Cimafunk: «Mis conciertos tienen que ser momentos de baile»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El músico, al que llaman el James Brown cubano, actúa hoy en la terraza del Mar de Vigo dentro de la programación del Xacobeo

26 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La terraza del auditorio Mar de Vigo acogerá hoy, a partir de las 21.00 horas, un concierto del cubano Cimafunk organizado por el programa cultural del Xacobeo. Se trata de la figura principal de la fusión musical afrocubana. Llega a Vigo con las canciones de su nuevo álbum, titulado El alimento debido a que fue lo que le mantuvo vivo durante el confinamiento. Las entradas se pueden adquirir en teuticket.com a partir de 18 euros más gastos de gestión.

— ¿Cuándo decidió ser músico?

— Cuando ya no podía más en la escuela de Medicina. A partir de ahí ya fue un proceso de llegar a una ciudad nueva y empezar a meterme dentro de la farándula.

—¿Cómo llegaron a usted todos esos sonidos tan diversos que presentan sus canciones?

—Antes de tener mi banda, empecé a escribir basándome en músicas que había escuchado. Sin embargo, este segundo disco, El alimento, ya lo escribí teniendo en cuenta los conciertos que dábamos y la reacción del público, especialmente, de lo que se baila.

—¿Cómo tienen que desarrollarse sus actuaciones en directo?

—El público tiene que estar arriba, eléctricos, y tienen que ser momentos de baile; la interacción con el público siempre funciona. Tiene que ser una música que se baile y se goce.

—¿Su alimento es un gozo?

—Sí, el alimento tiene que estar primero para vivir y después para eso, para gozar. Un concierto debe ser un momento en el que el espectador deje al margen las cosas cotidianas y disfrute.

—En su música está muy presente la sensualidad. ¿Le gusta estimularla con su música?

—Sí, eso es un instinto natural, es algo básico.

—¿Cómo fue la colaboración con músicos tan alejados generacionalmente de usted como Omara Portuondo y Chucho Valdés?

—Yo soy un fanático de Omara; todo el mundo en Cuba la conoce. La gente de mi generación, que nos criamos viendo televisión, vio mucha música por televisión y ella sale mucho, y Chucho también, son artistas muy conocidos. Así que era un sueño que tenía hasta que apareció la canción y el contacto. Fue hace dos o tres años; a partir de ahí ya fue una relación de amistad con ellos. Para mi fue un regalo porque son grandes de la cultura cubana y de un continente. Me dieron un poco de su sabiduría y por ello estoy muy contento.

—Eso en Cuba, pero es que el mismísimo Paul McCartney asistió a un concierto suyo. ¿Cómo se lo tomó?

—Me enteré cuando ya estaba en el escenario. No subió a tocar, pero bueno fue increíble tenerlo ahí; fue muy especial y me hace sentirme muy contento como músico. Es una figura legendaria.

—¿Cómo se toma que le llamen el James Brown cubano?

—Es un orgullo; la gente busca siempre un comparativo y él fue un músico muy cercano a lo que yo siento sobre el escenario.

—¿Qué tiene Cuba para que sea tan sonora y tan musical?

—En Cuba hubo un fuerte proceso de aculturación con un gran componente de la herencia africana, a partir de ahí se produjeron muchos cruces culturales que están muy presentes en la música. Además, en las familias se baila y se canta siempre en las reuniones, así se aprende y se transmite. Toda la gente está muy conectada desde pequeños a la música. Además, la música es un trabajo del que siempre se podrá vivir en Cuba porque siempre habrá clientes, y las escuelas de música están llenas de chamacos.

—¿El alimento es un salto en su carrera?

—Sí, porque no lo produje yo. Es de Jack Splash, un productor bien conocido. El sonido está más procesado y es más actual, por eso suena diferente el disco.