José Cruz prepara sus cócteles con lanzamientos, acrobacias y hasta fuego
08 sep 2024 . Actualizado a las 16:40 h.«Vendemos diversión». Con esa premisa José Cruz creó su show como barman para deleitar a los clientes en las noches de cócteles del pub vigués La Goulette.
Abrió el local de copas hace diez años y, poco a poco, los cócteles fueron comiendo terreno al resto de productos de la carta. Pero ocurre algo más llamativo entre las paredes de su establecimiento. Quienes entran a disfrutar de estas bebidas en La Goulette a veces se sienten como los figurantes de la película Cocktail. El Tom Cruise de Vigo lleva en el sector más años de los que puede recordar y sus números, casi de magia, son una de las circunstancias que hacen que su trabajo le apasione.
Cruz comenzó a practicar la coctelería acrobática casi de manera natural. «Yo trabajé en la discoteca Oliver y recuerdo que ya me gustaba hacer movimientos que sorprendieran a la gente».
Sin embargo, gracias a que le ofrecieron ir a Luar, el programa de la televisión gallega, consiguió ponerse en el mapa del cóctel en España.
«Desde la Asociación Galega de Barmen me plantearon representar a Galicia en el campeonato nacional de coctelería acrobática». Fue en Benalmádena donde le comunicaron que era el primer gallego en competir en este certamen. «Alcancé mi mejor posición, quedé cuarto, pero aprendí muchísimo». Se presentó en dos ocasiones más al campeonato, en el 2007 y 2008.
Para ese primer concurso se preparó durante meses, lo que le ayudó a que muchas marcas de bebidas se fijaran en él: «Fui la imagen en eventos de muchas marcas durante bastantes años. Cada fin de semana viajaba para hacer los espectáculos». Con su coctelera y sus trucos llegó hasta Madrid, Barcelona, Asturias e incluso Andorra.
«Durante años no pisaba Vigo y de hecho más que la cara visible, también pasaba a formar parte del equipo de la marca». Estas giras por el país, principalmente por el noroeste, hacen que mucha gente que acude ahora a su local le reconozcan.
Aunque cada noche es diferente, en todos los servicios realiza alguno de sus vistosos trucos, aún así nunca avisa al público porque «lo novedoso sorprende cuando no te lo esperas».
Técnica y magia
En la coctelería acrobática se mezclan técnica y magia. «Hay un truco en el que dejas una coctelera flotando en el aire», dice.
Sin embargo, uno de sus cócteles más destacados, y de los más aclamados, es un flambeado en el que utiliza dos jarras al mismo tiempo. De una a otra cae una cascada de líquido ardiendo, que es lo que más impresiona, porque se acompaña con más volumen en la música y se convierte en un número «muy visual». En este caso, el local a media luz provoca que cuando se ven llamaradas «volando» la gente se quede ensimismada.
«Hay muchísimos bares, por lo que disfruto aún más cuando la gente me dice que no han visto antes algo así o que nunca lo han pasado tan bien bebiendo un cóctel».
Aunque en el día a día ha visto que la clientela aumenta, fue gracias al decorado de un cóctel en concreto cuando se dio cuenta de la subida de su público. «Al daikiri de fresa le hago una decoración que es un plátano en forma de delfín y solo cuando introduje eso, pasamos de gastar un kilo y medio de fresas por fin de semana a tres kilos». Este tipo de bebidas consiguen que los instagrams de todos los asistentes al local se llenen de publicaciones de vasos rosados.
A pesar de que la gente no comprenda que lo que más le gusta es ser camarero, él no se quiere ni imaginar haciendo otra cosa. «En un trabajo de cara al público debería gustarte el contacto con la gente y lo que estás haciendo».
José hasta recoge el local con malabarismos, porque «ya me sale de forma natural porque estoy acostumbrado». Por eso, para él su coctelería y su función en ella «es una pasión».