Águeda Rojo: «Hay mucha depresión en mayores. Por tener 90 años no es normal estar triste»
VIGO CIUDAD
Creó las unidades de Psicogeriatría en Pontevedra y Vigo y sigue tratando la enfermedad mental en tercera edad. «Llegué a Galicia en 1995 para trabajar en O Rebullón, un lujo»
24 mar 2024 . Actualizado a las 01:25 h.Vigo, pandemia, año 2020. Mientras las autoridades sanitarias prohibían las visitas a mayores, Águeda Rojo (Madrid, 1969) recomendaba lo contrario: «Vayan a verlos, la soledad causa estragos». Cuatro años después, el covid ya no es un problema, la desatención a los abuelos, sí. «Siguen solos, es un drama que repercute en la salud mental», explica la psiquiatra. Un mayor que cambia su comportamiento, que habla menos, que se siente triste o come peor y duerme mal puede estar sufriendo una depresión, aunque ni él ni su entorno reconozca la enfermedad. «Ellos no van a decir que se sienten tristes, es un colectivo con mucha alexitimia, que es la incapacidad de expresar emociones. Socialmente también se tapa más en la tercera edad».
La doctora Rojo se ha especializado en atención psiquiátrica a mayores. En el año 1999 creó de cero la unidad de Psicogeriatría en el Área Sanitaria de Pontevedra y, en el 2016, hizo lo mismo en Vigo. Hoy, su consulta en el Hospital Meixoeiro está desbordada. Ve a pacientes derivados por otros servicios, aunque asegura que hay muchos más que necesitarían esta atención específica a la que pocos tienen acceso. «Veo muchísima depresión, ansiedad, demencias y duelos», detalla. Muchas de estas cuestiones se atienden en atención primaria del sistema público y en pocos casos se deriva a una atención especializada. «Se infradiagnostica la depresión en los mayores, parece que es normal, pero no. Por tener 90 años no es normal estar triste». Y cuando no se diagnostica, tampoco se trata.
Las demencias van muchas veces de la mano de enfermedades mentales asociadas. La doctora explica que no hay tratamiento para frenar el deterioro cognitivo, pero sí para atenuar los síntomas psicológicos o conductuales. «Los pacientes con demencia pueden tener cuadros psicóticos, como en la esquizofrenia, o padecer trastornos de acumulación —imposibilidad de deshacerse de cosas— como en los trastornos obsesivos compulsivos. Con tratamiento podemos mejorar una psicosis o un delirio y eso es un gran alivio para el paciente y la familia».
Sus consultas duran entre media hora y una hora, porque además de lo sanitario, hay que reparar en lo social. «Empiezas a historiar y tienes que atender la realidad de la persona: soledad, abandono, escasos recursos económicos... Tienes que tenerlo todo en cuenta para hacer un buen diagnóstico». Rojo es, además, secretaria de la Sociedad Española de Psicogeriatría desde donde está trabajando en un mapa nacional para identificar los recursos y necesidades en cada comunidad. Uno de los aspectos que también está en estudio es el suicidio en mayores, que registra más casos que en otras franjas de edad «porque las depresiones son más graves».
¿Y en las residencias?
La psiquiatra Rojo empezó su labor con los mayores de casualidad. Su primer trabajo tras el examen MIR fue en el hospital psiquiátrico de O Rebullón, en Mos. «Para mí fue un lujo trabajar allí, en un centro con esa historia. Fui la mujer más feliz del mundo». Tras la formación residente empezó a atender a mayores y ya nunca quiso dejarlo. Hoy consulta también en un gabinete privado a donde le llegan abuelos y familias, aunque la faceta más destacada de Rojo es la puesta en marcha desde cero de la unidad de Psicogeriatría de Pontevedra y Vigo. «En Pontevedra me contrataban para ir a residencias y las visitaba todas. Poco a poco monté la consulta en la Casa del Mar y elaboré protocolos para que los compañeros pudieran derivarme pacientes. Me dejaban hacer e hice».
Cuando se trasladó a Vigo repitió el mismo proceso y empezó a trabajar con la unidad de demencias, pidiendo que le trasladasen a su consulta los pacientes mayores con patologías psiquiátricas. Hoy, las unidades de ambas áreas sanitarias atienden a miles de personas, con recursos muy limitados. «Los gestores hablan en términos economicistas, creen que esto lo pueden suplir con otros especialistas, pero necesitamos atender mejor a la población mayor y prepararnos para lo que se nos viene encima». En Galicia, los jubilados duplican a la población de menos de 16 años y el envecimiento poblacional sigue en aumento.
Tampoco socialmente hay recursos suficientes. Rojo asesoró a residencias de mayores varios años, apoyando a los médicos de los centros; asegura que hay que revisar el modelo de las residencias, que son imprescindibles. «Llevar a un familiar a una residencia es algo personal, pero a veces lo recomiendo, porque no siempre hay recursos suficientes en casa. Creo que hay que tender a residencias más pequeñas, pensamos que en la pandemia cambiarían las cosas, pero no». Envejecer es un camino inevitable, para el que pocos se preparan, y en el que ella ha pensado muchas veces: «Me gustaría estar con la gente que quiero, en el entorno más familiar posible y acompañada».
Su canción favorita
«Nothing compares to you», de Sinéad O’Connor. «Desde la primera vez que escuché esta canción sentí un escalofrío, estaba en la facultad. Me marcó la música y también por lo que dice. Decirle a alguien ‘nada se puede comparar a ti’ es un regalo, pero ella se lo dice a su madre, lo que es más emocionante aún».