El Moulin Rouge de Javier de la Iglesia

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Miguel souto

El florista estradense se ha inspirado en la estética del cabaré para montar en su negocio un escaparate para el 14 de febrero que no pasa desapercibido

31 ene 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El estradense Javier de la Iglesia Parada ha convertido el bajo del número 109 de la Avenida de Benito Vigo en una oda al amor. Él mismo ha sido el creador de toda la escenografía que ambienta el escaparate de su floristería y que se inspira en dos de sus grandes pasiones: la música y el cabaré.

A Javier, que es una cabeza inquieta, la idea se le ocurrió viendo un vídeo musical. «Encántanme os videoclips», confiesa. «Estaba vendo o vídeo do tema Lady Marmelade, da película Moulin Rouge, con Christina Aguilera, Lil' Kim, Mya e Pink. Nel. Nel sae ese escenario cun corazón enorme ao que se sube por unhas escaleiras douradas», explica. «A min sempre me gustou moito o tema do cabaré. Tiña claro que algún día quería monta un escaparate inspirado no cabaré e vendo o vídeo dinme conta de que me viña ao pelo para o escaparate do Día dos Namorados», comenta.

Ni corto ni perezoso, Javier se puso manos a la obra para emular el vistoso videoclip con sus propias manos. «Levoume o seu tempo. Non lle botei a conta ás horas porque o fun facendo a ratos libres, pero foron unhas cantas», dice. Un gran corazón rojo de porexpán preside la composición, que se complementa con telas y chinchetas doradas. Un cartel con doble sentido aconseja al transeúnte: «Deixa florecer o amor».

La composición incluye un «anxo do amor» en el que Javier de la Iglesia despliega su creatividad. Un maniquí vestido de blanco y rojo exhibe unas alas gigantes de helechos blancos naturales. «O traxe tamén o fixen eu mesmo. Facer disfraces é outra das miñas afeccións. Disfruto máis facéndoos que disfrazándome. Ese era dun disfraz de anxo-demo que fixera unha vez», cuenta Javier.

Por supuesto, el escaparate se completa con un montón de arreglos florales con rosas preservadas y otras ideas para regalar el día de San Valentín.

Javier trabaja como florista desde el año 2005, pero sueña con serlo desde que era un crío. «Na ESO xa tiña claro que me quería dedicar a isto. Os arranxos florais sempre me chamaron a atención. Ía a unha voda e sempre me fixaba no ramo da noiva. É algo que sempre me tirou», explica. Al acabar el bachillerato, el azar le puso en bandeja su primer trabajo. «Entrei coa miña nai na florería Zarcillos e ao ver os diplomas que tiña alí colgados pregunteille onde estudara, porque a min me gustaría dedicarme a iso. Á parte de explicarmo, preguntáronme se quería empezar a traballar, porque xustamente estaban buscando xente. Así foi como empecei. Puiden compaxinar o traballo cos estudos de arte floral da Escuela Española de Arte Floral en Santiago», cuenta encantado.

Con el tiempo, Javier pudo abrir su propio negocio en A Estrada. En él ha encontrado la felicidad dando rienda suelta a su talento creativo. Javier no sabe si con su oda al amor venderá o no más flores este San Valentín pero, por lo de pronto, se lo ha pasado estupendamente.