
La organización alerta de quejas y denuncias ante la Policía Local de Vigo
31 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Un aviso informativo en redes sociales ha puesto en la picota a la romería de San Blas. La fiesta invernal más popular de Vigo convierte a la parroquia de Bembrive en el centro de las celebraciones locales alrededor del 3 de febrero, que es la fecha de la efeméride del santo que cura los males de garganta. El evento que atrae cada año a miles de personas, en la última década ha ido creciendo hasta hacerse insoportable. La masificación de gente y los problemas de tráfico generaron las primeras protestas, pero este año se han añadido otras.
La organización de la fiesta ha recibido numerosas quejas de los vecinos en las últimas semanas. En el comunicado se hace eco de las llamadas de atención que han recibido de los vecinos, pero también del apercibimiento realizado por parte del Concello tras varias denuncias de usuarios ante la Policía Local. Así, recuerdan a todas las partes implicadas: furancheiros, puestos de venta y asistentes, «que manter a existencia da festa é unha responsabilidade de todos nós. Dende sempre foi unha exaltación da nosa cultura, unha romaría na que a música tradicional e a xente tocando foi a nosa esencia e o noso éxito ate ser declarada Festa de Interese Turístico Galego», indican.
Los responsables del evento, la Irmandade de Festas de San Blas e Santiago Apóstol, reconocen que es triste recibir quejas de la gente que suele participar de forma activa porque no encuentran furanchos para poder tocar música, y más quejas por el tipo de puestos de venta que se han instalado en las calles, porque como admiten, deberían ser para vender alimentos exclusivamente, «e non para estar reproducindo música e moito menso de xéneros musicais que non teñen cabida na idiosincrasia na nosa romería», dicen en referencia a estilos como el reguetón y otros ritmos de moda, como se recoge en los múltiples comentarios recibidos en redes sociales a raíz de la publicación. «Xa non é que era», lamenta uno de los asiduos a la celebración que presume de su carácter enxebre.
Como la Navidad, pero en rural
Los residentes en la parroquia viguesa, —quizás poniéndose en la piel de los vecinos del centro de Vigo que denunciaban tener tres meses de molestias ante sus casas ante la indiferencia del resto de los vigueses— también se quejan ahora. Lo hacen por lo mismo, el derecho al descanso y las incomodidades que les produce el hecho de que San Blas se celebrara antiguamente solo durante el fin de semana más cercano al 3 de febrero, mientras que ahora se extiende durante tres fines de semana.
«San Blas es ahora la Navidad del rural vigués, sin noria ni turistas, pero sí aglomeraciones de locales, restos de borracheras, atascos y música a todo volumen hasta las tantas», reflexiona Fernando López, asistente desde hace años a una fiesta de Bembrive que ve cómo se pierde poco a poco. Lo mismo opina la organización y advierte al público: «Nas vosas mans está o futuro da festa e ata o de agora a aportación dalgúns deixa bastante que desexar. É unha festa que existía antes que nós e que debemos preservar, coidar e protexer».