Moteros contra el «bullying»: «A veces con nuestra presencia se evita el acoso»

Monica Torres
mónica torres BAIONA / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida

Los voluntarios de la asociación PICA, con sede de Baiona, han ayudado ya a ocho menores del áreas de Vigo a superar distintas situaciones de abuso

16 mar 2023 . Actualizado a las 00:28 h.

«A veces con nuestra presencia ya se evita el acoso», afirma Paula Acevedo. Es la vicepresidenta de la asociación Motorista PICA Rías Baixas, de Protección de la Infancia contra el Abuso. Tienen la sede en Baiona y utilizan su gran afición por las motos y sus chaquetas de cuero para concienciar y acompañar a menores víctimas de situaciones de bullying o abusos sexuales. En tres años rodando por colegios y centro educativos del área de Vigo han actuado directamente con ocho menores de O Baixo Miño, O Val Miñor y Vigo. También han participado en diferentes talleres y actividades para proteger a las personas más vulnerables en este tipo de situaciones.

«Por lo que más nos llaman es por casos de abusos sexuales a menores. Hasta ahora se ha tratado siempre de niñas o jóvenes agredidas por algún familiar», indica Acevedo. Cuentan con el apoyo de un psicólogo infantil y de una abogada especializada, «que son los que coordinan cualquier intervención». Su principal objetivo es que las víctimas se sientan arropadas y protegidas. Sin embargo, advierte la directiva de esta oenegé que forma parte de la red de grupos PICA que ya trabajan en otras comunidades como Aragón o Navarra, «son luchas muy duras». «En muchos casos, las víctimas se sienten juzgadas y la impunidad de las redes sociales juega en contra», afirma.

«Parece que hay mucha información al alcance de la mano de cualquiera, pero, cuando realmente pasa algo, la víctima y su entorno se bloquean tanto que no saben por dónde salir y por eso es fundamental canalizar la ayuda», considera.

Los miembros de la asociación trabajan en sus motos de gran cilindrada. El rugido de su motor impone y, además, llevan casco, cazadoras y chalecos de cuero que imprimen mayor fuerza. Su mensaje comienza rompiendo estereotipos «porque lo importante es dialogar y no ponerse nunca a la altura de los acosadores». «Una vez nos llamó una madre porque a su hijo, que estaba en clase en un instituto nocturno, le acababan de mandar un whatsapp sus acosadores advirtiéndole de que lo iban a esperar a la salida. En cuanto nos vieron llegar a todos con las motos, los chicos se fueron y a la víctima no la volvieron a molestar. A veces llega con que sepan de nuestra presencia», insiste Paula Acevedo para incidir en la necesidad de arropar a los menores vulnerables.

Su indumentaria recoge también su filosofía. El llamativo logo amarillo en la espalda de su cazadora es una calavera cubierta con alas de ángel portando un candil. Todo un emblema que simboliza la muerte al acoso representada en la calavera, las alas por la protección que ofrecen y la figura de centinela con el candil.

«Hay veces en las que acabamos yendo a los colegios a hacer alguna reunión informativa y los propios niños se dan cuenta de que hay compañeros sufriendo algún acoso y reaccionan», explica. También imparten charlas a colectivos sociales, todo de manera altruista Además, ofrecen sus servicios para acompañar a los menores, siempre con el permiso de los padres o tutores legales, a las actividades extraescolares, para que se sientan acompañados y protegidos. « Hay que remar todos en una misma dirección. Niños, padres y colegios», defienden. Su objetivo principal es la prevención y también realizan actividades de ocio. «Vernos a su lado mejora su autoestima. Ven que no se debe prejuzgar por el aspecto», afirma.