La asociación de padres reclama obras de mejora de mantenimiento y estructurales
13 sep 2024 . Actualizado a las 00:28 h.Alumnos del colegio Altamar de Vigo han entrado esta mañana al colegio protegiendo sus cabezas con cascos. Es la forma de protestar por el mal estado de las instalaciones educativas ubicadas en la calle Cesáreo González. La presidenta de la Anpa, Rebeca Diez, señala que llevan un año reclamando, tanto al Concello como a la Xunta, que hagan caso a sus peticiones de mejora del centro. «Nuestro colegio sufre desde hace años, y el curso anterior empeoró, de humedades, presencia de cucarachas, ratones, lavabos que se inundan y techos a punto de caerse», señala la representante de los padres de alumnos.
Las rampas de acceso al centro están inutilizadas al haberse levantado parte del adoquinado. Los padres denuncian que, durante todo el año, la respuesta «ha sido cero». «Tenemos miedo de que, cuando empiecen las lluvias, el techo pueda acabar cayéndose», afirma la portavoz de las familias. Tampoco cuentan con conserje. Tanto la dirección del centro como el Anpa han enviado escritos, sin obtener respuesta. Ya han agotado las vías burocráticas y por eso han decidido protestar enviando a los niños al colegio con cascos de obra. La Federación de Vecinos Eduardo Chao y la asociación de vecinos de Freixeiro apoyan sus demandas.
«El Concello culpa a la Xunta y la Xunta al Concello. Estamos en tierra de nadie asistiendo a un partido de ping pong, echándose la pelota unos a otros», afirma Rebeca Díez. Considera que ambas administraciones tienen cosas que hacer. El mantenimiento sería responsabilidad del Concello, mientras que las mejoras estructurales que se precisan en la fachada para evitar desprendimientos sería cosa de la Xunta.
Mientras tanto, la concejala de Educación, Olga Alonso, ha señalado que, ante las quejas de la asociación de padres y madres, el gobierno local insta a la Xunta a acometer las rehabilitaciones y reformas estructurales necesarias en el centro. Desde el concello achacan el mal estado de las instalaciones a carencias estructurales, por lo que la administración responsable es la Xunta. Se da además la circunstancia de que el centro en el que está situado el colegio es un edificio compartido con la residencia juvenil Altamar, por lo que la administración autonómica es la titular de esta construcción. «Desde hai anos, este goberno vén reclamando á Xunta a rehabilitación dos centros educativos da cidade, con moitos anos de antigüidade, cuestión que non é competencia municipal», afirma Olga Alonso.
El Concello paga los recibos de la luz, la limpieza, los contratos de mantenimiento de calderas, el suministro eléctrico, reparaciones y hace llegar 5.300 euros de gastos de autogestión para que la dirección los invierta en cuestiones que considere urgentes. Respecto a la denuncia de insalubridad que hizo el Anpa, «o Concello actuou ante a única solicitude recibida pola presencia de formigas cos labores de desinfección precisos».