Una víctima de violencia de género en Vigo relata el acoso al que la sometió su expareja, que se enfrenta a 15 años de cárcel
19 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Un auténtico calvario, con amenazas, acoso, lesiones o daños en su vehículo, ya que le llegó a rajar las ruedas. Ese fue el relato que ayer se pudo escuchar en la Cidade da Xustiza de Vigo, donde se juzgaba a un hombre por varios delitos contra su expareja. Por todos ellos, la Fiscalía le pide más de 15 años de prisión. En la vista oral celebrada ayer, la víctima declaró tras un biombo. El acusado se acogió a su derecho a no declarar. Según la mujer el implicado la acosó y amenazó durante meses timbrando en su domicilio «casi a diario», con mensajes y llamadas telefónicas, siguiéndola y persiguiéndola por la calle, rajando ruedas de su coche o accediendo a sus redes sociales y a una aplicación laboral.
Ambos fueron pareja durante dos años y medio de relación, aunque en los últimos seis meses ella le pidió que se fuera de casa sin conseguirlo, puesto que le daba largas y durante ese tiempo incluso sufrió actitudes violentas. «Me encerraba en mi casa, me quitaba el móvil, no me dejaba salir, en algunas ocasiones me cogió en volandas en el ascensor y me redujo en el suelo en el pasillo. Tenía miedo, no sabía cómo salir de la situación», afirmó la víctima. El punto y final fue el 4 de junio del 2022, cuando el acusado rompió la pantalla de su portátil y ella le dijo que tenía que irse de la casa. Ante la situación que se desencadenó y por miedo decidió encerrarse en la habitación.
Según explicó la mujer, el hombre intentó entrar y ella llamó a la policía. Aunque la intentó engañar simulando que los agentes habían llegado, no salió del cuarto hasta que escuchó el telefonillo y al individuo abandonar la vivienda. Tras charlar con la policía, él la telefoneó y la mujer puso el manos libres. «Me dijo que no le denunciase, que le iba a arruinar la vida, que no tenía a nadie». La víctima llegó a recibir 40 llamadas, 30 mensajes de WhatsApp o 70 de Telegram en los días siguientes, cuando le había pedido que abandonara la vivienda en 24 horas y ella se había quedado con sus padres.
Cuando volvió a su piso, descubrió que él había roto dos puertas, aunque no denunció por lástima. Decía que estaba solo en la vida y que sus padres habían muerto en un lapso de 20 días. «No sé si lo que me contó alguna vez es verdad», manifestó la mujer, que tuvo que cambiar cinco veces de número de teléfono. Finalmente, el 29 de junio presentó una denuncia porque el acoso iba a más. El 10 de noviembre, cuando acabó la orden de alejamiento, el hombre le contactó por teléfono y, entre risas, le dijo: «Tic, tac». Posteriormente, le llamó «como un loco» y le gritó un alargado «sí», como de celebración. También expuso que le llamó con un distorsionador de voz y llegó a cambiar el correo de su proveedor de teléfono para consultar, en la factura, los números y llamadas que hacía.
En noviembre de 2022, cuando iba con una amiga que conducía su coche, el acusado, presuntamente, le impactó con otro y logró grabar la matrícula: «A él lo reconocí perfectamente». A la mujer la trasladó la Guardia Civil ese día a la Comisaría de Vigo y él rondó las dependencias. Ella le vio, lo comunicó a los agentes y le detuvieron. El hombre estuvo en prisión provisional hasta julio del 2023, cuando quedó en libertad con un dispositivo telemático de geolocalización. Volvió a llamarla y a acosarla. «Poco te queda», le llegó a decir. El hombre pasó entonces a prisión provisional y ella está de baja. La mujer indicó que siente que tiene una «hipoteca de por vida» porque sabe que va a «volver a vivir lo mismo»: «No soy capaz de vivir sola porque sé que algún día va a salir».