Vane, la 'gaviota' que pide que Vigo baje la potencia lumínica

begoña r / sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida

La humorista Olga Méndez está detrás del crítico personaje

27 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La irrupción de una gaviota parlanchina y protestona en el escenario instalado delante del árbol luminoso para inaugurar la Navidad de Vigo con el encendido de luces led, puso la nota discordante en tan cándido evento.

El ave se rebeló este verano. Hasta entonces pacífica, vivía tranquila entre el mar y las terrazas de la ciudad, pero un turista de visita en las Cíes acabó a palos con una de su especie y le hirvió la sangre. Fue entonces cuando una vengadora de su especie se reencarnó en La Vane, una gaviota patiamarilla, disfraz del que se sirve la humorista Olga Méndez para dar voz a los que tienen pico y trasladar a la humanidad, más concretamente a la que reside en el entorno de Vigo, un mensaje de socorro: «La contaminación lumínica me produce confusión y no sé llegar a casa», se lamentaba bajo el árbol.

«Siempre acabo de bares, solo pido un poco de tacto con las aves, porque al final, no vuelvo a las Cíes con mi familia, me quedo aquí de baretas. ¡Es que engancha tanta luz!», se justifica en su última aparición estelar, en la que acabó a gritos coreando ella sola el lema de la pancarta que paseó por los alrededores: «Noches oscuras, migraciones seguras». Olga Méndez está detrás de este ácido personaje que se queja con gracejo de problemas ecológico graves, como la alarmante desaparición de las colonias en Cíes. La actriz descubrió hace poco que sus intervenciones públicas hacían reír a la gente.

«¿Que cuándo perdí el norte para convertirme en una gaviota?», se pregunta la joven, que aunque nació en Madrid, se trasladó con su familia a Vigo cuando tenía 3 años. En un reciente paréntesis en Toledo fue donde descubrió sus dotes cómicas. «Unos amigos me dijeron si quería participar en un programa que estaban haciendo para YouTube, empecé haciendo noticias y luego, de reportera por la calle, me di cuenta de que hacía gracia», reconoce.

Luego llegó el confinamiento, que pasó junto a su perrita Momo, y se dedicó a hacer vídeos para familia y amigos, que la animaban a difundir aquellas grabaciones que define como «completamente absurdas». Abordaba asuntos tan diversos como cómo hacer unas croquetas o cómo hacer una bandera para cuando vengan los extraterrestres. Cuando ya pudo regresar a Vigo siguió con los vídeos, pero usando caracterizaciones de personajes como un sátiro o una gárgola en el incendio de Notre Dame, y, como explica, «cada vez enfocándome más en lo que más me interesa, que es la naturaleza, y como estamos en un punto casi de no retorno, aprovecho para hacer un llamamiento para cuidarla porque creo que es lo que hay que hacer», explica.

Sobre sus actuaciones, la viguesa reconoce que lejos de un planteamiento concienzudo y ensayado de lo que va a hacer, sus performances son fruto de arroutadas que le dan, «son chispazos que me vienen y cuando me doy cuenta, estoy disfrazada de gaviota y pasándomelo en grande con los amigos que me acompañan». Así fue su estreno en la playa, corriendo detrás de un niño para robarle el bocata. El vídeo se convirtió en viral y aprovechando el tirón de las luces, «se me ocurrió hablar de la contaminación lumínica desde el punto de vista de las aves. Y a los dos días estaba allí, con la pancartita. No hay ninguna estrategia, es el chispazo creativo para sacar lo que llevas dentro», supone la viguesa de 35 años, que está iniciando una carrera paralela como monologuista y, de paso, «descubriéndome a mí misma a través de todo esto, y muy contenta», afirma.

Olga empezó el año pasado escribiendo monólogos en Toledo. «El primero, corto, de 15 minutos, el segundo de 25 y con el siguiente, de 35, se llenó la sala. Ya en Vigo, debuté en el Sinatra con uno de casi una hora ante un montón de gente. Me encantó la experiencia», reconoce la actriz, que cuando actúa en salas es Olga, la Profeta del Amor, y tira de experiencias personales para que el público se parta de risa. En vistas tiene actuaciones por cerrar en el Casino de Vigo para principios de año, y el próximo 2 de diciembre organiza el I Campeonato de Piedra, Papel, Tijera en el bar Tinta Negra. «Surgió de madrugada, para entretenerme en la cola para entrar en la sala Mondo y los que estaban quedaron encantados», asegura. «Pero estaré de speaker porque me pongo muy nerviosa», reconoce la humorista, que vuelca sus aventuras en la cuenta de Instagram: Momopericoyyo.

«Hago activismo con humor porque es necesario»

«Hago activismo a través del humor, pero es una posición personal, es decir, no pertenezco a ninguna oenegé. Es solo sentido común e interés por estos temas», aclara Olga Méndez, que se formó en la Escuela de Hostelería pero lo dejó cuando se dio cuenta de que «a lo mejor me gustaba comer más que cocinar», más tarde estudió Turismo y actualmente trabaja en la recepción de un hotel cuando no muta en gaviota.