Así es como suena el placer adulto

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida

Tras un año de parón, el grupo vigués Vatapá regresa a los escenarios con un concierto en el jardín botánico de la Fundación Sales, con ganas de conquistar amantes de la bossa nova en toda Galicia

21 sep 2022 . Actualizado a las 21:02 h.

Pocas formaciones musicales hay que nazcan con la solidez madura que demuestra Vatapá en cada una de sus actuaciones y en los dos discos que resumen su corta pero intensa historia. Vigo es la base de este combo que tiene la bossa nova como religión principal y el swing y el blues como dogmas paralelos.

El quinteto comenzó en realidad como dúo, con la guitarra de Antón Casal y la voz de Beatriz Míguez. Después se sumó Javier Buján en la percusión, Marta Sancho al clarinete y, más tarde, Óscar Rodríguez en el contrabajo. «Más que a través de la búsqueda de componentes, el grupo surgió por amistad e intereses comunes, porque todos somos bastante melómanos y lo que queríamos era interpretar la música que nos gusta de una manera muy personal, a través de detalles como, por ejemplo, que Javier toque el cajón en vez de una batería tradicional, o que Óscar provenga del mundo del jazz», cuenta Beatriz, interlocutora y voz cantante, aunque insiste en que no hay líderes ni interés por el liderazgo en el conjunto.

La banda hizo en Vigo sus primeros bolos y tras la publicación de su primer disco con la editora local independiente Inquedanzas Sonoras, cambió el viento. No es una metáfora ni una perturbación meteorológica. Es que Marta, la que soplaba en esa sección, se fue y entró en su lugar el versátil saxofonista Rolandas Butkevicius, pero este también causó baja cuando se marchó a su país, y ahora es Marcel Muñoz el encargado de interpretar la larga lista de instrumentos, del saxo tenor, alto, barítono y soprano a la flauta, además del clarinete.

«Este año tocamos poco porque estuvimos recomponiendo nuestro sonido y nuestro repertorio, ampliando la percusión y toda esa gama de vientos que nos distingue», explica.

Su repertorio se compone de esos clásicos que la imaginación sitúa en lugares elegantes y relajados, pero su objetivo es hacerlos suyos, «que suenen de una manera especial y personal, y que escucharlos se convierta en un placer», advierten destacando que a ello contribuye contar siempre como sexto miembro de la banda al técnico de sonido Paco Guimarey, que está con ellos desde que eran un dúo.

Aunque han hecho actuaciones en ámbitos privados, su último concierto público tuvo lugar, todavía con restricciones poscovid, en el Auditorio Municipal de Vigo en septiembre del 2021. «Allí, ya con Marcel en directo, presentamos nuestro segundo disco, que habíamos grabado con Rolandas», recuerda. Justo un año después regresan a los escenarios este sábado, 24, con un concierto en el jardín botánico de la Fundación Sales, un rincón apacible que encaja en su perfil como un guante de seda.

Por respeto y rubor, Vatapá se nutre solo de versiones. «Son canciones tan buenas que no nos atrevemos a meter en medio algo nuestro», reconoce la vocalista. Su repertorio es amplísimo, más de 200 temas llevan en sus carpetas, y por eso se reúnen a menudo, para poder variar. «En Vigo tenemos un público muy fiel e intentamos que cada vez sea distinto», explica reconociendo que tienen ganas de tocar en Lugo y Ourense tras hacerlo, sobre todo, en Pontevedra y A Coruña.

Un plato de Salvador de Bahía

La diversión, la amistad y el amor a la música son la esencia de Vatapá. Y el milagro, que pueden combinarlo con sus proyectos profesionales. Bea, que es bióloga e investigadora, descubrió su voz empujada por Antón Casal mientras formaba parte, como actriz y director, del grupo de teatro Máscara Produccións;

Javier Buján es gestor cultural especializado en arte; Antón, profesor de Física y Química jubilado; Marcel, francés afincado en Vigo hace décadas, es directivo en el sector de la automoción y Óscar, cubano también arraigado en la misma ciudad, es el que más se acerca a la vertiente que les une a todos, ya que es profesor de música en el Conservatorio. «Vatapá es nuestra pasión, pero no es nuestra forma de vida, todos tenemos otros trabajos», aclara la cantante, viguesa como Javier y Antón. El nombre elegido para su grupo, Vatapá, es el del un plato brasileño, de salvador de Bahía, que les va al pelo, porque se trata de una receta de apariencia fácil y elaboración compleja. La bossa nova, su música de cabecera, es infrecuente en los repertorios ajenos, pero no es la única que les mueve. En proyecto, cuecen a fuego lento la elaboración de un disco de blues cantado en gallego.