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El 20 de mayo de 1980, el gobierno de Vigo aprobó la licencia del Alcampo de Coia a pesar de la oposición vecinal y de los pequeños comerciantes de la ciudad. Fue el primer híper de la comunidad autónoma
22 may 2024 . Actualizado a las 01:54 h.El 20 de mayo de 1980 marcó un antes y un después para el comercio gallego. Ese día, la comisión permanente del gobierno municipal de Vigo aprobó concederle a la promotora Coya SA la licencia de construcción de un hipermercado en la avenida de Castelao. Iba a ser el primer hipermercado de toda la comunidad autónoma. Una de las consecuencias de aquella aprobación fueron las protestas de una gran parte de las pequeñas tiendas de comestibles de la ciudad, que se veían impotentes para competir con los precios que ofrecía el gigante francés Alcampo, especialmente en algunos productos básicos. Durante los años siguientes, no fueron pocos los pequeños tenderos de barrio que se aprovisionaron de algunos productos en el nuevo centro comercial, como era el caso del aceite o del azúcar.
«Al final, como quien no quiere la cosa y sin más debate, ha nacido el híper de Coia que tantos detractores tenía. Los problemas, seguramente, vendrán ahora», anunciaba en sus páginas La Voz de Galicia tras la aprobación. Y esos problemas no solo apuntaban a los pequeños negocios del sector de la alimentación. Los propios vecinos de Coia mostraron un fuerte oposición a la construcción de la gran área comercial, que finalmente entraría en funcionamiento en noviembre de 1981.
La Asociación de Veciños de Coia, el Movimento Cidadán da Parroquia Cristo da Victoria y la Coordinadora de Asociación de Vecinos llegaron a presentar cuarenta recursos en el registro del Ayuntamiento. Basaban sus reclamaciones en los informes negativos realizados por técnicos municipales. Los miembros de la comisión que aprobaron la licencia se apoyaron en un informe favorable de la comisión provincial de Urbanismo.
El proyecto incluida la construcción de una torre de apartamentos para un hotel. Como recuerda el libro Vigueses na democracia, publicado en el año 2000 por la Federación Eduardo Chao, el movimiento vecinal, con el apoyo técnico del abogado Ventura Pérez Mariño, consiguió una orden de paralización de las obras en diciembre de 1980. Sin embargo, la permanente municipal otorgó una nueva licencia en la que rebajaba la superficie constructiva.
El 26 de marzo de 1981, La Voz de Galicia publicaba una nota emitida por el grupo asambleario del Fragoso en la que manifestaba su repulsa por las gestiones que realizaba el Concello con respecto al hipermercado. Mostraba su oposición por lo que calificaban «manifiesta ilegalidad e irracionalidad urbanística» y porque suponía un grave perjuicio para el pequeño comercio.
Con todo, las obras prosiguieron su marcha y la firma francesa comenzaba a publicitarse en la prensa. «En el hipermercado encontrará 1.400 carros de compra, porta-bebé, para recorrer todo un mundo de productos en los que verá nuestro lema hecho realidad. Fulminamos los precios», se podía leer en la publicidad de Alcampo en octubre de 1981, que se presentaba como una superficie comercial de siete mil metros cuadrados.
Ese mismo mes, el primer hipermercado que se implantaba en Galicia llegaba a un acuerdo con el Concello de Vigo para responsabilizarse de la colocación de una serie de semáforos para regular el previsible volumen de vehículos que se produciría en el entorno del centro.
El 4 de noviembre, a las 10.00 horas, abría sus puertas el primer hipermercado de Galicia con la presencia del director general de los hipermercados, Francis Lepoutre; el director de expansión, Ramiro Paredes; director financiero, Philipe Dillmann; director central de compras, Gerard de Stephanis; director de Informática, Alberto Soriano; director del hipermercado de Vigo, Pierre-Hubert Vidal; Antonio Cabadas, director adjunto y Joaquín Viyella, del departamento de expansión.
1.100 millones de pesetas
Los directivos de Alcampo dijeron entonces que no venían a hundir el comercio vigués, sino a fortalecerlo, y destacaron que habían realizado en la ciudad de Vigo una inversión de 1.100 millones de pesetas y creado 300 puestos de trabajo.
Menos de un mes después, el sindicato Comisiones Obreras denunciaba que se habían producido ya numerosos despidos. «De una plantilla total de 260 trabajadores, solamente 23 son fijos (jefes y mandos intermedios, principalmente). En estos momentos han sido despedidos ya 35 trabajadores casi reciente contratados, sin que la empresa respete los contratos temporales», denunciaba el sindicato en las páginas de La Voz de Galicia el 29 de noviembre de 1981.
En cualquier caso, la expansión de los hipermercados era ya imparable en toda Galicia. En 1985, llegaban a la ciudad de A Coruña y, posteriormente, al resto de las principales localidades gallegas. La Federación Provincial de Comercio protestó cuando en ese mismo año se concedió la licencia de construcción del segundo hipermercado de Alcampo en Vigo, el de la avenida de Madrid, y recordó la gran incidencia que tuvo para el pequeño comercio la apertura del primero.
No sirvió de mucho porque los hipermercados ya había calado en los usos de la población y no hicieron más que aumentar en todos estos años. En una segunda fase, las grandes empresas, casi todas francesas, dirigieron sus objetivos comerciales hacia las poblaciones medias de Galicia.