Llega a Vigo el «cruasán aplastao»

Begoña Rodríguez Sotelino
b. r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

La nueva tendencia en bollería ya se puede probar en locales como El Trigal, donde lo hacen desde hace tres meses

21 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que la pastelería se convirtió en objetivo de influencers e instagramers, el catálogo de la bollería tiene más cambios que las dependientas de Inditex. Si el bollo de leche o la tarta de Santiago siguen siendo igual que hace cien años es puro milagro. De los pasteles clásicos, poco queda. Tunearlos hasta que no los reconozca nadie es el nuevo juego favorito del sector del dulce. El último grito es el flat (plano, en inglés) cruasán, es decir, el cruasán aplastado.

Aunque parezca que el truco está en pasarle un rodillo por encima al de masa esponjosa con sus protuberancias de toda la vida, no es tan fácil. Lo asegura Amelia Durán, responsable junto a su hermana Aldara de la panadería y pastelería El Trigal. «Básicamente sí que es un cruasán aplastado, pero técnicamente, no, no es que se coja uno normal y se aplaste, sino que ya se cuece con ese aspecto. Hay que hacer la masa, darle la forma, dejarla fermentar y cuando va al horno, ponerle unos pesos encima que prensen esa masa que se va haciendo si que pueda subir».

La empresaria cuenta que además se le pone un poco de azúcar y se carameliza. «Eso es lo que hace que quede aún más crujiente, porque no es un cruasán esponjoso como un normal, sino que se parece más a una galleta», aclara sobre una elaboración que se culmina bañándola en diferentes toppings.

Durán señala que comenzaron a hacer este nuevo producto hace unos tres meses. «Está teniendo muy buena acogida, como prácticamente todos los formatos de cruasanes que estamos haciendo desde hace unos años». El más viral y permanente es el New York Roll, que también lleva una masa parecida al cruasán, pero en formato redondo, rellenos de cremas variadas, desde pistacho a chocolate, frambuesa, praliné, Lotus y otras, y coronados también con toppings al gusto.

La profesional explica que además están haciendo ediciones especiales según la temporada: «Por ejemplo, en Navidad siempre los sacamos con jengibre, turrón, avellana, sabores que van más con la época, pero vamos variando para que haya siempre alguna novedad».

La responsable de El Trigal cuenta que actúan según la demanda. «La clientela se ha acostumbrado a que le renueves el catálogo, la gente quiere desayunar algo nuevo y diferente a lo que ya probaron la semana pasada y nos vamos adaptando a eso, a lo que nos piden», argumenta la hostelera que gestiona el establecimiento vigués que nació como un pequeño negocio y no para de crecer. Actualmente tiene su obrador central en Balaídos, con cafetería y cátering, y una sucursal en la sede del Celta en la calle del Príncipe.