Carmen Rodríguez, la discípula gallega de Llongueras, es una artista de la tijera que desde los años de la movida en Vigo esculpe con maestría las cabelleras de miles de ciudadanos, algunos de ellos famosos
02 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La característica forma de entender la belleza de Carmen Rodríguez hizo que se convirtiera en una de las peluqueras más importantes en Galicia, atreviéndose con cortes de pelo que dejaron huella en un sector que ella siempre ha visto como un arte. «Nuestro trabajo es como el de un escultor que convierte el cabello en un lienzo y refleja el carácter de una generación», advierte. En su caso es cierto, ya que su dominio de la tijera y su visión transgresora de la imagen marcó un camino para muchos.
«En la vida, si no arriesgas no ganas. Y eso es lo que justamente me ocurrió», relata la profesional de polifacética personalidad que diversificó por diferentes cauces de inspiración artística, desde la peluquería a la tricología, quiromasaje, implantes capilares, fotografía y otras especialidades a las que siempre ha aplicado creatividad sumada a su talento en las relaciones públicas.
Carmen nació en una villa ourensana cercana al monasterio de Oseira. Tuvo unos comienzos difíciles, ya que su padre no veía en las tijeras un futuro para su hija. «Pero pronto llegó el momento en que el éxito se apareció en forma de grandes colas de clientes a las puertas de mis salones de belleza para quitarle la razón», señala la peluquera que cuenta en su haber hitos como haber creado el primer salón unisex a su llegada a Vigo y sobre todo, de lo que está más orgullosa. «Igualando los sueldos de empleados y empleadas», añade.
Hija de una mujer que había trabajado como sastra, el mundo del estilo no le resultaba ajeno. «La primera gran maestra que tuve en mi vida fue mi madre», reconoce la peluquera cuya carrera comenzó a despegar en la década de los 80 y rápidamente destacó por un enfoque innovador y vanguardista en el mundo del estilismo capilar.
Como empresaria arrancó en el año 86 en Vigo donde abrió el primer salón franquiciado, y en tan solo seis años abrió otros en Ourense, Pontevedra, León y Madrid. «Durante 25 años generé numerosos puestos de trabajo, formando a muchos colaboradores a los que presté formación técnica y profesional y en esos años introduje el sistema de marca fui líder a nivel regional y nacional, y estilista de personalidades del espectáculo, políticos, empresarios y miles de personas que confiaban en mi sistema de trabajo», destaca con satisfacción.
Carmen Rodríguez colaboró con muchos peluqueros de renombre y participó en eventos de moda de gran prestigio, pero el que marcó un antes y un después fue Lluís Llongueras. «Llegó a mi vida a los 21, siendo mi ídolo, mi maestro, mi padre profesional, amigo y la persona que me hizo despertar la pasión, la creatividad, el entusiasmo, la exigencia, la necesidad de la formación continua y constante y entender que es una profesión en la que siempre tienes que estar en búsqueda constante de lo nuevo desde la excelencia».
Con el reconocido estilista, la ourensana afincada en Vigo se formó viajó y captó la esencia que aún transmite. «Era tal mi admiración y lo que me enriquecía profesionalmente, que nunca me cansé ni pensé en la cantidad de horas que trabajaba, vibrando continuamente con ver como él era un profesional incansable. Eso hizo en mí desarrollarme siendo tremendamente exigente como lo era él, llegando a pensar que como buenos géminis que somos, era capaz de entenderlo y creer que tenía su misma cabeza», confiesa.
Como el genial peluquero fallecido el año pasado, ella se considera igualmente generosa, «dispuesta a compartir todo mi saber hacer definido por la experiencia con los profesionales que trabajan conmigo. Me considero trabajadora sin tregua, entusiasta y capaz de vencer las dificultades más grandes», se define.
Carmen tiene clara cómo hay que entender la peluquería contemporánea: «Hoy nadie quiere ser esclavo de su peinado ni de su peluquero y mi método resuelve las nuevas necesidades de cada cliente que evita esa servidumbre». Por eso escoge cortes que respetan las características de cada cual «para dar al cabello el volumen y el color que le faltan gracias a los recursos de la química moderna».
La responsable del salón Llongueras en Vigo, que se confiesa responsable del adiós a la gomina de Núñez Feijoo, es también autora de cambio de imagen de Lucia Pérez y ha tratado con amor las melenas de Ainhoa Arteta, Bustamante, Toñi Salazar, Silvia Superstar, María Teresa Campos, Abraham Mateo, Súper Piñeiro, Víctor Fernández y muchos otros personajes conocidos. «En estos momentos estoy gestionando una transformación y un cambio que creo serán claves para dinamizar el futuro en mi carrera profesional», avanza.
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Lepanto, 21. Vigo