La familiar Taberna O'Xe lleva cerca de cuarenta años en el barrio de Teis ofreciendo a una clientela fiel, entre la que no faltan personajes famosos, un plato estrella cuya receta es originaria de Sober
20 ago 2022 . Actualizado a las 01:33 h.La cocina tradicional gallega sigue triunfando en la era de la deconstrucción culinaria, que mezcla influencias gastronómicas de todas las partes del mundo. Ese es el caso del Restaurante Taberna O’Xe, en barrio vigués de Teis, cuyo plato estrella y que traspasa fronteras es el bogavante con arroz (no arroz con bogavante, como puntualizan en el local).
Situado en el número 287 de la avenida de Galicia, O’Xe lleva con sus puertas abiertas desde hace 80 años, aproximadamente, aunque los actuales propietarios llevan 39. La familia de Francisco Otero comenzó con el establecimiento en 1983. Fueron su madre (fallecida el año pasado) y sus tíos, originarios de Canaval, una parroquia del concello lucense de Sober, los que empezaron con el restaurante. Desde la Ribeira Sacra recalaron en Vigo buscando un futuro más próspero. Ahora, lo llevan Francisco, su hermano y un hermano de su madre.
En su corta pero sabrosa carta, que incluye rape y corujo, el producto más demandado es el bogavante, sobre todo en verano. Se sirve acompañado de arroz en tartera de barro tradicional, como mandan los cánones. Francisco Otero aclara que los «platos fuertes» constituyen los elementos principales del menú de O’Xe, donde también figuran la empanada, las navajas y las almejas como entrantes.
Llevan prácticamente toda la vida con el mismo menú. «Los primeros años fueron un poco complicados», señala, pero llevan ya 30 tratando con el bogavante porque «como nos va bien, seguimos con él». Lo más importante para lograr mantener este estilo de cocina tradicional durante todo este tiempo es la calidad, apunta el hostelero. También destaca el hecho de que el marisco esté vivo al llegar al restaurante, amén de que el pescado sea del día.
El hermano de Francisco es quien se encarga actualmente de la cocina. Las recetas por las que se guían en O’Xe, y que le granjearon fama, siguen siendo las de la matriarca de la familia. Hay que probarlo, más que contarlo. El verdadero secreto de la gastronomía del restaurante, asegura, es la «calidad en el producto y el cariño y el amor a la hora de trabajarlo». Para él, ante la calidad muy poco más se puede hacer.
El bogavante que trabajan se lo sirven varios proveedores vigueses de confianza, igual que los otros dos pescados. Otero calcula que deben de llevar unas dos décadas sirviéndoles esas viandas. Por tanto, los comensales que acuden a O’Xe saben perfectamente cuáles son los tres platos destacados que allí se ofrecen. «Puede haber un filete o una chuleta por si viene un niño o alguien que es alérgico», admite, pero lo que van buscando sus clientes, muchos de ellos verdaderamente fieles, está bien claro.
A probar el manjar han llegado personajes famosos de todo tipo, desde los televisivos Boris Izaguirre y El Gran Wyoming hasta el cantante Dani Martín (no ayer, aunque actuaba en el parque de Castrelos). Para Francisco, por encima de estos nombres está un premio Nobel de Economía americano que lleva más de una década acudiendo todos los veranos al restaurante cuando visita Vigo.
Especialmente en este período estival, en O’Xe tienen bastante trabajo, con mesas repletas a diario durante todo el mes de agosto, a mediodía y por la noche. «La gente tenía ganas de gastar y de disfrutar», apunta Francisco Otero, que dice que el resto del año «no nos podemos quejar» de la afluencia de comensales. Eso sí, mira con incertidumbre a los meses de septiembre y octubre.
Los clientes del restaurante son de muy diversa procedencia, tanto de Galicia como de diferentes puntos de la península o de países como Inglaterra, Francia o Estados Unidos. Quienes prueban el bogavante con arroz, se llevan la experiencia en el recuerdo y suelen repetir. En ocasiones también se realizan banquetes de boda, bautizos y comuniones, pero la capacidad del local es limitada, ya que puede acoger a 60 personas aproximadamente. No suelen reservar mesas para más de 20.
El futuro del negocio familiar depende de dos sobrinos de Francisco, aunque él apunta que las nuevas generaciones no quieren trabajos tan sacrificados.
El origen del nombre
Un apodo. O’Xe no es una denominación comúnmente escuchada. Francisco Otero revela que se adoptó por el seudónimo que tenía una familia del barrio de Teis, donde se sitúa el local, ya que todas tienen un sobrenombre. Él apunta que tal vez «proviene del siglo XIX o principios del XX». Cuando su familia cogió el negocio en 1983, llegados del sur de Lugo, ese apelativo ya estaba presente, por lo que calcula que la Taberna O’Xe va camino de un siglo de vida. El estilo tradicional se percibe tanto en la decoración del local como en la comida, que se puede degustar acompañada de vinos del país. Los bogavantes están a la vista de los comensales en viveros antes de ser cocinados.