El alcalde de Oporto: «No entiendo el silencio sepulcral de Vigo sobre el AVE a Portugal»

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Rui Moreira afirma en un acto del PP que la ciudad olívica era un referente para la suya, pero que se ha frenado

01 abr 2023 . Actualizado a las 22:34 h.

El alcalde de Oporto, Rui Moreira, alertó hoy en Vigo del riesgo que corre la financiación europea de la conexión en tren de alta velocidad entre Galicia y Portugal por la presión que ejercen otros proyectos como el encabezado por Vitoria para unirse en AVE con Francia. «No habrá dinero para todos y por eso no entiendo el silencio de Vigo, la ciudad que debería ser la más interesada en impulsar el tren de alta velocidad a Oporto», dijo el regidor portuense hoy en un foro organizado por el PP con su candidata a la alcaldía de Vigo, Marta Fernández-Tapias, sobre la relación entre las dos principales ciudades del noroeste.

Moreira pidió al público presente en el Museo do Mar que haga presión en favor del tren transfronterizo, «porque si no la hacemos, el final será distinto», advirtió dejando entrever su temor a que el proyecto no acabe viendo la luz en el 2030, augurio que sustentó en que en la última cumbre bilateral entre los dos países sí se habló del AVE a Francia pero no del de Galicia y Portugal. «Hay un silencio aquí y no es el mío. Hay un silencio sepulcral en Vigo y no entiendo como la ciudad más favorecida de toda la conexión no dice nada», insistió. «Esa posición no ayuda a los alcaldes portugueses en la presión que, esta vez todos sin excepción, estamos haciendo ante nuestro Gobierno para que haga este trazado», siguió con su argumentación.

Fernández-Tapias aprovechó el hilo discursivo del regidor luso para reclamar a los empresarios locales que demanden con determinación y «ante todos», enfatizó, la conexión ferroviaria con Portugal, el ramal al puerto y en general hagan ver el «maltrato ferroviario de este Gobierno con Vigo». «El alcalde de Vigo no defiende con la misma fuerza este proyecto que el alcalde de Oporto», aseguró la candidata del PP.

Rui Moreira, que ayer paseó por el centro de Vigo, se reunió con el presidente de la Xunta y comió con Tapias y el presidente del Puerto, hizo gala de conocer la ciudad y de la historia que une a su familia con Vigo, donde su abuela, primero, y su padre después, se refugiaron de la I Guerra Mundial una y tras ser detenido «por los comunistas» el segundo durante la Revolución. «Hace 20 años Vigo era un referente para Oporto, pero nosotros hemos sido más rápidos en cambiar la ciudad, en atraer inversiones empresariales, en rehabilitar el municipio», comparó para identificar en cambio cierto estancamiento en Vigo. También aludió a la apuesta metropolitana que asegura motiva sus proyectos, disposición que no advierte en Vigo. «No hay nada más antivigués que el aislamiento», apostilló la candidata a la alcaldía del PP para añadir que la alcaldía ha emprendido una política de oposición y malestar con «Xunta, Celta y Oporto» que dijo no beneficia a la ciudad, para a continuación prometer llevar a cabo una política de alianzas con incluso la creación de un foro político y empresarial estable con la segunda ciudad de Portugal.

Moreira, al que le restan dos años y medio de un tercer y último mandato posible en el país vecino, incidió en la necesidad de coordinar proyectos de uno y otro lado de la frontera, algo que lamentó no poder hacer con el Ayuntamiento vigués. «No fue por culpa del alcalde de Oporto. Yo invité al alcalde de Vigo a mi residencia oficial en el 2014 y ya no hubo nada más. Mantengo relaciones institucionales estrechas con Vitoria, Valladolid, Valencia, pero con Vigo no fue posible. Necesitamos hablar de este lado y en este momento no es fácil, pero creo que eso va a cambiar», dijo en un guiño hacia Tapias.

Y el Camino de Santiago sirvió de nuevo para hacer ver sus diferencias con Caballero. Rui Moreira aludió a las inversiones que está liderando en Oporto para aprovechar el gentío de peregrinos que dijo parten de su ciudad. «¿Cómo puede obviar en cambio Vigo esa oportunidad?», volvió a preguntarse el alcalde luso.