La arquitectura que conectó a Vigo con Europa

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

A comienzos del siglo XX, la ciudad se impregnó de la nueva forma de construir con el modernismo

22 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A finales del siglo XIX, algunos arquitectos europeos quisieron romper con las tradiciones arquitectónicas y plantearon un estilo basado en el uso de nuevos materiales, como el hierro, el vidrio o la cerámica, así como un gusto por una abundante ornamentación vegetal y las líneas curvas. Es el modernismo, que en España tuvo su cumbre en Cataluña. En Galicia fueron las ciudades de Ferrol, A Coruña y Vigo donde recalaron los nuevos lenguajes, impulsados por la burguesía, aunque cohabitando con elementos del pasado más próximo, como el uso del granito.

En Vigo, el modernismo se superpuso al eclecticismo, principalmente representado por los edificios de Jenaro de la Fuente Domínguez, que también, de alguna forma, se dejó influir por la nueva visión de la arquitectura. Benito Gómez Román, hermano de Manuel, fue el primer arquitecto que emprendió la vía europea. El edificio Simeón es la referencia de arranque, aunque anteriormente había diseñado un edificio para Juan Baliño en la esquina de García Barbón con Oporto, desgraciadamente derruido hace cuarenta años.

El portal catalán de internet Arquitectura modernistas recoge en Vigo numerosos ejemplos de aquel estilo finiquitado con el inicio de la Primera Guerra Mundial, aunque algunos de ellos solo reflejen la modernidad del momento en detalles y muchos otros han sido eliminados o mutilados con el paso del tiempo.

El panteón de Jenaro de la Fuente, en el cementerio de Pereiró, es un ejemplo que califica el portal de especial interés. Es sencillo en cuanto a dimensiones, pero admirable por el uso de las líneas curvas. Fue construido en 1910. Y tiene grandes semejanzas con el edificio que construyó este arquitecto para Benigno Fernández, en Urzaiz, 28, especialmente en la concepción del espléndido portal.

El Policarpo Sanz, 18, todavía se conserva, aunque alterado, el edificio que fue la sede de la sociedad La Oliva. Fue construido por Jenaro de la Fuente Domínguez en 1914. La singularidad de este edificio es que no fue construido en piedra, sino en ladrillo revestido de mortero de cemento y pintado. El primer contacto de Jenaro de la Fuente con el modernismo quedó reflejado en la casa construida para Manuel González en O Berbés en 1903. El proyecto original constaba de bajo y dos pisos, y los usos modernistas se ciñen a la ornamentación y el uso de la curva en la fachada.

Aunque tiene este arquitecto más edificios, el último ejemplo que presentamos en esta ruta se corresponde con los locales comerciales que realizó en 1906 para Marcelino Barreras en Velázquez Moreno, 25-29.

Pero los dos representantes principales del modernismo en Vigo son Manuel Gómez Román y José Franco Montes, especialmente, este último, al que los expertos atribuyen una intención claramente renovadora. Este arquitecto vigués se adentró en el modernismo en el proyecto que realizó en 1904 para Ramón Posada en García Barbón, 42. Hoy en día, este edificio presenta una desafortunada ampliación que oculta la belleza del bajo y las dos primeras plantas originales. Su siguiente encargo, para Francisco Prado, está en el Paseo de Alfonso, 31. Es un edificio que está en un perpetuo estado de rehabilitación. También ha sido ampliado en gran manera la casa que proyectó en 1910 para Joaquín Pérez Boullosa en el número 24 de la plaza de Compostela, aunque en este caso, la restauración ha sido más afortunada.

Los dos siguientes ejemplos modernistas de José Franco Montes son muy conocidos en Vigo. Por un lado está el chalé El Pilar, en López Mora, 31, actualmente, de propiedad municipal, y el otro, las Escuelas Nieto, en la calle del mismo nombre.

Gómez Román

Por su parte, Manuel Gómez Román, que experimentó una importante evolución a lo largo de su larga trayectoria como arquitecto, es el autor mejor valorada desde el punto de vista de los ciudadanos. Él concluyó el proyecto del Simeón, en la Porta do Sol, iniciado por su hermano. También es el autor del Mülder, ubicado en Montero Ríos, donde añade la cerámica como elemento enriquecedor del embellecimiento de la fachada. Se considera una obra modernistas el panteón que levantó en recuerdo de Concepción Arenal en la entrada del cementerio de Pereiró.

Otra de las referencias importantes del menor de los hermanos Gómez Román es la Casa de Saturnino García, en la esquina de la Plaza de Compostela y García Olloqui. Su fachada está distribuida a ambos lados de un chaflán curvo y presenta en su bajo un interesante juego de arcos en sus vanos.

Aunque estos son los arquitectos de referencia en el modernismo vigués, otros autores dejaron importantes edificios en ese mismo período. Es el caso del madrileño Luis Vidal Tuasón, con la casa de Casiano Méndez, en Castelar, 9, o la que construyó para Marcelino Barreras, en Pablo Morillo, 4; Manuel Felipe Quintana, con el proyecto para Enrique Mandado, en Chile, 4; o el número 5 de la calle de Joaquín Yáñez, atribuido a Cecilio López da Veiga.

Por el camino del siglo XX se fueron perdiendo en Vigo hermosas construcciones de esta época, como los quioscos proyectados por Jenaro de la Fuente para Javier Álvarez en la calle de Elduayen, o la Casa del Pueblo, diseñada por Manuel Gómez Román donde hoy está el edificio de la UGT.