«¡Ooohh, qué chulo!»: la quedada diaria en el encendido de las luces de Vigo

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El espectáculo de la iluminación navideña genera una espontánea ceremonia a las 18.30 horas en la Porta do Sol

08 dic 2022 . Actualizado a las 01:56 h.

Cada día a las 18.30 horas, puntual como un reloj suizo, la maquinaria navideña de Vigo se pone en marcha con el encendido de los once millones de leds (led arriba, led abajo). El alcalde de la ciudad más iluminada del planeta, Abel Caballero, prendió la mecha con la ceremonia inaugural con pompa, circunstancia y cuenta atrás como en Cabo Cañaveral, pero en políglota.

Tanto gustó la cosa, que ahora que cada día llegan hordas desde cualquier rincón de país para contemplar tan brillante decoración. Faltaba algo. Se echaba de menos un momento álgido, ese instante de comunión que hace que el gentío se una en una sola voz. Ya lo hay. Se expresa como una aprobación general con nota alta y suena una exclamación coral: ¡¡¡¡Oooohhhhhhhh!!!!!, que continúa con aplausos mientras se hacen selfis y grabaciones del momentazo.

Así, de forma espontánea, se ha ido creando un acontecimiento que no estaba en el guion del Concello de Vigo. Han sido los propios visitantes, llevados por el entusiasmo popular, los que han puesto en marcha su propia ceremonia del encendido, sin altavoces y sin más intención que la de crear un clímax compartido. Ocurre cada jornada en la Porta do Sol, que es el epicentro del lucerío y el espacio donde las fotos lucen más porque ofrece una panorámica de la explanada. Hoy no ha sido la excepción: quedada a las seis y media de la tarde en el kilómetro cero de la ciudad.

El ritual no tiene edad. No son solo niños los que se asombran ante el maravilloso milagro del que cada cual puede disfrutar en el ámbito doméstico accionando un pulsador desde que Edison consiguiera hacer viable una bombilla a finales del siglo XIX. Ese fenómeno renovado y multiplicado por once millones, equivale a un consenso chispeante.