El «top» de momentos sin guion del verano

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Del enfado de Bryan Adams a los escupitajos de Iggy Pop o la aparición de Amaral con Serrat

12 sep 2022 . Actualizado a las 18:43 h.

 En Vigo, las citas festivas de un intenso verano a punto de finalizar, han dejado unos cuantos momentazos. A pesar de los esfuerzos de los promotores de espectáculos para que todo transcurra según lo que llevan escrito en sus pautas de trabajo, siempre suceden cosas inesperadas, algunas agradables y otras no tanto. Entre las que no están los escupitajos que Iggy Pop lanzó a la zona donde se encontraban los fotógrafos mientras actuaba en el festival Latitudes, en la Estación Marítima. El músico norteamericano también aprovechó su estancia, que alargó porque también tocaba en Vilar de Mouros, para bañarse en una playa de Bueu, instantánea que colgó en su cuenta de Instagram.

Otro al que se le torció el día fue Bryan Adams, que no empezó muy bien en Vigo. La primera fecha, el 14 de julio, se aplazó al 19 unas horas antes por problemas técnicos. Volvió de buen rollo, saliendo a la calle para grabar él mismo parte del videoclip de una de sus canciones en la cafeterías La Batalla de Rande, frente al pabellón de as Travesas. Pero la misma o parecida sorpresa con cámara a él no le gustó tanto. Cuando el alcalde se acercó a saludarle acompañado por un fotógrafo mientras cenaba, no le hizo ninguna gracia e impidió que ningún gráfico más le hiciera fotos en ese concierto, el único de su gira del que no subió ninguna imagen en sus redes sociales. El que sí lo hizo fue Caballero, ya que Adams lo saludó con amabilidad e inmortalizaron el momento que está en la web municipal.

Entre los misterios sin resolver, el del no concierto de La Zowi, que suspendió su actuación en el TerraCeo prevista para el 8 de julio aduciendo una supuesta huelga de pilotos que le impedía llegar a la cita. En el gremio todavía se está preguntando a qué huelga se refería ya que no había ninguna convocada.  

Esos fueron los momentos más oscuros, pero el álbum del verano deja, sobre todo, estampas agradables y curiosas, y hasta lecciones. Qué otra cosa es, si no, el paso de Sting por los Multicines Norte para ver la última de su amigo Brad Pitt en versión original. Los responsables de las salas de proyección tardaron en reconocerlo y reaccionaron tarde para pedirle una foto juntos, así que no hay testimonio gráfico con el especial espectador al que fueron a recoger a la salida en un coche de alta gama.

El cantante inglés no se abrigó con la bandera de Vigo al final de su recital. El que sí lo hizo encantado fue Sebastián Yatra en el show financiado por el Concello. En cambio, el batería de Muse ondeó la de Galicia, que patrocinaba la Xunta a través del Xacobeo. Esos gestos contrapuestos dejan en bandeja una reflexión en forma de dicho popular: Quien paga, manda (la tela).

A Caballero no se le vio por el estadio de Balaídos durante el concierto de Muse. Pero a la delegada de la Xunta en Vigo, Marta Fernández-Tapias, no le importó dejar atrás el rifi-rafe continuo que se traen los representantes de sendas instituciones para acudir a Castrelos para ver a Leiva, del que es seguidora.

La representante autonómica también bailó con C. Tangana en la zona VIP (rancia costumbre que coloca en un reservado a quienes no han pasado por taquilla en eventos pagados con dinero público y del resto de los espectadores) junto al líder nacional del PP, Feijoo, y el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Mientras, a su bola, Marta Ortega, la presidenta del grupo Inditex, se encontraba en ese espacio también. En Balaídos volvieron a habilitar un área exclusiva para invitados y Rueda repitió. En Castrelos no se hace, aunque sí se reservan sillas, cuando las hay, para autoridades. 

La máxima de Vigo se llevó una sorpresa al igual que el resto de los presentes en el concierto de Serrat. Eva Amaral se encontraba tras el escenario y no lo sabía ni Abel Caballero. Fue uno de los momentos más bonitos y emocionantes. Hasta a la propia cantante de Zaragoza se le saltaron las lágrimas.

Sobre esas mismas tablas Sebastián Yatra enseñó su tableta de abdominales para regocijo de sus fans, y también se quitó la camiseta Santi Balmes, el cantante de Love of Lesbian, con desigual éxito en favor del colombiano, una estrella sin vergüenza ni para eso ni para añadir en sus directos las grabaciones que ha hecho con otros artistas con los que colabora.

La actuación de Love of Lesbian también produjo un momento déjà vu, ya que el alcalde de Vigo salió como es ya habitual a hacer de telonero, presentar al artista de turno y arengar a las masas con soflamas de viguismo, se fue, y regresó a hacer lo mismo un rato más tarde. Luego explicó que había regresado porque la mayor parte del público estaba en un tapón tratando de acceder al recinto y repitió presentación. Vamos, que hizo un bis.

El festival TerraCeo en la azotea del Auditorio Mar de Vigo también regaló anécdotas como la protagonizada por el portugués Salvador Sobral en su dueto con Abe Rábade. Al final del delicado recital, el músico, que derrochó simpatía, se puso a firmar discos y dijo que le venía muy bien para pagar la gasolina hasta Lisboa, dado el precio estratosférico del combustible.

Los eventos lúdicos han dejado un reguero de anécdotas a lo largo de los años desde que Vigo entró en el circuito de los grandes espectáculos. Como cuando los Arctic Monkeys se pusieron a jugar al fútbol en el parque de Castrelos en el 2007; cuando Rufus Wainwright se fue a comprar una faja y una camisa de lino con Carlos Núñez y de paso también un sombrero de paja de segadora que lució en su concierto en Vigo en el 2016; o cuando los de Oasis cruzaron sobre el paso de cebra del semáforo de Policarpo Sanz frente al hotel NH en el que estaban hospedados, como si fuera Abbey Road y ellos The Beatles, y se quedaron en el bar a tomar cervezas. Hay quien dice que jura que vio a Bob Dylan pasear por la Porta do Sol, pero nunca se confirmó y eso ya forma parte de la leyenda, como los paseos de Verne por Príncipe que asegura ver el alcalde.