Tania Ciffer ha decorado con sus obras el buque oceanográfico Odón de Buen
28 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.A pesar de que vende sus obras en todo el mundo, nunca pensó la artista Tania Ciffer que algunas llegarían tan lejos ni que viajarían en primera clase. La viguesa recibió el año pasado uno de los encargos más curiosos de su carrera: hacer una serie de lienzos para el buque oceanográfico Odón de Buen, el más avanzado de Europa, construido en Vigo, su ciudad. Como cuenta desde Madrid, donde reside desde hace unos años, «me lo propusieron el año pasado y me encantó la idea. Me llamó el coordinador de la Unidad de Tecnología Marina de Vigo y me dijo que mis obras les encajaban mucho para el barco porque transmiten paz, armonía y positividad y como iban a estar en las zonas comunes de un buque donde los científicos y el personal de a bordo iban a pasar largas temporadas, mi trabajo les parecía muy adecuado», cuenta añadiendo que tuvo la curiosidad de saber cómo habían llegado hasta ella, y le confesaron que varios de los del equipo tenían sus cuadros: «Eran clientes míos», relata.
Los responsables del encargo la invitaron a ver el barco en construcción. Lo vi en su esqueleto, me contaron todo, me enseñaron dónde iban a ir mis cuadros y me enamoré del proyecto. De ahí salió el desarrollo artístico y creativo», señala. La nueva visita tuvo lugar este septiembre, estando Ciffer embarazada, como se aprecia en la imagen. La artista fue madre en octubre. «Mi hizo cumplió ayer un mes», cuenta.
No es tarea fácil conseguir obra suya. Aunque expone de vez en cuando en galerías de varios países (cuando está en su ciudad natal lo hace en Quadro), Instagram es su gran ventana al mundo y le llegan numerosos encargos. «Ahora mismo tengo una lista de espera que llega hasta junio del año que viene», advierte. El buque científico hizo su petición a tiempo y los cuadros viajan ya rumbo a la Antártida. El oceanográfico construido en astilleros Armón, recién bautizado en aguas gaditanas, pondrá rumbo a su destino tras efectuar su primera escala en Málaga esta semana.
La trayectoria de Tania Ciffer es también curiosa. Se formó en la Escuela de Negocios Caixanova de Vigo, se especializó en márketing, trabajó durante varios años para Heineken en la división para hostelería, «y en paralelo pintaba para mi, para reconectar con mi tierra, porque mi obra siempre ha estado muy ligada al mar, a la costa gallega», explica. Poco a poco, la autora comenzó a vender sus cuadros. El boca a boca de amigos y compañeros resultó ser una efectiva campaña que ella remató abriendo una cuenta en Instagram. «Contactaron conmigo galerías y profesionales del arte y empecé a exponer en París, Milán, Madrid, Galicia... De repente vi que no lo podía compaginar y decidí dejar el márketing para dedicarme al arte y hasta hoy», resume. De eso, desde que dejó de pensar en verde para pensar en azul, hace poco más de cinco años. Considera Instagram, donde tiene más de 50.000 seguidores, su propia galería, pero reconoce que los matices se aprecian en vivo, por eso no deja de hacer exposiciones cada cierto tiempo. «Y que me reconozcan donde nací me hace el triple de ilusión», afirma.