Susana Aldecoa, médica: «Sé muchas cosas de la vida de mis pacientes, eso influye en su salud»

VIGO CIUDAD

La viguesa, número dos de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, reivindica al sanitario de barrio frente al sistema que «prioriza la urgencia»: «Se dan pastillas por no atender lo psicosocial»
21 ene 2024 . Actualizado a las 01:06 h.En un momento en que el sistema sanitario lo rigen y definen las cifras de presupuestos, esperas y tiempo de consulta, Susana Aldecoa reniega de los números. No porque no los domine (fue directora asistencial de la gerencia de atención primaria en Vigo y jefa de servicio del centro de salud de Beiramar), sino porque cree en un modelo de nombres y apellidos más que de porcentajes. Que cada paciente sepa el nombre de su médico y viceversa, porque el éxito para esta médica que consulta en el centro de salud de Beiramar, en Vigo, no solo es curar, también aliviar. «Tengo un paciente que vive en un coche. Perdió su trabajo, su familia y su vivienda. No puedo resolver su situación, pero estamos ahí, acompañando», explica la número dos de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, SemFYC.
Esta semana, Aldecoa ha dedicado algunas de sus tardes a participar en una tertulia de mayores en el centro sociocomunitario de Pi i Margall para trazar un mapeo de emociones. La OMS, el Estado y la Xunta llevan años recomendando una orientación más social al sistema de salud, para atender al ciudadano en toda su dimensión, curar a largo plazo y prevenir. «A veces se dan pastillas por no atender lo psicosocial». Esta sanitaria conoce, no solo los nombres, también buena parte de la vida de los 1.400 usuarios que atiende en su cupo. A muchos se los cruza en el supermercado y en la calle. «Vivo en el barrio en el que trabajo y tengo un vínculo fuerte con ellos. Sé muchas cosas de su vida, sus relaciones familiares, laborales y sus problemas, eso influye mucho en la salud».
Médica por vocación, se inspira en el sanitario de antes, con los métodos actuales, pero con una mirada integral del paciente. «A toda mi familia la atendía Don Fernando. Me parecía sabio, me inspiraba tranquilidad y cuidaba a mis abuelos». Con esa filosofía afronta las consultas donde todo el mundo la conoce como Susana. «El paciente que pide cita y no se encuentra a su médico allí, espera menos de nosotros, si hay otro sanitario, solo aspira a resolver lo urgente. Se está perdiendo la longitudinalidad en la medicina de familia».
Facultad de Medicina en Vigo
Susana Aldecoa forma parte de las generaciones de médicos que se instruyeron en las primeras promociones MIR para atención primaria. Son sanitarios que han construido el sistema desde los centros de salud. Ella ejerce desde el año 1994, tres décadas en las que ha dedicado 12 años a consultas del rural y la mayor parte en la ciudad. Hoy, sigue comprometida con mejorar la primaria a través de su función como colaboradora docente y tutora de especialidad. «Creo que Vigo debería tener una facultad de Medicina. En Santiago, hay asignaturas que tienen que sortear las prácticas porque no tienen capacidad para formarlos a todos. Algunos llegan al MIR sin haber hecho prácticas».
Ser médica de familia hoy es distinto a cuando ejercía Don Fernando. Hay más medios y mejores tratamientos, pero también enormes retos, en la gestión y en la sociedad. «A mí me marcó mucho el suicidio de un paciente», confiesa. Aldecoa conoce bien el sistema nacional por su labor como vicepresidenta primera de la mayor sociedad de médicos de España, con 22.000 asociados. «Galicia está en la mitad de la tabla, frente a comunidades como Madrid que está muy mal u otras como el País Vasco o Navarra», explica, añorando las ratios de pacientes y el tiempo de consulta en el norte de España y el norte de Europa. «Un paciente nuevo necesita 20 o 30 minutos, uno que ya conoces, mucho menos, pero si estamos atendiendo a pacientes que no son de nuestro cupo porque falta el compañero... Tienes que pararte más».
Faltan médicos. En este diagnóstico coinciden sanitarios y gestores. «Las mutuas han crecido como la espuma, los MIR que se forman en el sistema público se van ahí y a las urgencias, por eso no hay jóvenes para contratar. Si creamos incentivos para atraerlos a primaria, no habría esperas, y no te atendería un médico distinto al tuyo». También se podría hacer más prevención. «Convencer a los pacientes para que cambien hábitos es lo más complicado», dice quien fue una de las primeras jefas de servicio en dimitir de su responsabilidad en Vigo por la sobrecarga en las consultas.
A los fallos del sistema, suma la cultura social de la inmediatez. «Creo que la urgencia ha crecido de una forma exagerada, se está dando respuesta en urgencias a lo que se debería atender en primaria». Que las esperas para una cita en el centro de salud se prolonguen días o semanas no ayuda para revertir esta tendencia social. «Cuando los mando al especialista, muchos pacientes me preguntan si me pueden traer la prueba de la sanidad privada para ahorrar tiempo y recursos al sistema. Lo acepto, pero me duele terriblemente. Significa que no estamos llegando a la población como realmente necesita». Demanda recursos y legislación.
Su canción favorita
«Rabo de nube», de Silvio Rodríguez. «A veces cuando las cosas se ponen complicadas, o la atención se pone complicada en el trabajo, me encantaría que viniese un rabo de nube y se llevase lo malo . Que ese rabo de nube nos dejase un sistema público renovado, de sanidad de la buena».