Los taxistas de Vigo sacan a 200 mayores de residencias para ver las luces de Navidad: «Se me pone la piel de gallina»

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Los profesionales movilizan 41 vehículos y piden que se priorice a los que no tienen familia

19 dic 2024 . Actualizado a las 00:59 h.

Numerosos mayores de la ciudad volvieron a apreciar las luces de Navidad gracias a los taxistas. El tiempo no acompañaba porque llovía, pero al final la mayoría se animó a salir de los vehículos y cruzar el Paseo de Alfonso para llegar hasta el árbol de la Porta do Sol. El alcalde, Abel Caballero, llegó también para recibirlos, saludarles personalmente y desearles unas felices fiestas.

La central Radiotaxi hace posible cada año que las personas de la tercera edad que viven en residencias puedan darse un paseo hasta el centro urbano para contemplar la decoración y el ambiente navideño. El presidente del colectivo, Emilio Mosquera, informa que este año participaron un total de 41 vehículos que movieron a más de 200 personas, entre los propios beneficiarios de la iniciativa y sus cuidadores. Esta excursión anual ya se ha convertido en una tradición. Para los propios taxistas resulta muy gratificante permitir que los mayores de las 18 residencias de la tercera edad puedan pasar una tarde tan especial. Es algo totalmente voluntario. «Se plantea y los compañeros se anotan para prestar el servicio. Siempre se anotan más conductores de los que necesitamos. Nunca dejamos a nadie atrás por falta de vehículos», valoraba ayer el taxista Juan Manuel García Vázquez. Se encargó de llevar en su monovolumen a varias mujeres que viven en la residencia de Ballesol, en la Gran Vía. «Es un día diferente y lo agradecemos mucho», comentaba Mari Fe, una de las participantes. Las mujeres permanecían dentro del vehículo para protegerse de la lluvia porque no les apetecía mojarse. Después paró de llover y muchas personas se apearon de los vehículos para poder dar un paseo hasta la Porta do Sol.

M.MORALEJO

Juan Alonso, vicepresidente del colectivo de los taxistas afirmaba, que se le pone la piel de gallina al sentir cómo se emocionan sus pasajeros al recordar lugares de la ciudad que les son familiares y que ya no pueden frecuentar. Los taxistas piden a las residencias que prioricen a aquellas personas que no tienen familia, puesto que son los que tienen menos posibilidades de visitar las luces. Salen poco a lo largo del año y esta es una ocasión única. «Solo hay que verles la cara de felicidad», afirma.

Los participantes pudieron saludar al alcalde, que se hizo numerosas fotografías con las personas mayores. Algunos aprovecharon el momento de que lo tenían accesible para plantearle alguna reivindicación. Toñi, de la residencia de Santa Marta, le pidió que volvieran a poner un parada de autobús para no tener que desplazarse caminando hasta la que se encuentra frente al colegio Amor de Dios. «Nos cansa muchísimo y nos gastamos en taxi lo que no está escrito», afirmaba.