Las grandes constructoras renuncian al tranvía en Vigo

Carlos Punzón
Carlos Punzón VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Euskotren

Llegaron a presupuestar la obra en 375 millones para implantarlo en 5 años

15 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Trece de las principales ciudades de España cuentan con el tranvía como modo de transporte público, sumando en total 320 kilómetros de vías que mueven millones de pasajeros al año, eliminan del tráfico diario un notable volumen de vehículos y contribuyen a reducir la contaminación urbana.

Las grandes firmas constructoras de España han defendido en los últimos siete años la oportunidad y rentabilidad de recuperar para Vigo el tranvía que dejó de facilitar el transporte en la ciudad y parte de su área metropolitana a finales de 1968, tras haber arrancado en el 1914. En sus memorias de 2017 y 2021, la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan) estimaba que Vigo era una de las ciudades con más potencial para sacar partido a un modo de transporte que «potenciaría el cambio modal del vehículo privado al transporte público». Estimaban las constructoras que sería posible restaurar el tren urbano en solo cinco años de obras y 375 millones de euros de inversión. Pero el proyecto ha dejado este diciembre de figurar entre las obras consideradas prioritarias para Seopan.

Desde la asociación de grandes firmas se señala que la falta de respaldo y el nulo interés mostrado por las administraciones públicas han llevado a dejar de defender una propuesta que sí se ha materializado en puntos como Murcia, Tenerife, Vitoria o Granada, además de en la mayoría de las grandes ciudades.

La propuesta formulada hasta ahora por Seopan, con el respaldo técnico de la firma de ingeniería Sener, fue rechazada abiertamente por Abel Caballero, alcalde de Vigo, al considerarla inviable económicamente y deslegitimar incluso a la asociación de grandes constructoras como entidad con representatividad para plantear una obra y un servicio público como el del tranvía.

La recuperación del tren urbano ya fue descartada durante la alcaldía del popular Manuel Pérez, quien manejó una linea circular entre Plaza de América, Gran Vía y Beiramar. Vitrasa mismo planificó en 1994, con Carlos Príncipe como regidor, una pequeña red con dos líneas: una desde el cruce de Os Choróns a Beiramar, y la segunda, de Os Choróns a Bouzas. «Lo que entiende esta compañía es de autobuses», alegó Vitrasa para descartar llevar a cabo el proyecto que solo dibujó para cumplir las bases del concurso para la adjudicación del transporte de viajeros y que no era en ningún caso vinculante.

La Xunta, tampoco

Tras darle vueltas durante años a la posibilidad de combinar el tranvía y el metro, la Xunta, con Alberto Núñez Feijoo al frente, incluyó en los presupuestos del 2015 partidas para analizar la viabilidad de implantar el metro ligero en Vigo, A Coruña y Santiago. Tal reparto dejaba entrever la intención de no llegar a tender los raíles en ninguna de las tres urbes, como así acabó siendo.

Y a falta de dos administraciones implicadas en algún momento en soñar con un tranvía para articular la movilidad en Vigo, una tercera como la Diputación de Pontevedra acarició en el 2004 la idea de combinar el transporte de pasajeros a través de 5 kilómetros en túnel y varias paradas en superficie desde el nudo de Isaac Peral hasta Navia.

Los estudios de Seopan, que ahora decaen, calculaban que la construcción del tendido del tranvía posibilitaría la creación de 5.250 empleos y «supondría un incremento del 0,8 % de la actividad económica de Galicia, generando un empleo adicional del 0,4 % en la comunidad». El retorno fiscal de la concesión se llevaba a 184 millones de euros y la actividad económica inducida que estimaban las constructoras movería el tranvía, llegaba a 720 millones más.

La fórmula propuesta era la de la concesión a un agente privado para la elaboración del proyecto, construcción, operación y mantenimiento de la infraestructura durante 40 años.

Jaén y Vélez-Málaga planean retomar sus líneas y Tarragona y Palma, sumarse a los 13 trenes urbanos

La implantación del tranvía hizo aguas en Jaén y Vélez-Málaga. Ambos proyectos dejaron un agujero en las cuentas públicas que hizo que hibernasen, pero los dos cuentan ahora con posibilidades de volver a echar a andar. El mes pasado, un reluciente tranvía salió de noche en pruebas en Jaén escoltado por la Policía Local, 13 años después de echar el freno por desacuerdos políticos y tras haber absorbido 120 millones de euros en un despliegue que nunca llegaron a disfrutar sus vecinos.

El Ayuntamiento de Vélez-Málaga ha anunciado también la celebración de una consulta ciudadana para acabar de decidir si recupera y amplía el servicio de tranvía que sustituyó por autobuses en el 2012. El Gobierno central le ha dado para rehabilitar el tren urbano 3,7 millones de euros, y el propio consistorio ya ha reservado partidas económicas, además. Y Sevilla, con una red incipiente de 3,5 kilómetros, ha modernizado este noviembre su modelo de tranvía con unidades eléctricas sin catenaria.

Alicante (111,7 kilómetros de vías de tranvía), Madrid (36,1), Barcelona (29,2), Valencia (25), Cádiz (24), Murcia (18), Granada (15,9), Tenerife (15), Zaragoza (12,8), Vitoria (12,1), Parla (8,3), Bilbao (8), Sevilla (3,5) y a la espera de lo que ocurra en Vélez-Málaga (6,1) y Jaén (4,7) salpican con 447 paradas la malla urbana de las 15 ciudades, a las que además se podrían añadir Palma de Mallorca y Tarragona si llevan hasta el final los planes trazados para ponerlos en marcha a corto y medio plazo. Parla, Barcelona, Alicante, Bilbao y Tenerife diseñan al mismo tiempo la extensión de sus líneas, dado el éxito obtenido hasta ahora.