15.000 turistas llegados en cinco trasatlánticos abarrotaron ayer el centro
21 sep 2023 . Actualizado a las 02:13 h.Antes de que amaneciese, el crucero Scenic Eclipse ya había amarrado en Vigo. Sus pasajeros no desembarcaron, más bien desfilaron por la red carpet que la Autoridad Portuaria tendió sobre el suelo de la terminal como símbolo de que la de ayer era una jornada histórica para la institución. Llegados desde el puerto francés de Douarnenez, los cruceristas caminaron entre grandes bloques de piedra del muelle comercial hasta subirse a un autobús que los acercó al centro de la ciudad. Cuando comenzaba a brillar el sol los trasatlánticos Ambition y Silver Moon realizaban sus maniobras de atraque, mientras al fondo de la ría, entrando por las islas Cíes, se veían las figuras del Disney Dream y el coloso Anthem of the Seas.
El Puerto de Vigo celebró ayer uno de sus días más grandes en lo que va de siglo con una quíntuple escala. El Casco Vello resultó el gran punto neurálgico en la recepción de unos 15.000 cruceristas, según los cálculos de la institución. Muy cerca, en la Porta do Sol, una tiktoker se había apañado con cartón y rotulador para advertir a los visitantes de la gastronomía local: «Don’t ask for paella, ask for pulpo». Más abajo, por la zona de A Pedra, celebraban el tirón de la venta de imanes y postales, cuyo declive aceleró la pandemia. «¡Hacía tiempo que no vendíamos tanto!», celebraban en los negocios locales.
Muchos de los pasajeros descubrían su procedencia no solo por idioma sino por el acento. La gran mayoría de los recalaron en la ciudad eran ingleses con origen o destino de ruta en Southampton. Alguno había español, como Pedro Castro, que fotografiaba a su hijo, Pedrito, ante la estatua de Julio Verne en el paseo de As Avenidas. «Pues como toda España, hemos escuchado hablar de las luces de esta ciudad y aquí estamos. Nos hemos quedado bien de contentos por el buen tiempo», exclamaba el padre vasco.
El presidente del Puerto de Vigo, Carlos Botana, celebraba el éxito de la jornada. Duplicaron los servicios de prácticos para dar respuesta a los cinco cruceros, que podrían ser seis si se tienen en cuenta los 126 metros de eslora del Octopus, el megayate del cofundador de Microsoft que abandonó la ría pasado el mediodía. También acentuaron los servicios de amarre y vigilancia.
«Han quedado abiertas y cien por cien operativas dos de las terminales portuarias», señaló Botana, que desdeñó las críticas del alcalde de Vigo, Abel Caballero, que había expresado su desagrado por que situaran dos foodtrucks en el paseo portuario para la promoción de la gastronomía gallega. Considera que se trataba de un malentendido porque los camiones de comida tan solo ofrecían productos de degustación a los turistas y formaban parte de la campaña Galicia Sabe Amar. «No entiendo que haya ningún tipo de problema, y no hay que darle mayor importancia», resolvió.
También estuvo presente el director xeral de Turismo de Galicia, Xosé Merelles, quien destacó que, de los 246.000 cruceristas que llegaron a los puertos gallegos este año, 90.000 lo hicieron a través del vigués. La vicepresidenta de la Diputación y responsable de turismo en el organismo provincial, Marta Fernández-Tapias, destacó la posibilidad de eventos como el de ayer para promocionar el potencial de Vigo.