El juez anula una multa porque el cartero se la entregó a una vecina

Monica Torres
mónica torres VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La presunta infractora se libra de pagar una sanción de 1.200 euros

28 mar 2023 . Actualizado a las 00:25 h.

Una ciudadana de Vigo se ha librado del pago de una multa de 1.200 euros porque el cartero entregó la carta certificada del Ayuntamiento a una vecina. La mujer argumentó que no le entregaron la misiva, por lo que no se enteró de la infracción. La persona que atendió al empleado del servicio postal era una familiar, pero residía en otra vivienda del mismo inmueble.

«En ningún caso se contempla que una notificación pueda ser entregada a un vecino», expresa el magistrado del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 en la sentencia.

El juez considera que la notificación se hizo de espaldas a la normativa. El requerimiento de la notificación de identificación del conductor se entregó a una persona que, aunque era familiar de la sancionada, «no reside en su vivienda y no hay constancia de que esa receptora hiciese llegar la misiva a la destinataria, siendo la administración a la que incumbía esta circunstancia, toda vez que la entrega de la carta se había llevado a cabo de modo contrario a lo establecido por la normativa reguladora», dice el juez.

La infracción originaria era por un exceso de velocidad cometida el 7 de octubre de 2020. Un radar ubicado a la altura del número 61 de la avenida de Beiramar captó el vehículo de la mujer que puso la demanda a 88 kilómetros por hora, cuando la velocidad máxima establecida en esta vía es de 50.

El Concello hizo un requerimiento a la propietaria del coche para que identificara a la persona que lo conducía en el momento de cometerse la infracción. Ante la falta de respuesta a este requerimiento, la Administración local incoó un nuevo expediente sancionador, esta vez por la infracción de no haber identificado verazmente al conductor.

La multa era de 1.200 euros, tres veces más de lo que hubiera tenido que pagar por el exceso de velocidad. La mujer presentó entonces un escrito de alegaciones en el que indicaba que nunca había llegado a recibir el requerimiento de identificación. El servicio postal había entregado la carta certificada a una familiar que residía en otra vivienda del inmueble y no se la había hecho llegar. Solicitaba que se le diese la oportunidad de identificar al conductor en el momento de detectarse el exceso de velocidad. El Concello no acogió esta reclamación y le impuso la multa. También desestimó el recurso de reposición que presentó.

El juez comprende en la sentencia que una de las obligaciones que pesan sobre el propietario consiste en facilitar a la administración la identificación del conductor.

«Es evidente que no respondió al requerimiento que se le dirigió, pero su justificación es razonada y razonable. La notificación del requerimiento se llevó a cabo de modo contrario a derecho», afirma el magistrado.

El Concello de Vigo empleó un medio correcto para notificarle la multa, una carta certificada con acuso de recibo, dado que la conductora «no tiene la obligación de solicitar una dirección electrónica vial y no consta que la tuviese habilitada para recibir comunicaciones». De no estar en casa, la podía haber recogido en el domicilio cualquier otra persona, o bien el servicio postal intentar la notificación en otro momento, pero no fue correcto dejarla en casa de una vecina. El juez condena al Concello a devolver a la demandante el dinero que pagó con intereses y las costas del juicio.