Un vigués publicó en una red social que estaban pasando mucha hambre y desató una avalancha de solidaridad con más de un millón de reproducciones
16 ago 2023 . Actualizado a las 03:00 h.El pasado domingo, Israel, como todos los días, llegó temprano a la plaza de la Independencia en Vigo. Se sentó en su sitio de siempre con sus ilustraciones y su estuche de dibujo. Pasó allí la mañana entera. Centenares de personas pasaron a su lado, la mayoría sin mirar ni a él ni a sus imitaciones de Banksy, con su famoso corazón en un globo y sus ratas. «Parece que no nos quieren ver, que somos invisibles», cuenta. Israel se quedó en la calle cuando la empresa en la que trabajaba lo engañó. Aquel día empezó una travesía que le hizo recorrer España de albergue en albergue hasta que conoció a su mujer en Vigo. Sobreviven juntos en un pequeño piso con lo que él gana en la calle. Ella lo acompaña, pero está enferma y no puede trabajar. Esa mañana «fue especialmente mala», cuenta. «Fue un día horrible. Llevábamos casi dos días sin comer y la gente ni me miraba», explica. Incluso una chica se llevó un dibujo «con la promesa que me mandaba un bizum, pero no lo hizo....así que estábamos jodidillos», explica. Esa tarde llegó a casa muy enfadado y escribió un tuit contando su situación. ¿Y qué pasó? «Le dio un vuelco a nuestra vida».
Su publicación en redes sociales ya la han visto casi un millón y medio de personas. Muchas de ellas se pusieron en contacto con Israel para mandarles dinero. «Tengo el móvil saturado. Ya ni me carga», cuenta. Son tantos los mensajes que su teléfono, ya viejo, no da abasto. También se ha saturado su cuenta de Bizum, plataforma para el envío de dinero a través del móvil. «Ya llegamos al límite de ingresos que se pueden tener», indica.
Esta cantidad «nos ha salvado». Han podido cerrar cuatro deudas urgentes y llenar su nevera por primera vez en mucho tiempo. El hambre no aprieta como hacía antes.
Israel «no sabe cómo agradecerle a todas estas personas su ayuda». No tiene palabras. Lleva desde el domingo «dando vueltas a la cabeza» para ver qué puede hacer con esta explosión solidaria. Por lo pronto, ya ha ayudado a una familia con niños a hacer la compra para que pudieran comer. Ahora, también a través de Twitter, anima a todas las personas que necesiten ayuda a contactarlo. Quiere que la aportación de estas personas anónimas llegue a más personas. «Ojalá esto sea el principio de un camino que pueda ayudar a mucha gente», indica. No quiere que «este milagro» se quede como una mera anécdota y sueña con que sea «algo más grande».
Algún insulto
Su publicación también ha generado críticas. Algunas personas le insultan «y dicen que solo me quiero aprovechar de la gente». Al principio, relata, le afectó bastante pero ahora ha decidido no hacerles caso. «Yo sé que lo único que quería era que mi mujer pudiera comer», dice. La vida en las calles ha dejado sus cicatrices en Israel. Sabe que «hay mucha gente buena», pero también «bastantes personas malas». Él ha visto y sufrido situaciones muy duras, advierte. Hay personas «que nos miran y nos ayudan», pero también las hay «que disfrutan de hacernos daño». Cuenta que a él le tiraron agua desde balcones, le pisaron sus dibujos y lo insultaron en varias ocasiones. Aquí, en Vigo, también vivió alguna situación de estas.
Ahora, Israel también espera que su historia ayude a comprender que «las personas en situación de pobreza también existimos».