La carta del hijo de la mujer asesinada en Vigo: «Era la mejor madre del mundo, ni ella ni nadie se merecía este final»
VIGO CIUDAD

Javier P. D. denuncia que su madre, muerta a manos de su hermano en un brote psicótico, «no estaría muerta si los mecanismos prometidos por políticos y administraciones se hubieran desplegado»
05 abr 2024 . Actualizado a las 02:40 h.La familia de María del Carmen D., la mujer de 71 años a la que su hermano, que padece esquizofrenia, mató cuando ella fue a su casa a llevarle comida, destaca la valentía, coraje y tesón de «la matriarca del clan, la madre que todos quisiéramos tener». Su hijo Javier P. D. ha hecho público el sentir de una familia que atraviesa el peor momento de sus vidas.
«Sufrió lo indecible con su salud, con los disgustos que le ocasionamos y con los que otros nos ocasionaron. Por ello, sin duda, me quedo con su disposición, con su lucha diaria, con su positividad, con su complicidad, con su energía… Con sus ganas de vivir», dice.
Javier es consciente de que todas las personas que fallecen dejan un vacío, «pero lo de Mari de los Loros (como era conocida la mujer fallecida) es más que eso. Era la asistenta social del barrio y de la familia. La mejor madre del mundo».
«Atenta a los mínimos detalles. He llorado y he reído mucho con ella. Pasamos momentos muy duros y, más todavía, momentos muy felices. Nos quedaremos con su esencia y con el legado que nos trasladó. No se merecía ni ella, ni nadie, este final. Pero lucharé por ella», añade.

En su mensaje, Javier apela a la concienciación ciudadana y a la visibilización de problemas y enfermedades que involucran a familias enteras.
«Creo que el trágico final que ha tenido mi madre tendría que darnos que pensar, para replantearnos muchas cuestiones relacionadas con la forma en que está avanzando esta sociedad, en la que se ofrecen falsamente múltiples servicios o coberturas sociales, que parecen completar un nivel de bienestar determinado, pero que realmente no son más que una mera apariencia, una suerte de burlería que emplean los políticos, apoltronados en sus cómodos puestos, para contentar a sus votantes», reflexiona.
Sostiene que «si los mecanismos prometidos por los políticos y por las administraciones hubieran sido desplegados, mi madre ahora no estaría muerta». «En estos momentos desconozco si esa falla se debe a la negligencia de alguna persona que no ha realizado correctamente su trabajo, por falta de empatía o por dejadez, o si responde más a una falta de recursos económicos, pero me encargaré de averiguarlo», advierte.
En su misiva, recuerda y comparte pensamientos de la víctima. «Ya lo decía mi madre, que estábamos perdiendo el norte cuando resulta que un perro parece tener las necesidades más cubiertas que una persona o cuando ese mismo perro provoca más sentimientos o más empatía en la generalidad de la gente que una persona que pueda estar tirada en la calle o desatendida en su casa durante largo tiempo. Y no se entiende. Esperemos que estos perros puedan luego pagarnos las pensiones».