfecto, desde los caramujos en los cestos hasta los lazos en el pelo», explica Paquita. Más que un pasatiempo, este belén es para ella un homenaje a la perseverancia y a la capacidad de superar las adversidades. «La vida siempre trae momentos duros, pero hay que afrontarlos con amor y ganas de seguir adelante», reflexiona.

Hace seis meses, durante la romería de Santa Marina, Paquita pidió al alcalde de Vigo, Abel Caballero, que visitara su belén, dice. «Mi gran ilusión es que venga. Ama la Navidad como yo, pero quiero que los niños aprendan que la magia no está solo en las luces, sino también en lo que creamos con nuestras manos y corazón», defiende.

Con una mente inquieta, Paquita ya está ideando nuevas escenas para el próximo año. Sueña con encontrar un espacio donde poder seguir ampliando su obra, un lugar que permita que su legado perdure. Mientras tanto, quienes visitan su hogar salen con el corazón lleno de nostalgia y admiración. Paquita Carrera no solo viste a sus muñecas, sino que viste la Navidad de Vigo con autenticidad y calidez. Su belén es un recordatorio de que la ilusión no tiene edad y de que, con creatividad y amor, los sueños siempre pueden cumplirse.