Vigo es la segunda ciudad de España que más gasta en luces de Navidad tras Madrid

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La decoración le cuesta 8 euros de media a cada habitante. Diez urbes componen el club de los inversores millonarios

19 dic 2023 . Actualizado a las 00:57 h.

Las imágenes más virales de la decoración navideña de España de este año son los 11,5 millones de luces de Vigo, la Puerta del Sol de Madrid, la calle Larios de Málaga, y el árbol de Cartes, el más alto de España. Las cuatro localidades se han volcado en sus campañas navideñas para captar la atención y atraer turistas a base de rascarse el bolsillo para sembrar de luces sus calles. Unos frutos que esperan recoger en forma de gastos de miles de visitantes que consumen en la hostelería, hacen compras y llenan los hoteles. Pero la factura de la luz ha sido dispar entre los diez ayuntamientos que militan en el exclusivo club de los millonarios de las luces de Navidad, una lista que solo incluye a los que se han gastado más de un millón de euros en el alumbrado y la decoración. Y Vigo resulta ser el segundo con mayor esfuerzo inversor.

Formar parte del club ha supuesto para el Concello de Vigo invertir 2,37 millones de euros. Solo le supera Madrid, con 4,3 millones. La ciudad gallega apostó más por la decoración lumínica que Barcelona, que dedicó 1,91 millones. La capital catalana, que quintuplica su población, dedicó casi medio millón menos que los vigueses a pesar de que recibió este año más de 16 millones de turistas. Otras ciudades como Oviedo invirtieron medio millón más para montar máquinas de nieve.

Cada vigués debe poner 8 euros de media para lanzar las Navidades «más bonitas del mundo» mientras que a los malagueños solo les cuentan 2,4 euros por habitante, tres veces menos. A la capital de la Costa del Sol le bastó con convertir en un icono europeo la céntrica calle Larios, forrada con 2,2 millones de luces doradas y viralizar sus famosos 16 ángeles celestiales que tanta fama le han granjeado. Se gastó 1,4 millones, 300.000 euros más que el año previo. Por su parte, los madrileños gastaron 1,3 euros por cabeza. Parte de sus 4,3 millones de euros fueron destinados a un árbol gigante de la Puerta del Sol, escenario de las campanadas de Fin de Año.

Vigo es el que municipio que más invierte per cápita en el alumbrado de Adviento. A corta distancia le sigue Badalona, que rivalizó por instalar el árbol más alto. Les ha salido igual de caro porque aunque destinaron una partida presupuestaria más baja, de 1,7 millones, tienen 70.000 habitantes menos. Y el ejemplo contrario es Bilbao, que no gasta ni un euro porque el dueño de las luces es el propio ayuntamiento.

¿Y qué hay del retorno de esta inversión? Abel Caballero habla de mil millones (casi 500 veces el gasto inicial). Por ahora, lo que revela la recaudación de Hacienda es que la delegación de Vigo ingresó 168 millones en impuestos en enero del 2023, 209 en febrero y 92 en marzo. Son 469 millones en total, un 28 % más que en el año anterior, lo que revela que la mayor actividad económica se da en las fiestas de la Navidad.

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«Top manta» con diademas luminosas

El centro de Vigo volvió ayer a abarrotarse de público para ver las luces del alumbrado navideño. Fue un sábado por la tarde sin tanto agobio ni atascos como el 1 de diciembre. Nuevamente, miles de excursionistas portugueses desembarcaron de decenas de autocares, que aparcaron en la zona habilitada en Areal.

Los vendedores ambulantes del top manta vieron negocio y salpicaron las aceras de Policarpo Sanz de puestos donde vendían globos luminosos, gorritos de elfo, Papa Noel o Pikachu y diademas con luces de colores, todo un éxito entre los niños y las visitantes jubiladas, que acapararon los bancos para descansar. Era el típico ambiente desenfadado e ilusionado de una feria, incluso con el barquillero anunciado: «Barquillos a tres euros».

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En la Porta do Sol, al menos, se podía pasar entre la muchedumbre sin quedarse atrapado. Siguieron las colas para todo, para comprar billetes de Navidad o un bocadillo, sacarse el selfi en el árbol o con Papa Noel.

En la Alameda, el Cíes Market estaba repleto y las colas doblaban la acera para comprar un perrito caliente. Lo mismo pasaba en la noria, con cientos de clientes esperando en fila india su turno. Una madre portuguesa quería hacer desistir de la idea a su niño: «Há muita gente!». Tanta gente, que los feriantes contrataron a un vigilante para regular la cola. Los villancicos de la megafonía del mercadillo sonaban lo bastante fuerte como para oírse en los edificios que rodean la plaza a las siete de la tarde. El tráfico fue fluido porque el túnel de Beiramar no colapsó.