
El canterano del club de voleibol vuelve a casa temporalmente tras seis años fuera
14 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El Club Vigo de voleibol afronta una temporada en la que se ha visto obligado a reinventarse. El buen curso 2022/2023 protagonizado ha llevado a que muchos jugadores hayan tenido buenas oportunidades de iniciar buenos proyectos, lo que les ha obligado a buscar reemplazos. Entre ellos hay muchas caras nuevas, pero también un par de ellas ya conocidas. Es el caso del canterano Luis Linares, que regresa después de seis años fuera del club en el que se formó y comenzó a despuntar.
Linares (Vigo, 1995) destaca que este período fuera le ha servido para «madurar, tanto en lo deportivo como en lo personal», así que, desde su experiencia, proclama que «es bueno salir de tu zona de confort, conocer gente y otros equipos». De entrada, cuenta que este regreso es, en principio, algo temporal. «Hace tiempo que decidí que el deporte era algo secundario en mi vida. Quiero seguir practicándolo, pero como afición, ya que no voy a vivir del volei nunca», destaca.
Comenzó estudios de márketing y publicidad y el deporte quedó «en segundo plano», una vez llegó a la conclusión de que no quería «invertir tanto tiempo» en ello. Ahora, el regreso a su ciudad natal lo enfoca como algo temporal, y el tiempo que permanezca será el que siga ligado al club. «Seguramente no acabe aquí la temporada, ya que tengo pensado irme al extranjero. Desde hace un año, quería dar un cambio en mi vida y ya que estoy de paso en casa, ¿qué mejor que jugar en tu equipo de toda la vida?», plantea.
Recuerda que cuando se marchó, siendo uno de los pilares del equipo, hubo quien no lo entendió. «Es cierto que recibí críticas, pero no pienso en ellas. Esta es mi casa y desde que volví, me recibieron como siempre», apunta. Aunque sea temporal, le hace ilusión, ya que es algo que siempre tuvo «en la cabeza» y aprovechó la situación.
Considera que tienen un equipo joven, «como es habitual» en la entidad, y «un buen entrenador», en referencia a Diego Taboada. «Yo voy a dar lo mejor de mí en cada entrenamiento y en cada partido. El grupo es fantástico y da gusto estar en casa con tu gente, con jugadores con los que compartes vestuario desde pequeño», señala. Celebra que hay «muy buen ambiente» en el equipo y está convencido de que es o «influye positivamente con respecto a lo deportivo».
El deportista vigués no es partidario de ponerse más objetivos que «ganar cada partido», aunque después de haber jugado el curso pasado la fase de ascenso, es inevitable tener presente la posibilidad de repetir. «Nos hablan mucho del ascenso y creo que podemos lograrlo, pero hay que ir poco a poco y solo pensamos en ganar cada partido», recalca.
Sus años fuera
Cuando Linares se fue de Vigo, lo hizo para jugar en la máxima categoría. «Los dos primeros años fueron un gran salto que se nota. Tanto en el Vecindario (Canarias, 2018), como en el Emevé (Lugo, 2019), la dinámica era mucho más profesional. Nos exigían mucho más. El nivel de entrenamiento cambia con respecto al de los equipos de segunda división. La seriedad y la profesionalidad de estos clubes deriva en la autoexigencia que mis compañeros y yo nos poníamos», relata sobre esa etapa. La sensación que le quedó es que «en primera no hay perdón, o te esfuerzas o te esfuerzas, no hay más».
Luego, por cuestiones personales, decidió bajar de categoría e irse al grupo Laura Otero (Extremadura, 2020), recuerda. «Y seguí el camino en segunda división en el Cisneros (Tenerife, 2021) y en el Lílla Grau (Castellón 2022). Los cambios de equipo se deben a mi curiosidad por probar nuevos proyectos y conocer a gente del volei». Estos años fueron una «gran experiencia» para él, que dice no arrepentirse de las decisiones que ha ido tomando. «Lo disfruté al máximo y aprendí mucho. Sí es cierto que en ocasiones echas de menos Vigo, pero cuando se abre una puerta tienes que mirar por ti». Ahora, está de vuelta, aunque sea de paso.