El armador de Vigo acusado de importar 3.300 kilos de coca ya fue detenido en el 2021 por explotación sexual

VIGO CIUDAD

El barco pesquero con el alijo, tras abordarlo en las islas Canarias, solo tenía gasoil para un día y de no llevarle combustible hubiera quedado a la deriva; junto al principal acusado, en un segundo peldaño, figura un traficante de Vigo pendiente de ingresar en prisión por tráfico de heroína

23 dic 2022 . Actualizado a las 19:22 h.

Pablo García, de 34 años, figura en lo más alto de la estructura criminal acusada de enviar los 3.300 kilos de cocaína decomisados en un barco al norte de las islas Canarias el pasado día 18 (operación Sugar Brown). Pero García protagoniza también, junto a su pareja, otro procedimiento judicial, también instruido en Vigo, por gestionar tres chalés de lujo dedicados a la prostitución en donde las mujeres eran explotadas sexualmente. Por esta causa fue detenido en el 2021, y por los 3.300 kilos de cocaína lo esposaron el martes en su chalé de tres plantas en Alcabre, Vigo, acusado de ser el cerebro de la última organización de narcotráfico desmantelada en Galicia; el golpe más importante del año contra el tráfico de drogas en la comunidad.

La investigación del Equipo Contra el Crimen Organizado (ECO) con sede en Galicia de la UCO y del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) en Pontevedra, ambas de la Guardia Civil, sitúan a García en el negocio de venta y compra de barcos en España y con contactos e infraestructura en Senegal y Angola para obtener licencias de pesca, embarcaciones y tripulaciones con las que faenar frente a las costas africanas. La misma investigación lo sitúa, hace poco tiempo, viajando a Senegal para contratar a la tripulación —formada por dos gallegos y un angoleño— y fletar el barco abordado por la Guardia Civil con los 3.300 kilos de cocaína a bordo.

A este pesquero destartalado, en el momento del abordaje, tan solo le restaba combustible para otro día de travesía; por lo que la organización atribuida a Pablo García tendría que haber salido a su encuentro para abastecerlo de gasoil y evitar que acabara a la deriva. Pero la vertiente empresarial de Pablo García no se limita únicamente al sector de los barcos y la pesca; en el procedimiento judicial por explotación sexual figura como emprendedor dedicado a la compra y venta de inmuebles y vehículos a través de sociedades en cuyos balances apenas hay movimientos y que los investigadores consideran sociedades pantalla.

Salto delictivo

La tesis del EDOA y del ECO de la Guardia Civil sitúa a Pablo García en el foco de las unidades antidroga desde hace tiempo. Ya los motivos de su último arresto, según la tesis policial, lo ubican queriendo dar un salto en su trayectoria delictiva aprovechando los contactos en España para la compra y venta de barcos y en Senegal y Angola. Es por eso que los investigadores lo posicionan liderando su propia organización a la vez que ejercería unas funciones muy concretas y exclusivas: por una parte, aprovechaba sus contactos e infraestructura en Senegal y Angola para conseguir barcos, tripulaciones, permisos de pesca y otra documentación.

Ya los contactos para negociar con proveedores sudamericanos de cocaína el envío de cargamentos a través de la conocida como ruta africana no encaja, a ojos de los investigadores, que sean responsabilidad de García; por lo que está por ver si hay gente por encima de él que le tendía estos puentes, ya sea en España o en África. A mayores, por debajo de García, ejerciendo de hombre de confianza para cuestiones de logística en las Rías Baixas, figura José Rodríguez: un vecino de Vigo está pendiente de ingresar en prisión por trafico de heroína, aunque también se dedicó en su momento al trafico de cocaína. Ellos dos y otros 11 detenidos pasaron este jueves a disposición judicial, entrando en prisión provisional tres de los investigados. También están en la cárcel desde hace días los tres tripulantes del barco abordado con el alijo de cocaína tras declarar por videoconferencia desde las islas Canarias con la titular del Juzgado número 1 de Vigo, que instruye la causa derivada de la operación Sugar Brown.