En el pub Ícaro empezaron su carrera humoristas como Miguel Lago o los Tonechos gracias al vigués Ángel Sanmartín, que lleva casi 30 años al frente del local pionero en llevar los monólogos a su escenario
18 may 2024 . Actualizado a las 01:45 h.Antes de que se pusieran de moda los monologuistas, que es como decir antes de que cotizara la risa o antes de que el humor se revelara como el gran desestresante del siglo XX y siguientes, un hostelero vigués tuvo la idea y la intuición de que abrir ese camino iba a ser el inicio de una autopista de cuatro carriles en cada sentido. Y él iba a ser el pionero que lo forjaría a pico y pala. Ángel Sanmartín no era nuevo en el sector, pero se bautizó como gestor de espectáculos en 1995. El año que viene se cumplirán 30 desde que tomó las riendas del pub Ícaro, un oasis en el desierto de una zona de Vigo, la del entorno de As Travesas y la plaza de la Independencia, tan poblada o más que el centro de la ciudad, pero con mucha menos oferta en locales con actuaciones de artistas en directo.
Ícaro nació como bar de ambiente en 1982, fue el capricho de un vigués que quiso crear en su ciudad un espacio de encuentro y ocio donde sentirse libre de miradas de reprobación, como los que había visto y disfrutado en urbes más cosmopolitas. Pero el antojo se convirtió en una burbuja que perdió altura hasta que cayó en manos de Ángel, que, sabiendo lo que le pasó al mito griego que da nombre al establecimiento, supo reflotarlo sin acercarse demasiado al calor que podría quemar sus alas, como demuestra el hecho de que siga siendo un referente y siga trabajando como antes.
Frente a la barra cuelga enmarcado el póster de una actuación de Luis Zahera. «Es del monólogo que hizo aquí, el primero tras ganar el premio Goya. No se le subió el éxito, de hecho cuando ganó el segundo Goya tenía fecha también para actuar, pero se puso muy malo y tuvo que cancelarlo» cuenta Sanmartín, que recuerda que cuando él comenzó a organizar actuaciones de monologuistas, «era un momento en que España éramos solo tres los que nos dedicamos a ello». De aquellos tiempos menciona a actores como Cándido Pazó. «Traía al principio a gente de Vigo, y ta incipiente estaba el asunto que ni siquiera se llamaban monólogos, «eran cuentacuentos», recuerda el profesional que recondujo su vida laboral hacia este mundo porque como peluquero ya no podía trabajar tras un fatal accidente casero que le destrozó los músculos y tendones del brazo derecho dejándole cicatrices todavía visibles. Tenía también un pub en el Casco Vello de Vigo, pero en aquel momento nunca pensé en que terminaría trabajando en locales de noche para siempre», cuenta Sanmartín, que también se hizo cargo del Beer Station en Montero Ríos y de una discoteca en Guixar.
Volviendo al Ícaro, en aquella nómina inicial de actores con mucha gracia y valor para presentarse solos ante el público, antes también de que empezaran a hacerles otros los guiones, estaban actores como el vigués Manuel Manquiña, aquellos Los Tonechos de mucho ante de programas de la tele como Land Rober - Tunai Show, cuando Roberto Vilar y Víctor Fábregas se buscaran las castañas en pequeños locales, y Pepo Suevos, Quique San Francisco, Felix el Gato y muchos otros.
Actualmente el sector está mucho más profesionalizado y la gestión es más sencilla para unas cosas y más complicada para otras. Por ejemplo, los cachés de los artistas. «Para mi la competencia son los propios teatros, pero no porque pretenda competir con ellos, sino porque hay artistas que obviamente prefieren trabajar en espacios donde el público se les multiplica por cien y la tarifa, también», advierte sobre un tipo de espectáculo que se ha convertido en tendencia y llena espacios impensables cuando Ángel y su mujer, Sandra, apostaron por un género —el stand up comedy— que llevaba años triunfando en el circuito anglosajón. «A ella le gustaban mucho y le sigue gustando, y viniendo a echarme una mano aunque ahora lo haga en silla de ruedas», lamenta el hostelero, que desde el principio tuvo claro que las actuaciones en petit comité iban a ser su inversión en publicidad.
De aquellos primeros años se acuerda también del vigués Miguel Lago. «Empezó aquí y él me ayudó al principio, actuaba en bares de otras ciudades y los que eran del otro lugar, venían a actuar aquí. Montaban una especie de intercambio que hacía posible que fuera algo mínimamente rentable», cuenta recordando también que llegaron a organizar un concurso: «Había gente muy buena y gente que no tanto», reconoce sobre aquellos jóvenes que quisieron hacer carrera pero nunca más se les volvió a ver.
Los intercambios también los hacían entre bares con el mismo objetivo, que se apoyaban entre ellos, como El Pilón, en Cambados. Ahora sigue ofreciendo al público actuaciones de monologuistas los domingos alternos. La próxima es Coria Castillo este domingo, 19; Melani Olivares y Fran Nogueira el 2 de junio, y Nene el 16 de junio.
Desde 1982
Dónde está
Pintor Colmeiro, 3. Vigo