
Más de 25.000 personas siguen en las redes sociales las reflexiones legales del abogado laboralista vigués Fabián Valero
11 sep 2022 . Actualizado a las 13:31 h.Un día se puso a recoger firmas y comprobó que desde una esquina del mapa se pueden cambiar las cosas. Reunió en unos tres meses más de 235.000 adhesiones contra la ley de tasas judiciales, el «tasazo» que había activado Alberto Ruiz Gallardón y que para Fabián Valero (Vigo, 1975) dividía aún más el acceso a la Justicia entre ricos y pobres.
Aquella cruzada le dio visibilidad y hoy, nueve años después, Aranzadi, la editorial líder en derecho y ciencias jurídicas, le sitúa como uno de los abogados laboralistas de mayor influencia en España. Sus comentarios sobre cambios legales, sentencias y pleitos son seguidos por 25.000 personas en Twitter y los casos le llegan ya desde toda España. Libra batallas mundanas pero cuyo paralelismo épico atesora en forma de cientos de cómics y ensayos históricos, sus otras pasiones. «Es el noveno arte, un mecanismo de arte que a su vez genera otro tipo de arte en forma de películas y series, que en realidad son cómics», afirma desde su papel de difusor cultural de Banda a Feira, el evento que ha llevado este año el ingenio dibujado sobre papel a las calles viguesas del barrio de O Calvario.
«El laboral es quizás el más desequilibrado de los pulsos judiciales. Si un trabajador se enfrenta a Recambios Manolo, estará más o menos igualado, pero si lo hace a un gran banco o una corporación, la desigualdad es manifiesta. Y si lo hace ante la Administración, a la que además le sale todo gratis, ya ni te cuento», indica aunque sigue negando que esas batallas sean heroicas. «Es solo un trabajo, aunque los plazos y la incertidumbre de que el final no dependa de ti, aunque hayas puesto todo tu esfuerzo, conocimiento y energía, eso genera mucho estrés», concede Valero, quien sin desmentir la primera impresión que da su presencia, advierte que especialmente el derecho laboral «exige muchas horas de estudio» para no perderse su permanente actualización normativa.
«No lo voy a negar, ganar un caso difícil, raro o desigual, claro que da subidón, pero tienes que tener los pies en el suelo. Abrir caminos en favor de los derechos laborales y sociales es maravilloso, pero hay que llevarlo con humildad porque en esta profesión hoy estás arriba, y mañana, con una sentencia adversa, abajo», cuenta para subrayar que no siempre se acuñan éxitos.
«Puedes ser el mejor abogado del mundo que si nadie lo sabe, no te sirve para nada», rememora una frase leída y que le empujó en su salto a las redes sociales «más allá del postureo de Linkedin. La gente busca explicaciones en detalle y comprensibles», asegura tras indicar que las máximas que sigue para publicar en internet es que sus comentarios tengan la máxima calidad posible, sean útiles, se entiendan y «si con ellos captamos clientela de manera honesta, perfecto. Hay que ser muy comedidos en los comentarios legales», sigue para advertir que no resuelve ni valora casos desde las plataformas sociales. «No sería serio».
Victorias trascendentes
Este año ha ganado varias batallas judiciales de las gordas. Demostró en el Tribunal Supremo que las listas elaboradas para la sustitución de profesores en la enseñanza pública de toda España son fraudulentas, dado que perpetúan la interinidad y los contratos precarios, posibilitando que un maestro esté años y años con contratos temporales y con menos derechos que sus compañeros. También ha ganado en el mismo tribunal el reconocimiento de indemnización de despido para altos directivos, por encima incluso de cualquier pacto empresarial existente.
Fabián Valero es de los que piensa que España tiene una legislación laboral de las más flexibles de Europa, pero aún así, atestigua que se incumple bastante, sobre todo por desconocimiento en las empresas, «aunque eso está cambiando», certifica. «Pero quien más incumple la legislación laboral en España es la Administración, y con mucha diferencia, además». Calcula que más de 50 % de los pleitos vienen motivados por la propia maquinaria administrativa del Estado. «Algo está fallando», valora, aunque agradece la neutralidad que afirma mantienen los funcionarios encargados de impartir Justicia, los jueces. «Los de lo social meten mucha caña. Yo no he visto cosas raras y no lo digo por quedar bien», mantiene, mientras señala que un abogado laboralista también tiene que tener «sensibilidad empresarial», para exigir y conseguir sin hundir a la firma demandada de la que pretende cobrar su cliente.
Además de la bandera del derecho laboral y la de los cómics, Valero levanta con ansia otra bandera: la de Vigo. Se siente vigués, viguista y provigo vehementemente, «pero también soy crítico. Vigo se tiene que hacer valer más de lo que lo hace. No se le trata como se merece desde muchos ámbitos, pero tampoco defendemos como deberíamos nuestros intereses», deja dicho.

EN DETALLE
-¿Primer trabajo?
-Comercial de telefonía a puerta fría. Había que buscarse la vida al acabar la carrera.
-¿Causa a la que se entregaría?
-Recuperar el Vigo perdido, el urbanismo de edificios como el Rubira o el Villa de París, la metrópolis que se formó en el siglo XIX y volver a lograr la posición que tenía de atracción de grandes capitales.