Figuras con un claro sentido simbólico coronan numerosos edificios nobles de la ciudad
21 ene 2024 . Actualizado a las 01:01 h.Su finalidad no es honrar a un personaje concreto, sino complementar artísticamente y aportar un carácter simbólico a determinados edificios, por ello no están, en muchas ocasiones, al alcance visual inmediato de los peatones. Es necesario alzar la cabeza y escrutar la orografía arquitectónica de las ciudades para localizarlas. Son las esculturas que escudriñan, desde las alturas, el ritmo habitual de los habitantes de Vigo. Es preciso aprovechar los días de descanso laboral para recorrer las calles sin tanta prisa y con un ojo atento hacia las alturas. Podremos ver, en unos casos mejor que en otros, figuras de piedra o bronce, generalmente humanas, que embellecen determinados edificios de la ciudad. Ocurre, por ejemplo, con el edificio, de la calle del Príncipe, que acogió hasta no hace mucho tiempo la firma comercial Cortefiel y, mucho antes, a Almacenes Romero. En su remate, una mujer alza de forma poderosa su brazo derecho, reafirmando su papel social. Es obra del vigués Camilo Nogueira, que dejó su habitual firma en el pedestal.
Pero no siempre es fácil conocer al autor de estos ejemplos patrimoniales. Ocurre con un edificio diseñado por Jenaro de la Fuente Álvarez cerca de la unión entre la Porta do Sol y Príncipe. Es un edificio proyectado en los años veinte del pasado siglo con fines comerciales, en el que sus fachadas, tanto la que da a Príncipe como la que aparece en Policarpo Sanz, domina el acristalamiento. Adosadas al escaso muro existente, aparecen las representaciones de los dioses latinos Mercurio y Vulcano, en una clara referencia a las dos bases económicas de Vigo, el comercio y la industria. Si se presta atención, en Vigo, naturalmente en edificios históricos, hay muchas referencias simbólicas a Mercurio, no en vano, son construcciones pagadas por acaudalados comerciantes que muestran orgullosos la procedencia de sus capitales.
Ese mismo dios, está presidiendo la entrada a lo que originalmente fue el edificio del Banco de Vigo, posteriormente, el Banco Pastor y, en la actualidad, Banco Santander. Es obra de Manuel Gómez Román, quien contó con el escultor malagueño Enrique Marín Higuero para confeccionar las cinco figuras que representan los cinco continentes y la propia efigie de Mercurio, o Hermes si se elige el panteón helénico. Este mismo artista, que tiene un cuadro en el Museo del Prado, también se encargó de la parte escultórica del Monumento a los marinos muertos durante la Gran Guerra que diseñó Gómez Román en Monteferro.
Y nuevamente, la iconografía clásica aparece en el Edificio Albo, levantado en la esquina de Urzaiz con Gran Vía por Francisco Castro y Pedro Alonso. El remate del edificio acoge, en una especie de templete abierto, una recreación de la Victoria de Samotracia realizada por Jesús Picón. La pieza original, realizado hace más de dos mil años, se encuentra en el Museo del Louvre, en París.
El Teatro Afundación también presenta dos conjuntos escultórica en la parte superior de su fachada. El tudense Juan Oliveira representó dos jinetes, montando sendos caballos desbocados que, dependiendo del lugar desde donde se miren, parecen surcar el cielo vigués. Quienes conocen el proceso creativo realizado por Oliveira dicen que el escultor se representó a sí mismo en uno de esos jinetes de bronce. Estas dos esculturas fueron añadidas al edificio original de Palacios cuando se realizó la rehabilitación del mismo a mediados de los años ochenta. También se le añadió entonces otro conjunto escultórico, compuesto por seis figuras alegóricas de piedra creadas por Manuel García Buciños, que representan distintas artes.
Durante los años cincuenta del siglo XX, Manuel Cabanyes Mata realizó en varias ciudades españolas edificios para La Equitativa Fundación Rosillo, una importante asegurado. El edificio de Vigo, situado en la esquina de Marqués de Valladares con Reconquista, presenta una figura sedente de carácter simbólico. Es la equitas latina que incluye los conceptos de justicia, equidad y rectitud, todo un lema comercial para una empresa de seguros. Está situada en un pabellón circular en el remate de la fachada semicircular.
La sede central de Abanca, el antiguo edificio principal de la Caja de Ahorros Municipal de Vigo, también presenta varias esculturas simbólicas en su fachada. En la parte más alta, sobre el reloj, se sitúa el Ángel tutelar del ahorro que esculpió el murciano José Planes. En el número 27 de Glaucopis, que edita el Instituto de Estudios Vigueses, el investigador Manuel Costas firma un artículo en el que revela el nombre del escultor que cinceló las cuatro figuras que presiden el acceso al edificio. Fue el navarro Fructuoso Orduna Lafuente. Cada una de las figuras simboliza el trabajo, el ahorro, la virtud y la familia.
La escultura religiosa también tiene su espacio en la arquitectura viguesa. En el caso de la iglesia del Carmen, situada junto a la calle del Pintor Laxeiro, aparece una representación de la Virgen del Carmen realizada por el escultor Raúl Comesaña. La monumentalidad de la figura sobresale por encima de los tejados de las casas circundantes. Tiene un peso de 25 toneladas.
En Santa Rita volvemos a encontrar una enorme escultura presidiendo la fachada de la iglesia. Se trata de una representación de San José Obrero, advocación de este templo, realizada por el escultor Xoán Piñeiro en granito.
Más reciente es la figura del Sagrado Corazón de Jesús que culmina la ermita de A Guía, edificio diseñado por Manuel Gómez Román. Esta pieza, realizada en granito, fue elaborada por la Escola de Cantería de Poio, dependiente de la Diputación. Pero, también son numerosas las pequeñas representaciones adosadas a fachadas de edificios de distintas categorías. Ocurre, por ejemplo, con un medallón en la el Instituto Camões, o las numerosas representaciones existentes en la Sede Afundación.