El gobierno «Grinch» de Lores

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

La pretendida justificación del retraso en la instalación y encendido del alumbrado navideño, esconde una pésima gestión del gobierno municipal de Pontevedra

04 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno municipal de Miguel Fernández Lores se ha comportado como el Grinch, un ser amargado que robó la Navidad, como en aquella famosa película de la Universal Studios que se popularizó hace años. Este gabinete Grinch es el que ha provocado que el alumbrado navideño que tanto tiene que ver con la animación de las calles y el consumo en el comercio de proximidad vaya a llegar tarde, mal y a rastro en esta ciudad, encendiéndose el 16 de diciembre. Es decir, muchos días después de lo que se acostumbraba; mucho más tarde que en otros municipios del entorno. Por supuesto, ya la comparación con Vigo, resulta tan innecesaria como insultante.

Capítulo aparte es lo de Diputación. Esta institución en cuyo gobierno participa el BNG con César Mosquera como vicepresidente, sí que ha encendido el alumbrado navideño, «con miles de luces led», según proclamó la presidenta, la socialista Carmela Silva. Y no solo se ha iluminado profusamente el Palacio Provincial sino también otros inmuebles dependientes en la ciudad como el contiguo edificio administrativo o el Palacete de las Mendoza. Resulta de traca que el Bloque local tenga dos discursos medioambientales según de la institución de la que hablemos.

Excusas

Bajo la descarada excusa del ahorro energético, el sector BNG del gabinete municipal intenta ocultar la pésima gestión que ha hecho de este asunto con una tardía convocatoria del concurso, lo que provocó una demora en la adjudicación y, por tanto, un retraso de semanas en la instalación de los ornatos luminosos. Y lo peor del caso es que semejante fallo intenta ser enmascarado últimamente por el alcalde Lores y sus concejales como «un xesto simbólico». ¡Manda carallo!

Lo que ha sido una sucesión de fallos en cadena que, según la oposición municipal es la enésima muestra del agotamiento de Lores y su equipo después de casi 24 años consecutivos de mandato, difícilmente puede disimularse de algún supuesto simbolismo cuando en todos los años precedentes, el Concello ordenó encender las luces de Nadal en el puente de la Constitución.

Resulta muy llamativo que el regidor haya hecho causa común con los concejales que han tenido responsabilidad directa en lo ocurrido con este asunto, abanderando decisiones que ni tomó ni participó pero que al final ha decidido asumir y defender, focalizando el desgaste consiguiente. Una solidaridad probablemente esperable, pero tremendamente inútil y públicamente muy costosa.

Otro revés

Las asociaciones patronales del comercio de proximidad y de la hostelería locales echan pestes con este nuevo revés que les propina el gobierno de Fernández Lores. No entienden que haya razones que expliquen y/o justifiquen el retraso en la instalación y encendido del alumbrado navideño. Al contrario: interpretan que estamos ante una nueva muestra de la insensibilidad del alcalde Lores y su gabinete ante los problemas que el sector servicios de la ciudad padece.

Esta decisión de atrasar el alumbrado navideño en la capital de la provincia es un manifiesto bofetón al comercio y la hostelería, tan importantes en la economía local, pero, en cambio, tan poco valorados por el actual alcalde y parte de su gabinete. Como evidencia del sonoro malestar. Ahí están las cerca de 700 firmas de empresarios y trabajadores del sector servicios que se entregaron junto a un escrito dirigido al alcalde y a la concejala de Fiestas.

En realidad, el malestar ya viene de atrás. Desde los dos años de pandemia, comerciantes y hosteleros critican la ausencia de rebajas en los impuestos municipales y la carencia de ayudas directas del Concello que se intentó disimular con inventos como el Plan Supera, que estuvo muy lejos de responder a las necesidades reales del sector. Desde luego, Pontevedra se quedó a años luz de la predisposición positiva que mostraron otros municipios del entorno, con menos presupuesto municipal, como Vilagarcía, Marín o Sanxenxo, mucho más sensibles a las necesidades de sus respectivos comerciantes y hosteleros.

Desmarque socialista

En esta coyuntura, el sector socialista del gabinete municipal también ha protagonizado un sonoro desmarque con respecto a los socios Grinch. Al menos la concejala Yoya Blanco, responsable de Promoción Económica y Turismo, quien decidió que el alumbrado y ornato navideño en el Mercado de Abastos se encienda este lunes 5 y que, en breve, se inicie también en la carpa de Ponte Xogos, en la Alameda.

En política hay formas y formas de evidenciar una discrepancia. La concejala Blanco ha elegido una manera tan elegante como evidente de discrepar con la conducta Grinch del alcalde y otros concejales del BNG, evitando entrar en polémicas en el seno de la coalición de gobierno, pero marcando posición. Es un gesto significativo cuando encaramos la recta final de este mandato y se aproxima la campaña electoral. Los socialistas pontevedreses tienen ante sí el próximo 11 de diciembre decidir en primarias quien será el póster electoral en las municipales de mayo. Si el tándem Iván Puentes/Yoya Blanco gana a Tino Fernández, este tipo de desmarques con respecto a decisiones del BNG, serán cada vez más habituales. El PSOE necesita recuperar el crédito ciudadano que ha perdido, especialmente desde 2019.