La borrasca Aitor obligó a cerrar la zona acristalada por riesgo de caída de vidrios. También derribó un árbol sobre las mesas de la terraza de una cafetería del centro de Vigo mientras que un avión desistió de aterrizar y regresó a Madrid
26 sep 2024 . Actualizado a las 10:26 h.La borrasca Aitor dejó ayer a su paso por Vigo un reguero de más de una treintena de incidencias como la caída de un árbol sobre las mesas de la terraza de un bar, desplomes de postes del tendido eléctrico o desprendimientos de materiales de las fachadas. Incluso obligó al piloto de un avión a desistir de aterrizar y regresar a Madrid.
Uno de los incidentes más destacados fue el cierre, a las nueve de la noche, de una parte de la pasarela del mirador del ascensor Halo. Los bomberos vieron bastante riesgo y cerraron el acceso desde la terraza del centro comercial Vialia a la pasarela cubierta por temor a que el viento rompiese alguna mampara de vidrio. Unos operarios trabajaron a última hora de la tarde para revisar la seguridad de las fijaciones de las planchas acristaladas. Solo quedó libre para el acceso al público la pasarela descubierta. Los usuarios que subían por el elevador, que funcionaba perfectamente, eran redirigidos al salir hacia el único tramo que seguía abierto. Por la mañana se reabrió.
Este es el primer temporal al que el ascensor se enfrenta desde su inauguración, en febrero.
Hay que recordar que parte del sobrecoste del ascensor Halo, de 3,5 millones, se justificó porque servía para mejorar la sujeción de los vidrios. Toda la estructura, situada encima de la autopista AP-9, está acristalada.
La borrasca Aitor también dio algún susto en el casco urbano. Por ejemplo, ha derribado un árbol de un gran porte que ha caído sobre las mesas de la terraza de un bar en el centro de Vigo a las seis y media de la tarde de ayer. El viento partió el tronco por la mitad y la parte superior cayó desplomada hacia la acera y destrozó tres mesas y varias sillas apiladas de la cafetería Caribe, situada en la plaza de la Industria, en el centro de Vigo. El encargado del establecimiento, testigo de los hechos, comenta que no hubo ningún cliente ni peatón lesionado porque, en ese momento, la terraza estaba vacía: «Oí un gran ruido, fue un susto y nada más».
El hostelero lamentó la pérdida de parte de su mobiliario aunque respira aliviado porque no haya ninguna persona contusionada. Ahora, toda la zona está precintada por la Policía Local de Vigo para evitar riesgos a los peatones.
«Era un árbol grande, estaba aquí desde hace más de 50 años. No aguantó el viento», relata el encargado de la cafetería.
Según indica la Policía Local de Vigo, Aitor ha causado numerosas incidencias por caída de árboles y algún accidente durante la jornada del miércoles.
Un avión dio la vuelta
Los bomberos atendieron 30 llamadas de alerta de ciudadanos afectados por el temporal desde las dos de la tarde hasta las nueve. Contabilizaron caídas de árboles, rotura de elementos del sistema eléctrico o material desprendido de las fachadas.
Las rachas de viento, que en el aeropuerto de Peinador se acercaron a los 20 nudos (39 km/h), llevaron a un piloto de un avión a descartar el aterrizaje en Vigo y regresar a Madrid.
Se trataba de un vuelo de Air Europa que tenía previsto su aterrizaje en Vigo a las 16.05 horas, y tras acumular un retraso de 40 minutos, regresó a Madrid. La razón es que, en ese momento, soplaban en la pista rachas de viento inferiores a 20 nudos y el piloto decidió que las condiciones atmosféricas no eran las idóneas.
La noche
Los bomberos de Vigo atendieron medio centenar de llamadas a lo largo de la madrugada de este jueves por las incidencias causadas por el paso de la borrasca Aitor. Todavía hay salidas en la cola del parque de Teis a la espera de una intervención.
Entre los daños destaca la caída de cascotes de la fachada de la antigua nave de Frigoríficos Berbés, en Beiramar. Además, se han registrado desplomes de árboles, vallas, o tendidos eléctricos.
Los bomberos también intervienen desde las siete menos cuarto de la mañana en la extinción de un fuego en una casa interior abandonada en la Travesía Lourido, en la zona del Hospital Fátima, en un paso interior de las calles Navarra y Canadelo Alto.