Cuando el Concello de Vigo se opuso al traslado a Tui de los libros parroquiales

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. MORALEJO

ERAN OTROS TIEMPOS. Una orden obispal ordenaba llevar a la entonces capital de provincia los archivos de las iglesias de la zona

02 abr 2023 . Actualizado a las 22:42 h.

El archivo histórico eclesiástico de todas las parroquias de la diócesis está actualmente en la ciudad de Tui, pero no siempre fue así. Su traslado fue ordenado en el año 1974 por el obispo José Delicado Baeza, cumpliendo las consideraciones de la Conferencia Episcopal. Sin embargo, ese no fue el primer intento de traslado. La primera vez que el Obispado trató de concentrar los libros parroquiales en Tui fue en 1806.

Aquella tentativa chocó con la oposición de Vigo. Cuando la orden fue recibida por los párrocos de Santa María y Santiago de Vigo, en aquel año de 1806, se produjo una reacción contraria a su ejecución en la villa viguesa. Como siempre que una medida afectaba negativamente al pueblo, el procurador síndico general fue el encargado de mostrar las quejas al juez presidente de la población. Lo hacía apelando a que el Concello de Vigo era patrón de la colegiata.

La orden obispal determinaba que «todos los libros antiguos y modernos de los asientos, partidas de casamiento y difuntos fuesen enviados a Tuy, que a título de capital se intenta hazer en ella un depósito o archivo general». Manuel Jacinto Gómez y González, entonces procurador síndico general de Vigo, advertía de las graves consecuencias que el traslado ocasionaría a la población. En primer lugar, se fijaba en los problemas que tendrían los matriculados, es decir, las personas que vivían del mar. Explicaba que esta población era sometida de forma frecuente a sorteos para completar las tripulaciones de los barcos de la Armada. Entraban en esa suerte los matriculados con edades comprendidas entre los 20 y los 60 años. Las edades entonces se certificaban a través de los registros de nacimiento que poseían las parroquias. Desplazarse a Tui en aquellos tiempos acarreaba una gran pérdida de tiempo y un gran desembolso económico.

Añadía el síndico que ocurriría otro tanto de lo mismo cuando se produjesen los sorteos para el Ejército y para la milicia de la provincia.

Gastos de traslado

La tercera razón apuntada por Manuel Jacinto Gómez y González en su queja resaltaba el enorme gasto que suponía su «hida, estada y retirada» de Tui, estimándola, quizá de forma exagerada, en 200 o 300 reales.

Finalmente, aludía el procurador síndico general al contratiempo que la medida provocaría en el conjunto de la población debido a «que quasi diariamente se están haciendo ynformaciones para la reivindicación de varias pertenenencias y derechos y para las que son necesarias las certificaciones o compulsas de partidas».

Aquella protesta paralizó el traslado hasta 1974, aunque para entonces lo que se trasladó fueron los archivos parroquiales con antigüedad de cien años. Según se indica en el Archivo Histórico Diocesano, sus fondos están constituidos por muy diversas clases de documentación: legajos y libros manuscritos e impresos. El fondo que ocupa más metros de las estanterías es el de los libros parroquiales. Estos libros, con más de cien años de antigüedad, proceden de los archivos.