El médico de Vigo controlaba la sanidad portuaria en 1760

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Era responsable de evitar la entrada de enfermedades contagiosas

01 jul 2024 . Actualizado a las 08:43 h.

Manuel José de Senra y Parada obtenía, el 6 de febrero de 1760, el puesto de médico oficial de la villa de Vigo. Su aceptación fue una excelente noticia para todos los habitantes de la localidad debido a que llevaban «desde muchos años a esta parte» sin médico. En el currículo de este doctor se decía que era médico aprobado por el Real Proto Medicato y titular del Real Monasterio de Santa María de San Clodio de la orden de San Bernardo. En realidad, fue Senra y Parada quien solicitó la plaza, «noticioso de que esta villa se halla al presente sin médico que asista a los enfermos».

La aprobación del cargo fue realizada por Feliciano de Puga Troncoso de Lira, regidor decano de Vigo que, en ausencia de un juez titular, asumió la presidencia y la administración de justicia en la zona de Vigo. Junto con él constituían el ayuntamiento vigués los regidores Francisco Vello Bermúdez, Sebastián Antonio de Araújo Arcade y Castro, Manuel Antonio López y Pedro Antonio Megía.

Estos corporativos le asignan al nuevo médico un renta anual de 550 reales de vellón procedentes de los impuestos locales. Además de atender a los enfermos de la localidad, el médico debía realizar, junto con uno de los regidores, las visitas a los barcos que fondeasen en la ría para cerciorarse de que no se ponía en riesgo la salud pública. No era una cuestión menor debido a que entonces era a través del tráfico marítimo por donde se propagaban las enfermedades contagiosas.

Y su primer trabajo en los barcos le llegó a Manuel José de Senra y Parada el 10 de marzo cuando fue requerido para inspeccionar la carga de trigo de un buque corsario francés que pretendía vender su botín en la villa. El capitán francés descargó y depositó la mercancía en un almacén de Lorenzo Llorente, comisionado de los armadores, capitán y tripulantes del buque. Acompañado del procurador general de tierra, Francisco Rivero Díaz, y del mar, Manuel Fernández, el médico visitó el almacén, ubicado en O Berbés. Tras su inspección, declaró que todo esta «corrumpido a causa de haverse yntroducido en el porción de agua bituminosa» [textualmente] por lo que recomendó que no fuese consumido por las personas.

Tras conocer el informe del médico, la corporación municipal notifica a Lorenzo Llorente Romero que trasladase a «un sitio remoto y apartado de esta villa» el trigo para quemarlo o enterrarlo «en un oio profundo para que ninguna persona pueda usar» [sic]. Ese lugar alejado fue San Felipe, la zona situada entre el castillo de O Castro y el Couto.

Durante el mes de mayo, la corporación municipal abonó al médico el sueldo correspondiente al primer cuatrimestre del año.

Años después, el hijo de este médico, José Ramón Senra y Parada, traduciría la obra del médico francés Tissot Enfermedades de nervios producidas por el abuso de los placeres del amor y excesos del onanismo. José Ramón era entonces médico titular de Mondoñedo y junto a su hermano, Juan, fueron perseguidos a partir de 1808 porque los declararon afrancesados.

Su padre estuvo casado con Juliana Mourelle y, antes de llegar a Vigo, fueron vecinos de San Esteban de Ponte Castrelo, en el partido judicial de Ribadavia.

Además de un médico titular, el Concello de Vigo también contaba con un cirujano sangrador, una figura encargada de asumir las tareas más prácticas y manuales de la curación, siempre bajo las órdenes del médico titular de la villa.