Orden de cierre para otro local de la movida de Vigo tras las quejas vecinales

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El Versace realizó obras sin licencia y perturbaba el derecho al descanso. Cruzada del Ayuntamiento contra los pubs nocturnos que no cumplen las normas

30 oct 2024 . Actualizado a las 01:44 h.

Dicen los vecinos que la música a todo volumen del local de la planta baja se escuchaba en el sexto piso del edificio. Y que «la paz mundial» llegó con el cierre obligado por la pandemia. Tras 21 años de molestias continuas, el Concello de Vigo acaba de ordenar el «cese definitivo» de la actividad de café bar con música del pub ubicado en el número 26 de la calle Oporto.

El establecimiento ha tenido varias denominaciones mientras ha sido un referente de la movida nocturna de la ciudad olívica. Fue El Coyote y el Puro Teatro, «que a golpe de jueves hacían musicales cuando teníamos que ir a trabajar al día siguiente», recuerda una residente en el inmueble. Desde los últimos años, funcionaba bajo el nombre de Versace. Siempre ha perturbado el derecho al descanso de los residentes del inmueble. «Era insoportable. Una actividad de este estilo no puede existir debajo de un edificio», señalaba ayer una vecina.

Los afectados tienen sentencias a su favor condenando al cierre del local «pero volvían a alquilarlo para ejercer la misma actividad», se queja la residente.

La orden de cierre que la Gerencia de Urbanismo ha dictado este mes llega tarde porque el establecimiento lleva varios meses sin registrar ninguna actividad de ocio nocturno para la tranquilidad de los vecinos. Los propietarios del bajo comunicaron al Concello en marzo que no iban a renovar el contrato de arrendamiento a sus inquilinos y así ha sido. En la actualidad, está siendo objeto de unas obras de reforma. Los escombros pueden observarse almacenados en grandes bolsas en el acceso al bajo. Los vecinos creen que próximamente se convertirá en un brunch, uno de esos locales de hostelería que se han puesto de moda para poder disfrutar de una amplia carta de desayunos. La actividad no resultaría molesta, pero se mantienen a la expectativa. «El problema es que vengan otros y hagan lo mismo», afirma esta vecina.

Y lo que se ha hecho hasta ahora no ha sido conforme con la legalidad urbanística. 

Incumplimientos

El establecimiento se encuentra de la zona catalogada como acústicamente saturada, donde no es posible otorgar nuevas licencias para negocios que perturben el derecho al descanso de los vecinos. Últimamente se habían hecho obras ilegales sin licencia para dotar de una nueva distribución al establecimiento. Los inspectores urbanísticos comprobaron en dos visitas que la realidad existente en el pub distaba mucho de lo que constaba en los planos.

Durante las primeras inspecciones llevadas a cabo en 2019 comprobaron que la configuración del local no coincidía con lo que figuraba en los planos del proyecto autorizado. Según el expediente municipal, en el acceso desde la calle había un espacio abierto que no estaba contemplado, donde había mesas y sillas. El espacio para la barra no coincidía con lo marcado en el plano, ya que estaba instalada en la zona de público. Tampoco existía el espacio de almacén, habiendo en su lugar un espacio reservado separado del resto del local con una cortina y con el suelo elevado. Entre este espacio y la barra había otro espacio separado por una cortina. La configuración de la zona destinada a los aseos tampoco coincidía con la diseñada y, junto al acceso, había una segunda barra. En el lugar del trastero observaron restos de lo que fueron unas escaleras que terminaban en una puerta. El responsable del negocio no mostró ninguna licencia o cambio de titularidad a su nombre. Tenía un permiso de cambio de titularidad para bar cafetería con música a favor de un tercero que databa del 2003. El Concello determinó que las obras realizadas no resultaban legalizables. En un reciente acuerdo declara que la actividad de café bar con música es incompatible con el ordenamiento urbanístico.

 El Concello ejerce durante los últimos meses una cruzada contra los locales de ambiente nocturno que incumplen la legalidad vigente. A poca distancia del Versace, el Concello ordenó en julio el cierre de La Molletería, un after-hours de García Barbón tras comprobar que no cumple con la licencia de bar sin música. La administración local también denegó la licencia a la discoteca Tokio, en la calle Pontevedra y ordenó el cierre de la Teta Enroscada, situado en la parte trasera de la calle Barcelona por desarrollar una actividad ilegalizable sin licencia. Urbanismo también ordenó el cierre del Nébula, en la calle Luis Taboada.

Otro caso polémico fue la orden de cierre de la discoteca del Palacio de la Oliva. El Concello ordenó el cese de la actividad hace un año «por no ajustarse a la autorización que tenía concedida de uso sociocultural y recreativo». El gobierno local tomó la decisión de interrumpir el funcionamiento de la actividad con música en una de las zonas del edificio del Casco Vello recientemente rehabilitado. Un informe del arquitecto municipal señalaba que las actividades del pub y de la discoteca «no son legalizables por tratarse de usos prohibidos en el ámbito del Plan Especial (Pepri) del Casco Vello».

Además, el juez condenó este verano al Ayuntamiento a actuar contra un pub de la calle Rogelio Abalde, el Alean Tropical. Un vecino afectado presentó numerosos escritos al Concello por exceso de ruidos y, como no le hicieron caso, presentó una denuncia en el juzgado, que falló a su favor.

En todos los casos se han producido quejas y denuncias de los vecinos, que reclaman su derecho a poder descansar especialmente durante las noches de los fines de semana.