Investigan en Vigo la quema intencionada y en solo media hora de buses con viajeros

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Vitrasa

Concesionaria y policía atribuyen a un sabotaje dos incendios consecutivos

02 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La Policía Nacional de Vigo sigue una pista para identificar al sospechoso que pudo haber provocado dos incendios en autobuses urbanos de la compañía Vitrasa, de Vigo, el domingo por la noche. El peor suceso se inició cuando uno de estos vehículos circulaba por su ruta con pasajeros, que tuvieron que escapar de las llamas. La conductora les abrió las puertas para que huyesen al detectarse el incendio. Este autobús explotó en un mar de llamas y quedó calcinado. Finalmente no hubo heridos.

La Policía Científica está inspeccionando y visionando las imágenes que las cámaras. Los agentes creen que los vídeos les darán pistas para identificar a un supuesto pirómano, ya que de momento no hay detenidos. Los agentes analizan las grabaciones que recogieron de las cámaras de tráfico de la calle y otras disponibles en el entorno del escenario del incendio, así como las fotos y vídeos que compartieron los testigos en redes sociales. A mayores, todos los autobuses de Vitrasa cuentan con una cámara que graba el interior del vehículo, al conductor y a los pasajeros, material que podría aportar alguna pista. Según la compañía, sospechan que un viajero prendió fuego en los asientos traseros cuando el autobús estaba detenido en la parada, probablemente con las puertas abiertas para la carga y descarga de usuarios.

La compañía concesionaria del servicio, Vitrasa, considera estos hechos gravísimos y ha entregado pruebas en la comisaría que apuntan como principal hipótesis al sabotaje. Hace unas semanas, dos autobuses que circulaban a primera hora de la mañana fueron apedreados en marcha y se rompieron las lunas próximas al conductor. A mayores, hay un conflicto laboral desde Navidad, con parones intermitentes varios días a la semana por una huelga.

El primer bus dañado era un modelo oruga que cubría la ruta de la línea C3 con seis pasajeros a bordo por el barrio pesquero de Bouzas. El fuego se originó a las diez de la noche y el conductor desalojó a los viajeros y apagó las llamas. Todo quedó en un conato de incendio.

Media hora después, en la parada de la plaza de la Farola, en el cruce de Urzaiz con Príncipe, hubo un segundo incendio, esta vez en un moderno autobús híbrido estrenado hacía dos meses. Cubría la línea 4A con varios pasajeros a bordo (Vitrasa no precisa el número) cuando alguien se percató de que salía fuego de la parte trasera y la conductora paró el vehículo y evacuó a los viajeros. Al poco, el autobús sufrió una explosión, probablemente de alguna calderería, y se vio envuelto en llamas. Los bomberos vertieron 8.000 litros de agua y espuma durante media hora para apagarlo. El bus, nuevo, quedó calcinado y reducido al chasis. El voraz incendio y la explosión fueron vistos por decenas de testigos; ocurrió en la zona más transitada de la ciudad, por la que iban a pasar tres manifestaciones del 1 de mayo al día siguiente.

La policía científica pasó la noche investigando el escenario del incendio y recogiendo muestras para buscar restos de acelerantes (productos altamente inflamables) y examinando las grabaciones de las cámaras del bus. Unas horas después, la comisaría descartaba el accidente fortuito y esperaba el informe de la policía científica que determine las causas y el autor. Todo apuntaba a que al menos el incendio de Urzaiz fue provocado por un desconocido que, al cierre de esta edición, estaban tratado de identificar. Anoche no constaba que hubiese detenidos.

La teoría del sabotaje ganó fuerza cuando Vitrasa comunicó que, a la espera de lo que determine la policía científica, «as primeiras hipóteses apuntan a que ambos incendios foron intencionados» y que un viajero prendió fuego a los asientos traseros.

La compañía denunció este tipo de «actos vandálicos de extrema gravidade que poden pór en risco a seguridade dos pasaxeiros e do persoal da empresa».