La gondomareña Rosa Figueiras comenzó en Vigo en el sector de la estética hace 40 años y, con el tiempo, se ha especializado en tratamientos corporales, quiromasaje, cosmética natural y nutrición
30 nov 2024 . Actualizado a las 03:24 h.La trayectoria profesional de Rosa Figueiras comenzó de una manera muy diferente de lo que es ahora mismo su trabajo en Vigo. «Llevo muchísimos años, más de 30, dedicada a lo que ahora se conoce como el sector de la imagen», cuenta. Cuando empezó, sus primeros pasos fueron en el mundo de la peluquería porque era lo que tenía más a mano para poder formarse. Por desgracia, en su entorno familiar sufrió la discriminación de no poder estudiar por ser mujer, «como muchísimas otras mujeres de mi edad», puntualiza. Aunque parezca algo del pasado, ya superado y que solo se da en países lejanos, ejemplos como el suyo nos recuerdan que no hace tanto que ocurría. De hecho, Figueiras, nacida en Vincios (Gondomar), también ha sido una gran deportista toda su vida y recuerda que durante mucho tiempo, tuvo, cuando formaba parte de un equipo de balonmano, «los primeros años tenía que entrenar y jugar a escondidas, sin que mi padre lo supiera», lamenta.
«Como no me permitieron estudiar, empecé a trabajar desde muy joven donde podía, en cafeterías, en tiendas... pero yo tenía la aspiración de hacer algo que me diera una satisfacción personal, con lo que además pudiera ayudar a la gente», relata.
La peluquería (su primer local estaba en la calle Romil), le daba la posibilidad de trabajar por el día y estudiar por la noche. Los comienzos fueron duros, pero Rosa le quita importancia: «Esto mismo que hice yo, lo tuvo que hacer muchísima gente en mi época», asegura añadiendo que se impuso a sí misma hacer algo aunque en realidad en aquel momento no tenía una vocación definida. «Pienso que como mejor realizas tu trabajo es cuando haces algo que te gusta de verdad, y lo cierto es que poquito a poco, le fui cogiendo el gusto», afirma. Así fue buscando cómo llegar por ese camino, como empleada en varias peluquerías y salones de belleza, hasta tener su propio negocio. Los primeros años se centró en ese sector y unos cuantos después, comenzó a introducirse en el ámbito de la estética. «Hice muchísimos cursos aprendiendo tratamientos a nivel facial y corporal. Y al poco tiempo, viendo que eso se me quedaba ya un poco corto, me interesé también por la formación en quiromasaje. Soy consciente de que si voy a hacer, por ejemplo, una limpieza de cutis, y esa persona viene muy contracturada en las cervicales o muy tensa, por muchas cremas en la cara que se lleve, el resultado de lo otro se queda en la mitad», justifica.
Rosa Figueiras siguió avanzando por esa senda «y empezó a enamorarme el tema del bienestar», asegura. Eso es lo que centra su dedicación hoy en día. En su establecimiento da servicio a una clientela unisex en peluquería y estética, pero además de ocuparse del exterior, le da importancia al interior. La profesional añadió a su currículo estudios de nutrición integrativa, «que aborda las enfermedades de una forma integral, yo siempre digo a mi clientela que los problemas de piel, pelo, celulitis, lo que sea, tiene que ver con unos desequilibrios en el organismo que si no se restauran, los resultados serán temporales y no los deseados porque no estás tratando la causa», explica.
Después del covid, donde el sector de la peluquería pegó un bajón y los tratamientos y masajes también, Figueiras aprovechó el tiempo para convertir su local en un salón donde trabaja cada vez más con productos y tintes veganos, «no al cien por cien porque hay público que prefiere químicos, pero más de la mitad de lo que hago es con materia prima natural».
Integrando esa parte para tratar problemas externos desde dentro, Rosa Figueiras estudia incorporar próximamente una colaboración externa con terapeutas que puedan tratar también las emociones. Por esa singularidad, la profesional no se define como trabajadora del sector de la imagen «porque mi profesión me lleva cada día más al bienestar que empieza por dentro. Creo en la naturaleza y en la energía», afirma Figueiras, que es distribuidora oficial de productos de aloe vera Exialoe, cosmética natural regenerativa y alimentación ortomolecular.
Plantas, aceites esenciales, fangos y arcillas, le permiten hacer una simbiosis en los servicios ordinarios de peluquería «y en tratamientos de la piel por dermatitis o tras procesos oncológicos, por ejemplo», explica la profesional que opina que en los tratamientos, las máquinas ayudan «pero lo que dan las manos no lo dan los aparatos», cuenta desde su local en Elduayen, a unos pasos de la Porta do Sol, en una calle a la que este año ha llegado la Navidad de Vigo y «donde los comerciantes llevamos más de cuatro años machacados por las obras del túnel, y lo que queda», denuncia.
Desde 1984
Dónde está
Elduayen , 33. Vigo