Ana Fernández Souto, directora de la primera cátedra sobre discriminación por edad: «Todos somos edadistas»

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La nueva cátedra de la Universidad de Vigo aspira a combatir la discriminación por edad con concienciación e investigación

14 sep 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Con el primer informe de la Organización Mundial de la Salud sobre el edadismo —los estereotipos, prejuicios y discriminación por razón de edad— sobre la mesa, ayer echó a andar oficialmente la cátedra de Edadismo de la Universidad de Vigo, promovida por la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer (Afaga) y la entidad de servicios Atendo. Su directora, Ana Belén Fernández Souto, de la Facultad de Comunicación, espera que la cátedra desaparezca pronto por innecesaria.

—¿En qué se nota el edadismo?

—Todos somos edadistas con comentarios que no tienen por qué ser maliciosos. Decir: «Tienes que subir esta cuesta y con la edad que tienes...». O «Va vestida como una quinceañera con la edad que tiene...». O la anécdota que hoy contaba alguien de que estaba en una terraza en la que había unos adolescentes y, como estaba llena, el camarero les dijo que fueran terminando.

—¿Es muy nocivo escuchar este tipo de comentarios?

—Es discriminatorio. Una persona mayor que está constantemente escuchando que no puede hacer cosas se va autolimitando. Esto va más allá de lo físico, es psicológico y social.

—¿Con qué acciones concretas se puede cambiar esto y qué van a hacer desde la cátedra?

—Enfocamos la cátedra desde el ámbito de la comunicación, porque se trata de cambiar formas de pensar. Tiene que ser desde la comunicación, con intergeneracionalidad y con acciones constantes, no puntuales.

—¿Por ejemplo?

—Hay residencias de mayores que tienen colaboraciones con escuelas infantiles y los dos públicos salen ganando. Buscar la intergeneracionalidad es clave para luchar contra el edadismo. También queremos potenciar la formación, no solo universitaria sino más temprana.

—Y, ya que es una cátedra, ¿en lo académico?

—Claro. No hay mucha investigación sobre este tema y queremos promoverla. La hay en aspectos concretos como la salud, pero en comunicación no hay nada.

—¿Qué significado tiene que no exista ninguna otra cátedra sobre edadismo en España?

—Que no tenemos conciencia de que el edadismo es un problema.

—Galicia es la segunda comunidad con mayor envejecimiento de España y una de las principales en Europa, con más del doble de mayores que de jóvenes. ¿Hacia dónde puede evolucionar este fenómeno?

—Por esta casuística, decidimos que la cátedra tenía que estar en la Universidad de Vigo, abarcando toda Galicia y el norte de Portugal. Este fenómeno no es conocido aún, a pesar de la realidad demográfica, pero no lo vemos como una forma de discriminación, aunque es la tercera más habitual, con el sexismo y el racismo.

—Durante la presentación de la cátedra dijo que aspira a desaparecer porque no haga falta, aunque no parece que vaya a ser a corto plazo. ¿La cátedra va a durar?

— El convenio entre la Universidad, Afaga y Atendo es por dos años. Ojalá el edadismo desaparezca en ese tiempo, pero no creo... se basa en los prejuicios, será difícil de erradicar. La cátedra tiene espíritu de durar.

«Puede provocar una peor salud física y mental y la muerte temprana»

La Universidad presentó ayer la nueva cátedra en un acto en el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo. En él intervino la gallega Vânia de la Fuente, coautora del primer informe de la OMS sobre el edadismo y responsable de la campaña mundial contra este tipo de discriminación. Según su diagnóstico, el edadismo afecta a personas de todas las edades (sobre todo en los extremos), está en todas partes (en lo institucional, en las relaciones humanas y en la relación con uno mismo), es dañino y es costoso. «Puede provocar muerte temprana, peor salud física y mental, comportamientos de riesgo para la salud, peor calidad de vida, aislamiento social y soledad», detalló la experta. Según su estudio, la mitad de las personas del mundo son edadistas en concreto hacia los mayores, y lo son más en los países de bajos ingresos.

El informe de la OMS propone tres líneas de actuación: la institucional y legislativa, la formación y las actividades intergeneracionales.