Hemeroteca: El 23 de enero de 1976, el Consejo de Ministros aprobó tres decretos por los que el Concello se hizo con la propiedad de todo el entorno del arenal a cambio de entregar una parcela junto a la casa consistorial
31 ene 2023 . Actualizado a las 23:42 h.Los vigueses se hicieron con la propiedad del sobrante de la zona marítimo-terrestre de la playa de Samil el día 23 de enero de 1976. Fue el resultado de una ardua negociación que había comenzado varios años antes entre el Gobierno de España y las autoridades municipales vigueses. Fructificó aquel acuerdo cuando ocupaba el despacho de la alcaldía olívica Joaquín García Picher, mientras que el departamento de Hacienda estaba presidido por Juan Miguel Villar Mir.
Todo comenzó a finales de los años sesenta cuando el alcalde Rafael Portanet se empeñó en transformar el arenal vigués, despojándolo de su original aspecto para afrontar lo que entonces se llamó la ordenación de Samil. Ese plan consistía en la creación de un paseo, a modo de muro, por donde estaba la parte más alta de las dunas, la construcción de un complejo deportivo junto a la desembocadura del río Lagares, la creación de varios aparcamientos, nuevos viales, zonas verdes e incluso la construcción de un edificio público. Todos estos planes chocaban con la propiedad de los terrenos, el Estado, y, concretamente, el Ministerio de Hacienda. Ahí comenzó la negociación. Hacienda precisaba un solar para contar con una sede amplia y céntrica en la ciudad. A partir de ahí, los alcaldes de Vigo —Portanet, Ramilo y García Picher— realizaron sus propuestas en Madrid.
La baza viguesa estaba en la actual Praza do Rei. Entonces se estaba construyendo la casa consistorial sobre parte del castillo de San Sebastián, y sobraría sitio para que Hacienda contase con su solar. El problema, como lo contaba en 1973 La Voz de Galicia, tenía un carácter jurídico. Resulta que el terreno que quería permutar el Concello de Vigo había sido cedido gratuitamente por el Estado en 1934. En aquel acuerdo se imposibilitaba al Concello de Vigo para realizar la cesión o la venta de aquellos terrenos. No era fácil suprimir aquella cláusula, aunque durante el tardofranquismo se obraban milagros si se contaba con el apoyo de las personas adecuadas.
A pesar de estar así la situación, el Concello de Vigo fue realizando la ordenación de Samil. En 1974 fue inaugurado el complejo deportivo aunque de una forma poco llamativa. Con anterioridad se había levantado el muro que sostiene el paseo, y comenzaron a construirse los aparcamientos. Todo se hacía cuando el terreno todavía era propiedad estatal.
«Aunque García Picher estaba separado de la Alcaldía, no permaneció alejado de las gestiones pendientes y así pudo obtener confirmación de tres decretos aprobados por el Consejo de Ministros que tienen especial importancia para la ciudad. Los tres decretos se refieren a la segregación, permuta y cesión de terrenos del Estado y del Ayuntamiento», se informaba desde La Voz de Galicia el 27 de enero de 1976.
El trabajo estaba hecho y solo restaba que el Boletín Oficial del Estado diera cuenta pública del asunto. Ocurrió ese paso burocrático el 9 de marzo de ese mismo año. Allí se recogían los decretos que validaban la permuta. «El Ayuntamiento de Vigo ha solicitado la permuta de un inmueble de su propiedad, sito en la plaza de la División Azul, de Vigo, por otro, propiedad del Estado, procedente del sobrante de la zona marítimo-terrestre de la playa de Samil, habiendo sido tasados en 9.797.500 pesetas el del Estado, y 9.762.500 el del Ayuntamiento, aceptando el Ayuntamiento de Vigo la obligación de satisfacer la diferencia existente a favor del Estado que asciende a la cantidad de 35.000 pesetas», recogía el Boletín Oficial del Estado. La superficie entregada a Vigo ascendía a 7.838 metros cuadrados.
En el segundo decreto se autorizaba la reversión al Estado de los 1.652 metros cuadrados de la zona próxima a la casa consistorial donde se pretendía levantar la sede del Ministerio de Hacienda.
El tercer decreto completaban la operación. Recogía la cesión gratuita de 102.207 metros cuadrados. «El inmueble cedido será destinado a los fines siguientes: Nuevas vías, diecinueve mil setecientos cincuenta metros cuadrados; a aparcamiento, veinticinco mil trescientos metros cuadrados; zonas verdes de uso público, treinta y ocho mil cuatrocientos metros cuadrados; usos deportivos y otros de carácter público, dieciocho mil doscientos metros cuadrados; edificios de carácter público, quinientos cincuenta y siete metros cuadrados.
Fallido intento de Hacienda
En 1979, Hacienda quiso hacer valer el acuerdo de permuta de los terrenos, y comenzó las obras de excavación para construir su sede en la Praza do Rei. Las reacciones en Vigo fueron contundentes. Desde la alcaldía, Manuel Soto se oponía, pero no veía demasiados argumentos legales para impedirlo. Fueron los miembros de la Asociación de Veciños de Vigo Centro quienes asumieron las operaciones y paralizaron las obras. El Gobierno central tomó buena cuenta de la oposición y retiró el proyecto. Poco después, la sede de Hacienda fue construida en Coia. El Concello construyó el aparcamiento subterráneo y una zona verde, que no tardó en desaparecer.