Una gallega en el seno de la alta costura de París junto a Giambattista Valli

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Alejandra Güell junto a la itgirl de Nueva York, Oliva Palermo.<br /> <br /> <br />
Alejandra Güell junto a la itgirl de Nueva York, Oliva Palermo.
 
 
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Alejandra Güell establece los contactos de la firma con las grandes celebridades

28 jul 2024 . Actualizado a las 21:55 h.

Querer es poder. Si no que se lo digan a Alejandra Güell Domínguez, quien heredó de su madre la afinidad por la creativa industria de la moda y, sin cejar en el empeño, ha acabado en el seno de una de las quince icónicas firmas que conforman la alta costura de París. La maison de Giambattista Valli se fijó en ella hace tres años. Probablemente la frescura que desprende haya influido a la hora de confiarle las relaciones de esta marca, caracterizada por ser la que viste a los clientes más jóvenes de la haute couture, con las grandes celebridades. «En la vida me hubiera imaginado llegar hasta aquí», dice con sinceridad.

Las oficinas de Giambattista Valli en la capital francesa, cerca de la Ópera, son un showroom que cuenta «con una especie de pequeño museo de la alta costura», explica Alejandra Güell, cuya vida en Galicia se reparte entre Vigo y Ourense. Es allí donde reciben a las figuras públicas con las que trata la gallega. Ella misma las acompaña y participa en las reuniones de traslado de propuestas así como durante las pruebas de diseño. Es un ambiente íntimo. «Somos un equipo pequeño y de corta edad, que trabajamos mano a mano entre nosotros» así como con el alma mater de esta compañía tempranamente reconocida por la Cámara Sindical de la Alta Costura. «Giambattista es una persona altamente creativa de espíritu joven» y claro que esto resulta inspirador entre la plantilla. Además, delega responsabilidades.

A la derecha, la gallega ayuda a Olivia Palermo durante su preparación.
A la derecha, la gallega ayuda a Olivia Palermo durante su preparación. CEDIDAS

Alejandra Güell, de 28 años, cursó sus estudios de Diseño de Moda en el Instituto Europeo de Diseño y en el Instituto Marangoni. Su formación académica le dejó muy claro que lo suyo es el sector textil, pero fue en contacto con el mercado laboral cuando se descubrió que se manejaba mucho mejor ejecutando la comunicación de las grandes marcas con artistas y celebridades. Antes de aterrizar en su puesto actual, cursó un período de prácticas en el espacio en Madrid de Dior.

En Giambattista Valli, la gallega participa en la estrategia de comunicación como coordinadora internacional de VIP. Realiza «un trabajo de investigación centrado en la búsqueda de nuevos talentos artísticos, de diferentes disciplinas. Gente joven que comienza a despuntar» y que desprende ese «je ne sais quoi» que encaja en el marco de la alta costura. Conviene dar en el clavo, básicamente porque puntualmente serán el rostro de la firma de moda. Además, Güell asume el contacto de la marca con las celebridades para «establecer un vínculo con ellas y fortalecerlo». Es así como lleva tres años trabajando junto a la itgirl neoyorquina Olivia Palermo —este año celebró sus diez años de casada con un diseño de Giambattista, que se estrenó en la Bridal de Barcelona—, ha atendido a Novak Djokovic y Selena Gómez, aconsejado a Amal Clooney y Ariana Grande o entrado en contacto con varias familias monárquicas europeas que mantienen una relación de compromiso mutuo con Giambattista Valli. El año pasado, formaba parte de un equipo de confianza que el diseñador envió al festival de Cannes para atender a los artistas que desfilaban por la alfombra roja con creaciones de la marca dirigida por el italiano e instalada en París.

La joven gallega tiene claras las posibilidades que emanan del sector de la moda y aconseja en los centros educativos que fortalezcan la vena creativa y social desde la infancia. Su vida es la soñada cuando una siente pasión por lo que hace y no le importa que el precio a pagar sea la disponibilidad y un horario exigente. A quien empieza le lanza un consejo: «Trabajar, seguir la intuición propia y creerse que puede llegar hasta aquí».