La trama de 14 clubes de alterne desmantelados en el área de Vigo suma ya 24 investigados

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Un presunto testaferro de la red de trata alegó ayer ante la jueza que él solo comercializa con datáfonos

04 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La operación Channing, que desmanteló en junio 14 clubes de alterne que explotaba a víctimas prostituidas de Brasil, suma ya 24 investigados, casi el doble que hace cuatro meses. En su día, hubo 14 investigados y registros en cinco locales en Vigo, uno en Vilagarcía de Arousa, tres en Tomiño, dos en Ponteareas, dos en O Porriño y uno en Nigrán. Fueron rescatadas tres víctimas que viajaron a España desde Brasil con visado de estudiante y certificado de vacunación de covid falso y luego tuvieron que prostituirse para abonar una deuda de 2.000 euros por el vuelo.

El Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo realizó ayer una ronda de interrogatorios y compareció en la sala un presunto testaferro procedente de Sevilla. Su empresa aparece vinculada a la facturación que realizaban los clubes cuando los clientes pagaban con tarjeta de crédito a través de una terminal TPV. El empresario andaluz alegó ayer ante la jueza que él se dedicaba a comercializar con datáfonos (terminales de pago con tarjeta) aunque, según diversas fuentes, él es el único empleado y el club su único cliente.

El hecho de que durante la investigación, apareciesen diversas personas interpuestas o hombres de paja en la dirección de los negocios hace sospechar a la Policía que la red de trata de mujeres contaba con testaferros a los que usaba para camuflar sus actividades ilícitas y borrar pistas. Una unidad especial de Madrid descubrió que diversos hombres de paja figuraban como titulares de los arrendamientos de los locales y firmaban documentos por encargo del jefe, que estaba en la sombra. La principal hipótesis que maneja la Policía es que la red había montado un entramado para blanquear los capitales que obtenía con la explotación sexual de las mujeres. Lo disimulaban al inflar, por ejemplo, la facturación en copas en las barras americanas que regentaban.

Por el momento, sigue en prisión provisional el presunto cabecilla de trama y dueño de los clubes. Según la policía, hacía «catas» de las víctimas para comprobar si servían para la prostitución. También está recluido a la espera de juicio un capataz que reclutaba en Brasil a las víctimas y gestionaba el viaje para trasladarlas a Vigo y su área. Ambos pidieron la libertad condicional pero les fue denegada porque el juzgado ve riesgo de que, si salen, borren pistas o presionen a las testigos, o se fuguen a Brasil. Los dos investigados prevén recurrir contra su prisión.

Las tres mujeres rescatadas siguen amparadas por el programa de protección de testigos. Procedían de un entorno pobre de Brasil y, al llegar a España, la red les reclamaba, por sorpresa, una deuda de 2.000 euros que debían saldar ejerciendo la prostitución.