La secuoya roja de California crecerá en Comesaña gracias a los escolares del Párroco Don Camilo
VIGO CIUDAD

Treinta y cuatro alumnos plantan árboles con el programa de apoyo de Voz Natura
11 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Desde la antigua incineradora de basuras de Vigo, la profesora Elena Fernández respira a pleno pulmón con sus 34 alumnos del colegio de educación infantil y primaria Párroco Don Camilo, de San Andrés de Comesaña. «Antes esto olía muy mal», recuerda la docente, que dirige con su compañera Gladys una actividad de repoblación de árboles en lo montes comunitarios.
El presidente de la comunidad de montes, Apolinar Lorenzo, explica a los alumnos de once y doce años cómo deben cavar. Los comuneros de Comesaña tienen un arbolario educativo, con 30 especies diferentes. Ayer el número se amplió con una secuoya roja de California, una araucaria y un almez, una especie de olmo. Van a coexistir en una parcela de algo más de dos mil metros cuadrados con otros árboles exóticos como el cedro del Himalaya. A un golpe de vista se ve una extensa plantación de castaños. «Algunos los plantó mi hija cuando estaba en el colegio y ahora ya tiene 27 años», recuerda con un poco de nostalgia la profesora Fernández. La actividad colegial forma parte del programa Voz Natura de La Voz de Galicia con la Fundación Fernández-Latorre. Los alumnos se aplican con esfuerzo a la pala y el azadón después de haber recibido las instrucciones teóricas. El terreno está blando después de las lluvias pero no tanto como puede aparecer a simple vista. «Para plantar un árbol hay que hacer un agujero de un metro de diámetro y con la profundidad necesaria para que tenga el tamaño de la maceta del árbol», explica José Crespo, de la empresa de educación ambiental Cerquiño que ayuda y asesora a la comunidad de montes y al ver la destreza de uno de los niños exclama: «¡Ti no es a primeira vez que lle das o sacho!».
El presidente de los comuneros, señala orgulloso toda la replantación de árboles tras los incendios del año 2017 que dejaron el paraje yermo. Ahora se alzan robles y castaños en una suave pendiente desde la que se ve la ría de Vigo. La comunidad de montes es la propietaria de 38 hectáreas de bosque que son trabajadas por 112 comuneros Después de la plantación tiene lugar la búsqueda de pistas de animales. «Es una experiencia creativa y original», sentencia Claudia Barciela., una niña de doce años que quiere ser profesora y apunta maneras. Uno de sus compañeros, de 11 años, Marcos Rodríguez, está encantado pero su futuro va a ser más sedentario: «Quiero ser programador», asegura.