Vigo detiene la lluvia por decreto para encender la Navidad para toda la galaxia

E. V. Pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.Moralejo

Caballero se dirige a todo el mundo, literalmente, y avisa de que la Estación Espacial Internacional y el telescopio James Webb toman imágenes de la ciudad. Los 11 millones de led se han encendido este sábado

26 nov 2022 . Actualizado a las 17:19 h.

 «Ten, nine, eight, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dous, un, cero... Arrancou a Navidad no planeta». Abel Caballero desafió ayer a la lluvia y Vigo dio «luz verde» a la Navidad en «todo el planeta». El alcalde vigués, fiel a su personal estilo, entonó su tradicional «Happy Christmas» en Vigo ante 9.000 espectadores. La ciudad encendió su propio Big Bang, un estallido de luces navideñas que, en palabras del regidor, captará todo el planeta. También la Estación Espacial Internacional y el telescopio espacial James Webb que orbita en el cosmos y que «va a fotografiar las luces de Vigo», así como galaxias lejanas.

Eso aseguró el regidor de Vigo cuando pulsó el botón de encendido del árbol de Navidad de 35 metros de altura plantado en la reformada plaza peatonal de Porta do Sol. Desde anoche, 11 millones de luces led alumbran 400 calles de la ciudad acompañadas de un hilo de banda sonora por megafonía en las farolas que incluye éxitos de John Lennon, Sting, Mariah Carey o las Tanxugueiras. Un evento que fue retransmitido por numerosas televisiones y que vieron «gente de muchos sitios de España» a los que Caballero saludó con un «hola, hola, hola».

En primera fila, cuatro horas esperó una pareja de la comarca para situarse ante el árbol navideño. Una familia hondureña, aguardó seis horas y portaban gorros navideños. Gritaban alegres «Viva Vigo». Asturianos, catalanes, madrileños... hacían cola para asistir al inicio del Adviento.

El encendido llegó pasados unos minutos de las siete de la tarde, en el justo momento en que la lluvia dio una tregua y cesó el chaparrón. Caballero tenía en el podio del árbol un atril con un diseño de fantasía espacial y se jactó de que «lleva todo el día lloviendo y ocurrió algo extraordinario: cuando entró aquí el gobierno de Vigo paró de llover, eso es por el decreto que hace el alcalde». Quizás el meteorólogo que afinó tanto en su pronóstico se lleve el próximo año una medalla de vigués distinguido.

Al encender las luces del árbol, saltaron tiras de confeti, focos láser iluminaron las fachadas, las máquinas lanzaron nieve artificial y sonaron Sting y de John Lennon, que el propio alcalde se encargó de bailar en corro sobre la tarima junto a sus 19 miembros del equipo de gobierno.

Dentro de este ambiente festivo, Caballero, acompañado de 19 miembros del Gobierno local, compareció ante miles de personas. Estaban acreditados 93 periodistas de 36 medios. El regidor aprovechó para estrenar el nuevo tramo peatonalizado de Porta do Sol, una superisla de un kilómetro de longitud sin coches.

Caballero no decepcionó y recurrió a su facilidad de idiomas. Tras dar el «Welcome to Vigo», que no necesita traducción, hizo la cuenta atrás del encendido en inglés, español y gallego antes de pulsar el botón. Otra de sus frases políglotas fue el nuevo lema del espíritu de Vigo: «Be yourself no matter what they say», frase en inglés para decir «Sé tu mismo, no importa lo que ellos digan». El regidor hacía mención a una estrofa de la canción Englishman in New York, de Sting, que suena en la megafonía del espectáculo lumínico del árbol. Caballero hizo un guiño a este tema musical, que se suma al repertorio habitual. Dijo que la «Estatua de la Libertad se vino para Vigo y se va a quedar para siempre en Vigo, estará dentro del árbol».

Al alcalde se le veía feliz y a la vez agotado tras ver sus esfuerzos culminados. Hasta última hora no quedaron listos algunos detalles decorativos en la calle Príncipe y Sol y hubo que apurar por la noche. Solo hubo un susto con un corte en la canción de Sting.

Un cliente se asoma a la barra de una cafetería de la céntrica avenida de García Barbón de Vigo y le dice socarrón a la dueña: «Hoxe ides facer caixa coas luces». La encargada se ríe: «Xa a fixen sen ter feito». Había buen humor ayer por la tarde entre los hosteleros de Vigo a pesar de que la lluvia caía a chuzos. En Policarpo Sanz, un camarero rogaba que cesase el chaparrón para que se llenase su local. Temía que los clientes se quedasen en casa por la mucha agua que caía.

Loli, la dueña de la cafetería Alba, en plena Porta do Sol (la nueva isla peatonal de Vigo), era una de las que se felicitaba ayer por el alumbrado navideño. «Este año, creo que hay más expectación, también porque se ve la plaza en todo su esplendor», dice la hostelera. Una de las cosas que más le llamó la atención fue la «cantidad» de adornos con los que el Concello de Vigo ha decorado la plaza viguesa. «Desde que estoy yo, este año es el que más», comenta. Y tiene una reflexión que hacer: «Estas son las primeras navidades pospandemia de verdad y la gente quiere vivir una Navidad a lo grande».

Dicha hostelera ha reforzado su personal y anticipa que «si la lluvia nos deja, será una buena temporada». Recuerda que hace un par de semanas «la gente de fuera me preguntaba por el árbol, su ubicación y las luces».