Caballero prepara un escenario sin aliados externos: «Non esquezan a forza de Vigo»
VIGO CIUDAD
Recuerda a la nueva Diputación que la anterior con Carmela Silva sí apoyó la reforma de Balaídos
18 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Abel Caballero se autocalificó ayer como «o alcalde da economía», aunque en realidad lo que más lo caracteriza es su querencia por los números. Los disparó de manera continuada en su quinta toma de posesión como alcalde. A la oposición le lanzó los guarismos que dejaron las urnas, para evidenciar la diferencia de apoyos y minimizar que su candidatura haya perdido 19.000 votos. «Multiplicamos por máis de tres o resultado do PP», puso distancia para a continuación hacer su declaración de intenciones: «Cando gaña a lista que encabezo, gaña a cidade. O meu partido chámase Vigo», lo que por ende significa que si alguna institución le ataca o niega lo que él reclame, en realidad le estará diciendo no a Vigo.
El de nuevo regidor municipal intercaló en su investidura alusiones a la nueva situación política a la que tendrá que hacer frente: sin la Diputación, aliada incondicional en los últimos ocho años, y con el riesgo de perder el Gobierno central y con él la Zona Franca. A ese peligro de aislamiento institucional, Caballero respondió con un «¡que non esquezan a forza de Vigo!», anticipando un mandato que huele a una probable confrontación aún más intensa.
«Algúns non o van entender nunca, porque só teñen unha visión partidaria», añadió pulsando la histórica tecla de la incomprensión a la mayor ciudad de Galicia.
Aun así, en esta toma de posesión, el regidor socialista midió más que nunca sus dardos contra la Xunta. No nombró ni una vez a su presidente, aunque sí a Feijoo, siempre en su boca, para recordar cuando cuestionó la calidad del agua viguesa. A la Administración autonómica le achacó falta de apoyo en la renovación de los colegios públicos, para construir la potabilizadora, su ausencia en la cesión de fondos europeos, que remarcó sí llegan del Gobierno de España (otro aviso por si hay cambios), o los viales previstos en el nuevo Plan Xeral. «Temos todos os informes positivos para o PXOM excepto dous da Xunta, singularmente o de mobilidade, porque se negan a financiar o desenvolvemento das infraestruturas da súa dependencia en Vigo», introdujo, para a continuación anunciar que el Concello afrontará los 82 millones en los que presupuesta los viales rechazados por parte de las parroquias de Beade y Valladares. «Pero lembrarémoslle á Xunta cada semana dos seguintes catro anos que paga infraestruturas noutras cidades e ningunha en Vigo». El tren de alta velocidad, la salida sur, la autovía a O Porriño, las puso de nuevo en el debe del PP pero garantizadas, aseveró, por el Gobierno de Pedro Sánchez, al que no citó, pese a que la precampaña de las generales está ya desatada.
Ante las generales
Y si hay cambio de color en el Gobierno central, «dicirlles a algúns que se esquezan de frear a esta cidade», anticipó con otra advertencia de un nuevo posible escenario de confrontación institucional. «Os que queiran confrontar con esta cidade, xa saben que se van a atopar con Vigo. Fronte á mentira, Vigo», siguió trazando un discurso en dos entregas —como candidato y como alcalde— en el que Caballero y Vigo, Vigo y Caballero, son para él lo mismo.
El «diálogo permanente» lo ubicó para dentro de la ciudad, aunque la oposición le advirtió que en realidad esa disposición no existe.
En el dibujo de un posible escenario sin aliados, al Ejecutivo dijo que le hará saber que quiere seguir con su apoyo; a la Xunta, «cando se esqueza de castigar a esta cidade, lle tenderemos a man. E á Deputación que democraticamente gañaron, que se acepta a esta cidade, agradecerémosllo en público, e se non, van a ter resposta», avisó, no sin recalcar que con Carmela Silva de presidenta pagó parte de la reforma de Balaídos. Falta una grada por acometer, y ahí espera ya al PP.
«Me gustaría seguir, claro, pero no haré ‘casus belli' de la presidencia de la FEMP»
Abel Caballero se marcó un reto cuando llegó a la alcaldía: superar la magnitud de las mayorías absolutas que le dio A Coruña a Francisco Vázquez. Y lo hizo. También se fijó como meta convertirse en el alcalde de Vigo con más años en el cargo. Y lo logró también, tras haber rebasado ya en el 2019 los doce años de Manuel Soto con el bastón de mando. Y ahora tiene otro objetivo en la cabeza, ser el presidente de todos los alcaldes de España que más tiempo ha defendido esa condición. El calendario marcará en septiembre un empate entre él y la que fue alcaldesa de Valencia, la desaparecida Rita Barberá. En función de qué día se constituya la FEMP, el récord podría ser del político vigués, pero esa cuenta por unas jornadas no le llega.
Sin embargo, Abel Caballero ayer se mostró cauto. «No voy a hacer casus belli de la presidencia de la FEMP», dijo a La Voz de Galicia al terminar la sesión, anticipándose a un posible doble escenario: que los votos del PSOE en la organización de alcaldes no sean suficientes con el apoyo de otras formaciones de izquierda para dar continuidad a su mandato, o que sí lo sean pero que su partido, al que dejó fuera de la ecuación en la campaña de las municipales, opte por la renovación con un nuevo rostro para la política municipal.