
Medalla Isidro Parga Pondal, es una referencia en sostenibilidad y química eco y acaba de ponerse al frente del centro de innovación de la Universidad de Vigo
08 jun 2024 . Actualizado a las 21:54 h.Cada día llega a su puesto de trabajo en la Universidade de Vigo a bordo de un coche híbrido enchufable en modo eléctrico. Ángeles Sanromán (Cádiz, 1964) reconoce que su especialidad está históricamente relacionada con procesos artificiales en los que el hombre ha intervenido, tradicionalmente, contra la naturaleza. Esto está cambiando. Sus proyectos llevan años revertiendo la contaminación resultante del proceso industrial. En su carrera como investigadora ha dirigido el grupo de Bioingeniería y Procesos Sostenibles de la Universidad de Vigo y forma parte de las primeras generaciones de docentes del centro universitario vigués. Acaba de aceptar la dirección del Cintecx —Centro de Investigación en Tecnologías, Energía y Procesos Industriales—, con el objetivo de liderar proyectos de investigación en el ámbito de la sostenibilidad. «La química verde cada vez es más importante».
Su grupo de trabajo investiga con desechos de alimentos que, tras ser sometidos a varios procesos químicos, funcionan como filtros de aguas residuales. «Estamos trabajando con una empresa, comprobando la eficacia del sistema en distintas fases de depuración del agua. Empezamos usando los residuos de vegetales como sustratos, luego para crear material carbonoso y ahora estamos empleándolos como catalizadores y absorbentes». Gracias a sus trabajos, están consiguiendo eliminar elementos químicos y fármacos presentes en las aguas que las depuradoras no consiguen neutralizar. Otro de los proyectos actuales consiste en generar hidrógeno a través de agua.
El Cintecx aúna proyectos de 150 investigadores dedicados a otros campos como las infraestructuras, prevención de incendios forestales o avances energéticos. «Queremos apoyar a las empresas y ser un referente. Tenemos más de 100 proyectos, pero queremos ir a más. Desde el 2019 se han captado más de siete millones de fondos para innovación y tenemos que seguir avanzando». Una de sus misiones como directora del centro es la de retener y hacer retornar el talento investigador que está en el extranjero en un ámbito en el que la competencia es muy alta.
La carrera de un investigador es larga y no se consolida hasta bien entrada la treintena. El currículo es importante, pero también la capacidad de desarrollar proyectos capaces de captar financiación. «Si yo a día de hoy quisiera entrar en la Universidad como investigadora no sé si lo conseguiría, el nivel de competencia es muy alto, y el porcentaje de éxito muy bajo. A veces se evalúan 100 proyectos y solo se acepta el 20 %».
«Se nos ve como los malos»
Ponerse al frente del Cintecx es solo un paso más tras haber recibido en el año 2022 la medalla Isidro Parga Pondal que entrega la Real Academia Galega de Ciencias en reconocimiento a sus trabajos como investigadora y su capacidad de formación de nuevas generaciones. Sus proyectos se realizan en coordinación con empresas del entorno, por lo que los beneficios son tangibles a nivel local. Sanromán fue pionera en desarrollo de biotecnología ya en los años 80 y sigue liderando proyectos en este ámbito.
«Muchas veces a los químicos se nos ve como los malos, pero los procesos industriales son cada vez más respetuosos con el medio ambiente». En esa línea trabaja desde que decidió estudiar química. «Fueron unos profesores los que me abrieron la mente con unas charlas. Me di cuenta de que lo mío era esto, se me daban bien las matemáticas y las ciencias. Yo intento ir a encuentros en colegios y jornadas de puertas abiertas porque muchas veces los chavales no saben qué hacer con su futuro, tenemos que enseñarles en qué consiste nuestro trabajo». Su hijo es investigador en biomedicina tras haber ido a una charla del doctor Ángel Carracedo.
Su hija se dedica también al ámbito de la química, aunque asegura que nunca trató de influir en sus carreras, al menos de forma consciente. «Investigar es un hobby para mí, ese es mi problema. No sé cuál es mi horario. En casa sigo trabajando, consultando proyectos, redactando artículos, evaluaciones o tratamiento de datos... Esto es vocacional». Aunque tiene un currículo plagado de reconocimientos, son las menciones personales las que más le ilusionan. «Mi trabajo tiene sentido cuando veo investigadores que han hecho su tesis conmigo y son profesionales en su área. O cuando un alumno me dice que le ha gustado mucho la clase, por eso no me importa dedicarle horas».
A sus 60 años, conserva el acento de su Cádiz de nacimiento, aunque vive en Galicia desde los 18 años. Es la menor de tres hermanos en una familia que se mudó al sur por el trabajo de su padre, dedicado al sector naval. «Genéticamente soy 100 % gallega. Todos los veranos de mi vida los pasé en Nigrán, pero sigo teniendo acento andaluz, y eso que no hago nada por conservarlo. Estoy orgullosa de haber nacido en Cádiz, pero Galicia siempre será la primera de mis patrias». Una tierra que cuida como ciudadana pero, sobre todo, como investigadora.
Su canción favorita
«Eye in the sky», de Alan Parsons Project. «Es una canción que ya escuchaba cuando era una chica de 18 años y estaba preparando selectividad. Este tema me ha seguido acompañando a lo largo de mi vida. Aun ahora la sigo escuchando de vez en cuando. Tengo claro que es mi canción».