Todos los actores, de empresarios a científicos y ecologistas, se han reunido en la ciudad para marcar objetivos
10 nov 2024 . Actualizado a las 22:17 h.El pasado martes se celebró en Vigo la tercera convocatoria de la Mesa de la Ciencia Pesquera, el órgano consultivo que desde los ministerios de Ciencia y Agricultura y Pesca se creó con sede en nuestra ciudad (se anunció Vigo como sede permanente, pero no necesariamente es así) quizás un poco como «premio de consolación» por olvidar a Vigo y Galicia en el reparto de las sedes científicas del Instituto Español de Oceanografía. Como ya es habitual, se habló de los tres aspectos que deben orientar la política pesquera: ambiental, económico y social. Lo bueno de los trípodes es que no suelen cojear, pero pueden inclinarse hacia uno de los tres lados.
Parece existir cierto consenso en el sector pesquero sobre que desde hace varios años la política pesquera comunitaria se inclina marcadamente hacia el aspecto ambiental, en detrimento de los aspectos socioeconómicos; llegando incluso a calificar de ecologistas radicales (valga la redundancia) a algunos altos cargos de la Unión Europea. Desde el lado de las oenegé ambientales tenemos dudas razonables de que eso sea cierto, pero en cualquier caso esta tercera edición de la mesa se centró en analizar los aspectos socioeconómicos en la pesca para su incorporación en la toma de decisiones en la política pesquera común.
Se dice también, y en esto sí coincidimos todos los actores, que es la ciencia quien debe aportar los indicadores que sirvan como referencia para la toma de decisiones; cosa que nos gustaría mucho que sucediera así, pues lo que comprobamos es que con frecuencia las recomendaciones científicas, cuando proponen limitar capturas de algunas pesquerías, son finalmente corregidas al alza en las decisiones finales. Además de ese análisis del componente socioeconómico, se habló también de acuicultura multitrófica, el futuro de los pequeños pelágicos (como sardina y anchoa), los resultados de un largo estudio de investigación sobre gestión pesquera sostenible etc. Sería imposible resumir lo aportado en las distintas ponencias, todas extraordinariamente interesantes, pero pueden verlas aquí:
Quedan pendientes muchos temas para abordar en futuras convocatorias de la Mesa de Ciencia Pesquera. Por ejemplo, el impacto en los ecosistemas de la contaminación lumínica, la interacción con los parques eólicos marinos o la gran amenaza de la minería submarina. Queda también pendiente hacer que la mesa tenga un sistema de trabajo operativo, estableciendo grupos de trabajo previos a las sesiones plenarias. En cualquier caso, aunque la mesa sea más un órgano consultivo que participativo, es una excelente noticia su creación y que siga adelante. Ha demostrado que la comunidad científica, la pesca artesanal y el marisqueo, de media distancia y de altura, industrial, transformación, armadores, administración central y autonómicas y organizaciones ecologistas podemos sentarnos juntos, dialogar e incluso llegar a acuerdos y consensos.
Los procesos participativos son lentos, pero garantizan solidez en sus resultados. Por eso coincidimos con lo expuesto por Marta Ballesteros (del CSIC-IEO): necesitamos utilizar muchos más instrumentos sociales, porque carecemos por ejemplo de indicadores culturales, y estamos totalmente de acuerdo con lo dicho por Marina Sartuntun (de AZTI): el pasado será cada vez más irrelevante en un mundo cambiante. No se puede, en este mundo cambiante (con cambios cada vez más acelerados como la emergencia climática) gestionar las pesquerías con criterios y objetivos del pasado. Debemos desarrollar, colectivamente, nuevos instrumentos y enfoques. Ese es el gran reto.